A mitad de julio, cuando quedan cinco días para que los jugadores vuelvan a entrenar, el Atlético de Madrid sigue sin haber cubierto las bajas del año anterior. Como ya se contó, se han ido cinco y han venido dos, algo que puede cambiar y ser seis las salidas y tres la llegadas. El 21 de julio Cholo Simeone se encontrará con menos jugadores de los que tenía al finalizar la temporada. Lo mismo que cualquier equipo que está luchando para no descender o para salvar la temporada, si hay suerte, colándose en Conference League.
En otros casos, equipos vamos, normalmente los problemas financieros, el tener la caja llena de telarañas o los imponderables de tener un impresentable de presidente en el extranjero —sí, el Valencia es este último ejemplo— impiden que el entrenador pueda ir instruyendo a los nuevos en la estrategia, en la forma de entrenar, en el comportamiento y/o tener esas charlas personales que pueden ser claves para el desarrollo de la temporada. Es evidente, no hay que hacer trampas en el solitario, que no todos los fichajes pueden llegar a tiempo, siempre pueden quedar uno o dos. El problema es que cuando no se tienen cubiertas, al menos la mayoría de las bajas, y la búsqueda parece un borracho disparando en una caseta de feria.
En el Atlético de Madrid el responsable deportivo es Carlos Bucero quien, además de ser madridista confeso —algo que podría obviarse si su desempeño profesional fuese excelente, como sucede con Óscar Mayo—, debería estar definiendo la estructura deportiva del equipo, tanto a nivel profesional como cantera. Algo que nunca le preguntan en las pocas ocasiones en que hace acto de presencia mediática es por el proyecto deportivo general del Atlético de Madrid. Más allá de tener como entrenador a Diego Pablo Simeone para que saque las castañas del fuego ¿qué más hay? Antes de ellos estaba Andrea «silencioso» Berta al que tenían las manos atadas por cuestiones económicas y se sabía que se fichaba lo que dejaba el mercado. ¿Ahora?
Los amanuenses de Miguel Ángel Gil Marín han expresado que habría una buena inversión, cerca de doscientos millones, sin especificar si netos o brutos, aunque tal y como van las cosas parece que les va a salir a devolver en la declaración. Si hay necesidad de inversión porque aprietan los socios económicos y los posibles próximos compradores, habrá que establecer un plan deportivo y no un «fichemos cualquier cosa que suene bien en el mercado y que Simeone logre el tercer puesto». Tan pronto se pasa de un jugador experimentado, de calidad y con jerarquía a desaparecer cualquier atisbo de fichar dos centrales. Sí dos porque dos son los que se han ido (Azpilicueta y Witsel) a decir del entrenador. Cubrir cuanto antes una de esas posiciones sería tener un plan deportivo y una secretaría técnica en condiciones.
Luego se fichan jugadores jóvenes con calidad o jugadores para hacer negocio con los dueños parciales del Atleti, el fondo Ares. Se busca la estrella del futuro y al rato a cualquiera que tenga dos piernas y no cueste demasiado. Por cada jugador destacado, que parece que va a elevar la calidad del equipo, acaban apareciendo seis rodillas raras. Por ejemplo, el Barça no puede/quiere fichar a Nico pero tiene en la recámara un perfil similar como es Rashford. Otra cosa es que les llegue el dinero, pero deportivamente siguen una línea. No se sabe si se apuesta por jugadores hechos o por hacer. Aunque si son argentinos parece que tienen más posibilidades, ¡con la cantidad de nacionalidades que tienen buenos jugadores!
Alguien con un mínimo de seriedad puede decir cuál es el proyecto deportivo del Atleti más allá de confiar en milagros cholistas. Porque venden que van a por todas y acaban configurando plantillas para jugar Europa League con suerte. Si Bucero y su equipo tuviesen cierta visión no se estaría buscando al sustituto de Correa sino al del marido de Érika. Habría llegado un central ya y se estaría mirando un centrocampista con ganas y calidad técnica. Y no tiene porqué costar mucho dinero, si se cumple con el trabajo se pueden conseguir a precio razonable, pero traes seis no cuatro y llorando por dos descartes del Wolverhampton. Si se quiere competir por todo, competir lo suficiente para poder optar a algo, hay que tener clara la composición de la plantilla y de la cantera, que vaya destrozo están haciendo.