Después de una época de fastos y gastos desmedidos, ad majorem gloriam de las comisiones de su socio Jorge Mendes, cuando se compraba a precio de gran estrella a jugadores mediocres, parece que la llegada de Mateo Alemany trae un poco de sentido común. Esto y que ya no queda dinero en caja y el proyecto de Peter Lim desaparece. Es hora de sacar las manzanas podridas del vestuario y quitarse de encima esa pléyade de jugadores que, algunos, con dificultades jugarían en la segunda división española.
Parece acertada la apuesta por Marcelino García Toral para el banquillo. Trabajo y esfuerzo no sobran en los métodos del entrenador asturiano. Sabe componer equipos correosos, con alma, algo que lleva faltando en el Valencia desde hace dos años, y se apaña con lo que va teniendo. Y, en este sentido, ha sido esperanzador ver cómo en la pretemporada está contando con la gente de la cantera. Verdaderas perlas para terminar de pulir y que darán tardes de alegría en Mestalla. Nacho Gil o Javi Jiménez serán, de confiar en ellos como parece que hace Marcelino, las auténticas revelaciones de la temporada.
Las declaraciones del entrenador, al finalizar el stage en tierras lejanas, sobre que los jugadores van comprendiendo lo que quiere de ellos y unos partidos, aún faltos de ritmo, que han dejado abierta una puerta para la esperanza. No para ganar el título de liga o, incluso meterse en Champions (donde hay casi tres plazas reservadas), pero sí para estar en la pomada por Europa, que es donde debe estar el Valencia.
No se esperan grandes fichajes. Igual ni hacen falta. Buenos jugadores que aporten a la dinámica de grupo que quiere imprimir el entrenador. Un par de defensas no vendrían mal, ni un par de centrocampistas. Pero, sobre todo, hace falta un goleador fiable. No es comprensible que un equipo que quiere ser grande tenga que jugarse las castañas con desechos de otras canteras. Villa, Penev, Kempes resuenan aún en los oídos de la afición. Insiste la rumorología en Paletta o Luis Neto como centrales y, dados los fondos que se tienen en Mestalla, no vendrían mal. Si se paga poco, claro. Aunque extrañan las escasas miradas que se hacen al mercado nacional.
En todo caso lo inteligente es que se deje trabajar a Marcelino, que se le ofrezcan fichajes low cost pero que cuenten con su visto bueno y que desde la directiva de aquí y de allí sean conscientes que esta es temporada de limpia y transición. Aunque siempre mirando hacia arriba en la clasificación.