Como ya han cobrado los abonos y las cuotas de socios no les importa que se corten las venas. Hasta ese momento todo eran noticias jugosas, fichajes prometedores, dinero que salía hasta debajo de las piedras, pero hasta aquí han llegado. Con las pasta en el banco todo cambia. Normal que los abonados y socios estén que trinan aunque tampoco es para tanto, lo hacen todos los años. El resto de aficionados que no gastan un euro, bien por conciencia contra el gilismo, bien porque no tienen para los precios que se estilan en el mundo del fútbol, con la misma cara de g….. de siempre. Nada igual es una campaña de Gillette, que patrocina a uno de los protagonistas, para vender más cuchillas. Aunque tampoco viene mal a Arcos y sus cuchillos y navajas de excelente factura.
Resulta que el que se iba a ir a la MLS no sólo no se va sino que extiende su vinculación con el Atlético de Madrid por un año más, hasta 2027. Algunos dicen que es difiriendo su sueldo para hacer hueco en el fairplay financiero, otros que es por amor al Atleti y algunos todavía no saben ni por qué pero copian lo que dicen otros. El caso es que el marido de Erika seguirá en el Atleti. Con 34 años y un viejazo importante, asumirá, eso dicen, un nuevo rol de suplente activador de los partidos. ¡Ah, muy bien! ¿Esto lo sabe el Cholo Simeone? Que igual tiene en mente cualquier otra cosa por mufas, chamanes y demás cuestiones ajenas al fútbol. ¿Se creen que va a poder activar algo?
Dos cuestiones importantes para no creerse el relato. Si el marido de Erika va a cobrar el sueldo del año que le quedaba sí o sí, se quede o se vaya, ¿qué fairplay financiero va a abrir? Que Tebas es lo que es, pero idiota no y el fairplay financiero caduca la próxima temporada. Si es para hacer hueco a nuevas incorporaciones ¿qué van a colocar con 6.5 millones brutos? Porque los que suenan no parece que vengan por tres euros. A más, a más. ¿Cuánto porcentaje es el salario de toda la plantilla? No llega al 65% de los ingresos de la temporada. Entonces, si salen Witsel y Azpilicueta, que tenían contratos jugosos por venir libres, ¿a quién van a fichar? ¿A Doué o Lamine Yamal? O igual es para pagar el finiquito de los 14 que cuesta Saúl. Lo del dinero, a poco que se rasca no cuadra.
Lo que sí que cuadra es la forma de actuar de la dirección, deportiva y financiera, intentando trampear como se puede los dineros. El marido de Erika ya no está para las exigencias de un grande del fútbol y eso es una valoración deportiva que cualquier secretaría técnica que haga un trabajo normal sabe. Salvo que no importe repetir los partidos insufribles de la pasada temporada. Otros grandes jugadores, más leyendas que el marido de Erika, salieron del Atleti cuando ya no estaban. Luiz Pereira, por ejemplo. No se les aguanta porque sí. Si entienden que no se quieren retirar, pues un abrazo y adiós. Eso es trabajo de dirección deportiva, si es que el Atleti tuviese algo parecido y no unos colegas de representantes o compradores de saldos Arias.
Con la renovación ya se da una puñalada pero con el artículo del Picu en As ya se remata con un bajonazo. El año pasado Gil Marín, presionado por los que ponen el dinero en acciones de verdad, se lanzó a fichar con un gasto total de 84 millones de euros. Mareado ha quedado el buen hombre desde entonces. Lo que viene a decir Picu —en su típico artículo estival— es que este año no debe estar presionado por inversores y se vuelve a la rutina. Fichajes poco ilusionantes, aunque con el pajiplantilleo que existe les da igual mientras haya cromos que cambiar; fichajes que a saber si le entran por el ojo al entrenador; fichajes que tienen puesta la pegatina de «venta clara a futuro no muy lejano»; fichajes que no definen una clara estrategia deportiva. Porque uno es bizco y el otro tiene las rodillas raras. O se juega a bizcos, o a rodillas raras, a las dos cosas no se puede.
Mientras tanto irán jugueteando con unos nombres u otros —¿alguien piensa realmente que se van a gastar setenta millones en Gyokeres?—, con negociaciones complicadísimas, con clubes que quieren sacar dinero por sus jugadores —¡Quién lo iba a pensar!—, con cualquier cosa que lleve a vender a algún jugador con el que ya no se cuenta porque gane mucho o la llegada de seis cedidos y dos sordomudos —para que los expulsen en el Bernabéu—. Todo sin una estrategia deportiva definida, ni por la secretaría técnica, ni por el entrenador. Con suerte llegará Baena, jugador que sí encaja siempre y cuando se vendan a siete que juegan por ese lado, y algún que otro jugador pasado de años. De hecho, lo de Cardoso con lo que nos han martilleado ya no es tan evidente a día de hoy.
Este año el Atleti puede llegar en la temporada a ingresos de cerca de 500 millones de euros, pero no hay dinero. Que no cuenten rollos. Dinero hay, que no se lo quieran gastar es otra cosa. Y que no tengan claro en qué gastarlo otra bien distinta y más perjudicial para los intereses del Atlético de Madrid. Pese a los agoreros y antis, si no fuese por Simeone, con esta actitud de la dirección —cuando no está presionada por inversores— se estaría mucho peor. El problema es que si cuando se invierte algo se queda tercero otra vez… igual hay que revisar más cosas y fichar lo que los técnicos crean. No Carlos Bucero, sino los que hay trabajando en la oscuridad. Que ya están los de Record en Portugal para vender a medio equipo para fichar a uno suyo. Vamos que hacen lo que otros aquí, menear la mercancía.
No se corten las venas porque no merece la pena cuando el desastre es el de siempre. Y que los dirigentes no permitan que Don Eduardo del Atleti muera en la huelga de hambre que ha iniciado para que Gil y Roig cierren el fichaje de Baena. Sí, don Eduardo es ese señor de Murcia, que nada tiene que ver con Ninette, y que suele ir desnudo de vez en cuando. Bueno, un ser humano que no debe morir por algo así, como ustedes tampoco por un verano de fichajes del Atlético de Madrid del gilismo. Provocan para cortarse las venas, pero no lo hagan.