El fútbol italiano ha sufrido una evidente evolución en las últimas décadas. Y no hay mejor exponente de este hecho que la Juventus que al contrario de lo que hubiera pasado entonces salió por la final desde el primer minuto. Tres remates que murieron en las manos de Navas en apenas seis minutos. Lo que parecía sorprender a los blancos.
La mejor defensa de Europa frente al mejor ataque. Por entonces con los papeles cambiados, aunque el Madrid poco a poco fue tocando más balones y alejando el peligro de su área. A la vez que haciendo correr a los turineses en busca de sus contrarios. Y apareció Ronaldo para culminar en el primer gol una magnífica jugada del Madrid, con Kroos, Benzema y Carvajal. El disparo del luso imposible de detener para el mismísimo Buffon. Ya eran once los goles en Champions de CR, la mayoría en los encuentros más decisivos. Ya es historia eso de que era un jugador que desaparecía en los momentos importantes.
Según pasaban los minutos el partido iba ganando en intensidad y calidad por ambos bandos. Como lo demostró Mandzukic con un disparo que nadie esperaba. Ni el propio Navas, un tanto adelantado. Un empate a uno en una media hora eléctrica, propia de una gran final.
El problema para el Madrid es que Isco estaba desaparecido y eso afectaba mucho a su juego ofensivo. Y de esa forma nos fuimos al descanso con un mayor dominio de la Juventus, que jugaba a lo que sabe hacer. Todo lo contrario de los ayer morados.
Mayor dominio del Madrid en los primeros minutos de la segunda parte. Justo cuando Isco nos dijo que sí, estaba en el campo. El malagueño se encuentra en estado de gracia y no había mejor partido para demostrarlo que éste. La Juventus había perdido el balón y se lo dejó a Casemiro, quién se los iba a decir al brasileño, para volver a adelantar al Madrid, Por entonces sí lo merecía.
Zidane ante el otro equipo que le llevó a la gloria, demostró que supo aprovechar los minutos del descanso. Cambió la mentalidad de sus hombres y todo ello llevó al tercer gol. De quién si no. Cristiano Ronaldo, ya pichichi de la Champions.
Diez goles entre cuartos, semifinal y final. ¿Alguien duda de sus merecimientos para ser balón de oro? Quedaban veinticinco minutos para la conclusión, pero se vio desde el minuto cuarenta y seis que la Juventus había gastado todas sus balas en los cuarenta y cinco anteriores. Y la fiesta blanca la culminó Asensio con el cuarto tanto.
Tres títulos en los últimos tres años convierten al Real Madrid, duela a quien duela, en el rey de Europa. Le metió cuatro goles a un equipo que en esta competición solo había recibido tres tantos. El Real Madrid se convierte en el primer equipo que gana dos Champions consecutivas. En esta ocasión no creo que haya dudas. Ganó el mejor. El Real Madrid borró del mapa a la Juventus y se convierte en el verdadero Rey de Europa.