Como dicen los angloparlantes cuando alguien “está de rico” o en racha, Juan Manuel Moreno Bonilla estuvo on fire durante la clausura del congreso provincial del PP de Almería y del PP de Granada. Nada de hablar de corrupción en el seno de su partido o del reelegido presidente Gabriel Amat, sino que se situó al frente del ataque hacia la presidenta de la Junta de Andalucía. Daba igual el tema, todo era contra Díaz y sus actos. Daba igual que el gobierno central que tiene el partido conservador haya reducido drásticamente las partidas de los PGE destinadas a Andalucía, la culpa será siempre de Díaz. Un fin de semana de ataques a la candidata a ser secretaria general del PSOE.
Desde el palacio de San Telmo están llevando una política centralista que perjudica a provincias como Granada, “capital de la sociedad civil y la conciencia social movilizada” ha dicho Moreno. Que el AVE (u otro tren) no llegue porque el gobierno central no da ni un paso es también culpa de Sevilla. Recordaba el discurso del presidente conservador al de los independentistas catalanes y el Espanya ens roba. Se ha arrogado en esta parte del discurso, en parte, la movilización contra la fusión hospitalaria cuya máxima cabeza es Spiriman.
Crecido ante el auditorio granadino Moreno Bonilla ha proclamado: “Yo voy a ser presidente de la Junta y en el momento que sea presidente, Granada va a ocupar el lugar que le corresponde, líder y el protagonismo que necesita la provincia y su gente”. Sin duda las otras provincias andaluzas deberían preocuparse, salvo que sea lo que dice en todas y cada una de ellas cuando las visita. Pero el golpe más bajo lo ha dado cuando ha criticado a Susana Díaz por estar en campaña de primarias: “Una presidenta de la Junta no puede estar toda la semana viajando para una ambición personal”. Se pone el conservador de parte de Patxi López y Pedro Sánchez que han criticado a la trianera por incompatibilidad. Claro que olvida que él viaja todas las semanas a Madrid y no es que haga mucho trabajo senatorial en favor de Andalucía.
La parte más surrealista de las declaraciones del dirigente andaluz del partido imputado por corrupción se produjo cuando, en Almería, insinuó que Díaz apoyaría la moción de censura de Podemos. “Nos deja a todos estupefactos una moción de censura que supuestamente apoyaría para poner a un presidente del Gobierno me imagino que socialista o de otra formación pero en el que ella no estaría” espetó el barcelonés. Por activa y por pasiva la presidenta andaluza ha negado cualquier tipo de acompañamiento a la moción “falsa” de Podemos. Sánchez sí que ha coqueteado con la posibilidad hasta que ha visto que le podía ser perjudicial para sus intereses. Moreno intenta con esto situar el discurso en el ámbito de ciencia ficción que tan buen resultado suele dar al PP. Las charcas y las ranas, “esa persona de la que usted me habla” y demás alardes lingüísticos del partido conservador.
“Mientras que hoy mismo hemos vuelto a saber que tenemos problemas en empleo, que se van a cerrar camas en muchos centros y hospitales de cara al verano, que se ha producido un vertido en la provincia de Huelva que preocupa claramente al conjunto de los ciudadanos y que Almería es la provincia líder en niños estudiando en aulas prefabricadas, Susana Díaz ha estado toda la semana dedicándose a cuestiones internas” ha insistido Moreno. Al igual que hace Mariano Rajoy podría Díaz gobernar por whatsapp o mediante un plasma, pero no. Ella tiene que estar encerrada en San Telmo trabajando. Claro que también lo afirma quien ha dedicado dos semanas a cerrar la herida abierta en el PP de Sevilla.
Eso sí, en todos y cada uno de los actos a los que ha acudido Moreno Bonilla ni ha hablado de la corrupción que asola a su partido, ni ha hecho referencia a las investigaciones abiertas contra compañeros suyos andaluces. Eso no existe en su mente. Sólo una fijación, San Telmo.