Un debate de notable altura, con momentos de tensión esperables y sobre todo con una educación contenida entre compañeros que no se miraban cara a cara desde el pasado 1 de octubre, una elegancia evidenciada hasta para dar puñaladas precisas pero no mortales al contrincante. Así ha sido a grandes rasgos el único encuentro que los tres candidatos de las primarias del PSOE han contemplado en esta campaña de primarias antes de las elecciones internas del próximo domingo 21 de mayo.
Lo que se preveía iba a ser un cara a cara de perro entres los dos principales favoritos al triunfo final se ha convertido en una realidad inevitable pese al esfuerzo del tercero en liza, el ex lehendakari Patxi López, por intentar buscar su hueco de forma infructuosa. El tema de los bandazos de criterio del ex secretario general ha cobrado protagonismo por parte de Susana Díaz y Patxi López, mientras el ex secretario general no ha parado de recordar la abstención al PP, el partido “más corrupto de este país”.
No se han dejado ninguna puñalada prevista sin propinar. Hasta el cese fulminante de Tomás Gómez en Madrid fue usado en un momento determinado por Díaz. Las han utilizado todas, sin desmayo, con guante blanco pero a puñalada limpia sin contemplaciones. La sangre no ha llegado al río, pero todas las deudas personales entre todos ellos han sido facturadas y cobradas en tiempo y forma durante un debate que se ha prolongado durante casi dos horas intensas donde incluso se han puesto sobre la mesa contenidos de programa, algo que hasta ahora la militancia no había tenido oportunidad de apreciar en los actos de partido por todo el país.
La sangre no ha llegado al río, pero todas las deudas personales entre todos ellos han sido facturadas en tiempo y forma
Tampoco han querido evitar los contendientes y compañeros alguna que otra zancadilla bajuna entre todos ellos. El fuego cruzado ha sido una constante. Todo ello adornado con un estilo verbal y escénico contenido y en apariencia sin acritud pero con muy mala baba, como cuando Susana Díaz le ha recordado a Pedro Sánchez que son contados los miembros de la ejecutiva del partido que continúan a su lado tras aquel comité bochornoso del 1 de octubre. Tampoco Sánchez ha estado manco a la hora de propinar golpes a su principal adversaria al tiempo que ha vuelto a ofrecer a López unirse a su candidatura porque considera que ambos proyectos son el mismo. “Me parece bien que si no tenías ideas cogieras las mías”, le respondió el ex lehendakari sin dudarlo un instante con sorna no disimulada.
Después de propinarse mamporros en clave interna, absolutamente todos ellos sin distinción han coincidido también por el contrario en que se pondrán sin dilación a disposición del ganador que salga de las urnas el día 21. Por tanto, la amenaza de fractura parece haber quedado prácticamente diluida tras este único debate de primarias. De algo ha podido servir a priori el reencuentro entre los aspirantes, sin ahondar en las propuestas de cada uno. Pero para ello Sánchez advierte a sus adversarios que en primer lugar se debe respetar “el veredicto de las urnas”.
Sánchez recuerda a Díaz las 32 gestoras que ha promovido durante su carrera personal en el PSOE andaluz
Los tres se han extendido en sus frases hechas y eslóganes de campaña, propaladas sin desmayo desde hace meses sobre todo a través de las redes sociales. Así, Susana Díaz ha sido machacona en que el PSOE es mucho PSOE, Pedro Sánchez ha reiterado hasta la saciedad que el no es no a Rajoy se debe transformar en un sí es sí para un nuevo partido que mire más y mejor a la militancia y Patxi López ha defendido una izquierda necesaria que no se desplace al centro ni tampoco más a la izquierda.
“El PSOE no se puede abstener jamás a las políticas neoliberales de un partido corrupto como el Partido Popular”, dijo Sánchez, a lo que López reconoció que pese al error que supuso la abstención al PP el PSOE no debe caer en la “melancolía” ni tampoco seguir “peleando entre socialistas” para debatir con quién se pacta y con quién no.
Díaz, que ha sido la que más ha sorprendido de los tres candidatos a la hora de abofetear al contrincante sin que se notara en apariencia, nunca rehuyó el cuerpo a cuerpo con el ex secretario general, e incluso le espetó en un momento dado: “Pedro, no eres voluble, pero cambias de opinión en función de lo que te viene bien”. Sánchez echó mano de hemeroteca, e incluso de la “maldita hemeroteca” para recordarle a la baronesa andaluza que es toda una experta en promover gestoras socialistas. “Hasta 32”, recordó Sánchez según un titular de prensa. Díaz respondió: “Pedro, nunca te voy a difamar por lo que diga un medio de derechas porque aspiro a ser tu secretaria general algún día”.
Patxi López ha ejercido siempre un papel intermediador hasta cierto punto, y ha hecho de la imposible equidistancia un ejercicio de malabarismo irrealizable: “No debemos perder el norte de a quién representamos: a la ‘O’ de Obrero”, dijo cuando se trató el bloque dedicado al modelo de partido.
Díaz echó mano de lo que denomina “izquierda útil” para hacer ver que es la que realmente “cambia la vida a las personas”, porque cree que “es el sentido último del PSOE”. Esa izquierda útil no pasa por otorgar un protagonismo principal a las bases del partido como ha prometido Sánchez. “Reforzaré la participación de los militantes pero no me ocultaré tras los militantes”, dijo Díaz en clara alusión a la patrimonialización que el ex líder del PSOE ha venido haciendo de la militancia del partido tras su salida de la dirección.
Sánchez cree “central” la cuestión de las consultas a los militantes y que se haga vía “estatutaria”. Y para que no haya duda, ha añadido que esta propuesta “no es asamblearismo”. A continuación asestó un golpe bajo a Díaz cuando le recordó lo que hizo en Andalucía al pactar con Ciudadanos para gobernar en la Junta. En contra de lo que ella ha dicho públicamente, el Comité Director del partido en Andalucía solo avaló la firma del acuerdo una vez rubricada de facto con anterioridad por la cúpula regional.
También López ha sido muy crítico con la visión a tiempo parcial que Díaz tiene de un cargo como la Secretaría General del PSOE. “El PSOE necesita un secretario general con plena dedicación 25 horas al día, no a media jornada”.
Sánchez, que no olvidó en ningún momento el desarrollo de los acontecimientos en el comité federal del 1 de octubre que acabó con su dimisión, no desea “eso” para su partido. Por ello recalcó en dos ocasiones al final de su intervención que espera que el nuevo líder sea “generoso y leal” con sus compañeros, algo que a él no le sucedió, argumentó. También Díaz echó mano de la necesidad de “reforzar la fraternidad” en el PSOE y López recordó a sus adversarios y también compañeros que este partido “es la única esperanza de los perdedores de la crisis”.