El Servicio Murciano de Salud (SMS) deberá indemnizar con 800.000 euros a los padres de un bebé con parálisis cerebral por negligencia médica durante el parto llevado a cabo el hospital público Santa Lucía de Cartagena. Allí la madre del menor permaneció más de 12 horas sin ser atendida a pesar de los fuertes dolores que sufría.
La presidenta nacional del Defensor del Paciente, Carmen Flores; el abogado de esa asociación Ignacio Martínez, y el padre del menor, Juan Manuel Núñez, han explicado lo que califican el «trato negligente» recibido durante su hospitalización en el centro sanitario.
Los hechos ocurrieron cuando la mujer acudió al Servicio de Urgencias a las 14:30 horas del 26 de diciembre de 2014 estando embarazada de casi 38 semanas y con fuertes contracciones. Los médicos no examinaron a la partutienta hasta pasadas las 16 horas, momento en el que comprobaron el buen estado del feto para proceder a ingresarla en planta por «parto latente».
A partir de ese momento la mujer comenzó a sentir dolores muy fuertes y, aunque su marido solicitó atención médica, aseguran que hasta en ocho ocasiones, desde las 6 de la tarde y hasta la mañana del día siguiente la mujer no volvió a ser revisada, mientras que las enfermeras solo le decían: «¿Para esto me llamas?», señalando que eran los dolores normales en un parto.
Fue sobre las siete de la mañana cuando los médicos detectaron que el feto sufría una grave bradicardia, por lo que le practicaron una cesárea urgente que no pudo evitar que el bebé naciera con encepalopatía hipóxico-isquémica perinatal grave, tetraparesia espástica secundaria, microcefalia secundaria y enfermedad renal crónica.
Como consecuencia de ello, el niño, que en la actualidad tiene dos años y medio, sufre un daño cerebral grave y una parálisis que no le permite moverse y requiere ser alimentado con sonda.
Finalmente, y gracias a la colaboración de una mujer que compartía habitación con los afectados y testificó sobre lo ocurrido, el abogado ha podido llegar a un acuerdo con la aseguradora del SMS, ya que en la historia clínica de la mujer no constaba ninguna de las llamadas de la familia o las quejas por el dolor que sufría la embarazada