112
Imagen del servicio de emergencias 112.

El informe que el 112 ha enviado a la jueza de Catarroja es demoledor para Carlos Mazón. Aquella jornada del 29 de octubre, el teléfono de emergencias recibió más de 19.000 llamadas de socorro de valencianos que se estaban ahogando, muchas de ellas ya en las primeras horas de la tarde, es decir, hacia las 16.00 horas, cuando el presidente de la Generalitat se encontraba en El Ventorro en una comida privada con una periodista. Tal avalancha de llamadas desbordó a los servicios de emergencia, y no solo porque los recursos del Estado son limitados ante un cataclismo natural capaz de arrasar una provincia entera. El teléfono no funcionó como debió haber funcionado por culpa de los recortes, por el austericidio que las políticas del PP imponen cuando está en el poder. Los populares, con su filosofía ultraliberal no intervencionista y contraria al pago de impuestos, suelen meter la tijera donde más le duele al Estado de bienestar: en Sanidad pública, en Educación, en Protección Civil. Y los recortes en este último departamento se pagan cuando llega un desastre como el vivido el 29 de octubre.

El Gobierno de Mazón no solo metió en un cajón la UME valenciana (el proyecto de Unidad Militar de Emergencias que el socialista Ximo Puig quiso impulsar antes de perder las elecciones), sino que externalizó el teléfono de asistencia 112, como está haciendo con otros departamentos como el sanitario, donde numerosos hospitales ya tienen externalizados algunos servicios como aparcamientos o cocina. Y ahora se está viendo que privatizar lo público para hacer negocio, mata.

El 112 ha contestado a la jueza de Catarroja (Valencia) sobre las llamadas que recibió el fatídico 29 de octubre. Según el informe, Emergencias 112 recibió cientos de avisos de desbordamientos horas antes de que la Generalitat Valenciana enviara la alerta a la población, según informa La Sexta. Destaca en el registro de llamadas una a las 18.31 horas que avisa directamente de que “se ha desbordado la Rambla del Poyo”. Y tres horas antes, a las 15.22 horas, otra llamada de alerta al 112 sobre el río desbordado en Requena. A las 18.38 horas un vecino avisa al 112 de que en Chiva el “agua llega por las escaleras del piso 2”. ¿Dónde estaba Mazón a esas horas? Cuatro meses después del desastre, se desconoce. Lo que sí se sabe es que la alerta roja no llegó a la población y eso costó cientos de muertes.

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