Cualquiera que recuerde la tonada “Hincha eres el mejor, escuchando el transistor” y la haya escuchado durante, al menos, los últimos 20 años, no se extrañará nada de lo que ha sucedido esta semana con Ángel María Villar. José Ramón de la Morena y su equipo de El Larguero de la cadena SER denunciaron desde hace años los manejos y trapos sucios del equipo de Villar. Cómo se manejaban las Asambleas, cómo se decidían las elecciones, cómo… todo lo que ahora resulta sorpresivo. Los campos de hierba artificial tinerfeños, que no están incluidos en la pieza judicial actual, ya mostraron las formas de Villar y Juan Padrón.
El auto del juez Pedraz es claro y contundente: “Ángel María Villar Llona, presidente de la RFEF, creó un entramado que ha permitido la desviación de fondos (tanto públicos como privados) de dichas asociaciones a sociedades vinculadas, estableciendo asimismo un clientelismo tanto en la contratación del personal, que recae fundamentalmente en familiares, como en la presunta adjudicación arbitraria de contratos de suministro y prestación de servicios a empresas vinculadas, bien directamente o bien a través de familiares, y mediante la obtención de determinadas contraprestaciones por dichas adjudicaciones, con incumplimiento de sus obligaciones como responsables de los fondos federativos y aprovechándose de los puestos que ostentan”.
La investigación ha dejado patente que Villar, su hijo y Padrón han estado beneficiándose personalmente, mediante mordidas, del control que han tenido durante 29 años de la Federación Española de Fútbol. Contratos para camisetas de árbitros que no se utilizaban por su mala calidad pero que costaban a las arcas del Estado 36 millones de euros, de los cuales los presos recibían su correspondiente comisión. Como 1,2 millones de euros que recibió Juan Padrón para finiquitar su hipoteca.
Partidos de la selección nacional de fútbol que servían al Gorka Villar para cobrar su propia comisión, a través de las federaciones contratantes según entienden los investigadores, y que suponía aumentar la facturación de su empresa en un 245%. Así, Villar hijo vio cómo su empresa Sports Advisers aumentó su facturación en más de 2,5 millones de euros, pasando de ganar 250.000 euros a 900.000 de beneficios. Se están investigando los contratos de los partidos de la selección contra los países americanos especialmente. Las buenas relaciones de los Villar con Rafael Esquivel (Venezuela) y Eduardo Li (Costa Rica) y los trabajos realizados por Gorka, hacen pensar a los investigadores que debe existir algún tipo de comisión. Más cuando ambos dirigentes están detenidos en Estados Unidos por culpa del FIFAgate, por orden de la anterior fiscal general del país norteamericano, Loretta Linch.
Pero los apaños del hijo no se quedaban sólo en los partidos de la selección de fútbol sino que, también, obtenía beneficios de las concesiones a Santa Mónica Sports u otras concesionarias del deporte federativo. Mediante asesoramientos o prestación de servicios Gorka Villar conseguía aumentar los ingresos de su empresa. Porque los personales los tenía garantizados gracias a papá Villar. Gorka fue desde 2014 a 2016 secretario general de la CONMEBOL con un sueldo de 40.000 euros mensuales, más 5.000 para el pago de casa, más coche con chofer y más escolta. Para más inri el padre logró colocar en la comisión de Ética de la FIFA, que investigaba el FIFAgate, al hijo.
También se ha descubierto, gracias a la investigación, que la secretaria general de la FEF, Esther Gascón, quien vivía en un hotel de cinco estrellas a costa del erario público, y que ganaba 200.000 euros anuales, iba a ser cesada para otorgarle de manera irregular una “prima de 300.000 euros”, puesto que la intención era volver a contratarla con el mismo salario que poseía y las mismas dádivas.
Hasta el momento es poco lo que ha salido a la luz, es de esperar que las filtraciones judiciales y que aquellos, que aprovechen para desligarse cuanto antes de Villar y que antes le besaban el anillo, hablen de muchas más situaciones y trapacerías del villarato. Un reinado que acabará en la cárcel. Aunque nadie se asusta ya porque, algunos valientes, ya lo denunciaron en su momento pero nadie metió la mano en el fútbol. Una de las patas del espectáculo de distracción en España no podía ser maltratada y se dejó hacer.