Uno de los efectos más perniciosos de la Reforma Laboral de Mariano Rajoy y Fátima Báñez es la difícil situación en que se encuentran aquellas personas que han perdido su empleo a partir de los 40 años de edad y las enormes dificultades que hallan para poder reincorporarse al mercado laboral.
Según datos de la Encuesta de Población Activa correspondientes al primer trimestre de 2017, más de dos millones de ciudadanos a partir de 40 años de edad se encuentra desempleados, lo que supone un 50,6% del total. Esto es un grave problema que demuestra la incapacidad del Gobierno de Mariano Rajoy para dar una respuesta efectiva a este grupo de población.
Siempre se ha dicho que cuando se cumple una cierta edad es mucho más complicado encontrar un nuevo empleo. Antes de la Reforma Laboral esto se aplicaba a los mayores de 55 años. Sin embargo, esto ha cambiado y, a medida que las leyes implementadas por el Partido Popular han calado dentro de los sistemas de contratación, la ratio de edad ha ido descendiendo.
Razones para que esto esté ocurriendo hay muchas pero la principal tiene un sesgo socioeconómico. Uno de los puntales sobre los que se asienta la Reforma Laboral es la creación de un escenario de precarización de las condiciones laborales y salariales. En este punto la contratación de personas con ciertas responsabilidades familiares no es factible con el marco de precarización actual. Ciudadanos con hipotecas calculadas con los salarios anteriores a la burbuja, con hijos a cargo o con un conocimiento de los derechos reconocidos en nuestras leyes hacen imposible que se vuelvan a reincorporar al mercado de trabajo una vez han sido despedidos de sus empresas. Son demasiado «problemáticos», además de que no pueden aceptar las condiciones precarias que se les ofrecen.
Es por ello que la edad real de jubilación en España está situada en los 40 años. Según Eurostat en nuestro país más del 60% de los parados de larga duración se encuentran en este tramo de edad.
Lo peor de todo es la pasividad del Gobierno frente a esta realidad. Se han impulsado varias medidas para frenar el paro juvenil, que es una verdadera calamidad que el 26% de las personas menores de 30 años no encuentren trabajo. Sin embargo, nada se ha hecho para paliar el impacto que está teniendo en la franja de edad entre los 40 y los 55 años porque aún se tiene una visión demográfica anterior a la crisis y, por supuesto, anterior a la imposición de la Reforma Laboral de 2012.
España tiene una de las mejores fuerzas de trabajo de toda la Unión Europea, un talento que se está desaprovechando por la búsqueda del cortoplacismo a la hora de generar datos positivos, datos que, por supuesto, esconden realidades y enmascaran los problemas.
El articulo tiene toda la razón. yo tengo 45 años y tengo la suerte de mantener el trabajo que tenia antes de la reforma laboral pero dos amigos mios de mi misma edad uno lleva 3 años en paro y el otro 6. no encuentran trabajo y eso que no se desaniman y continúan echando curriculus. todo viene de lo mismo las empresas no quieren gente que sabe que como dice el articulo tiene obligaciones económicas que les impide asimilarse a las condiciones precarias de los nuevos trabajos. gran analisis
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