La satisfacción con la que se está presentando el Pacto de Estado contra la Violencia de Género contrasta con los votos particulares que están emitiendo las distintas formaciones de izquierda. Consideran que es un buen primer paso para erradicar la violencia machista, pero que se queda corto en algunas cuestiones. Por este motivo el grupo de Unidos Podemos, a través de Alberto Garzón e Isabel Salud, ha presentado sus votos particulares. Votos, los cuales, dan un giro potente al propio acuerdo de mínimos que se ha acordado.
Comienza Unidos Podemos argumentando que el informe previo que se presentó a la Comisión carecía de una estructura adecuada pues, en primer lugar, deberían establecer como primer paso a dar “todas aquellas medidas tendentes a sensibilizar, detectar y prevenir todas las formas y ámbitos en los que se desarrolla la Violencia machista/patriarcal”. No existe en el informe una tipificación de las distintas formas en que se expresa la violencia machista como la física, psicológica, sexual, económica, institucional, etc.
Tampoco incluye los ámbitos en los que se desarrolla la violencia, que parece quedarse, como siempre insiste el PP y su “violencia doméstica”, en el ámbito doméstico. En Unidos Podemos entienden, como hacen gran parte de las asociaciones de mujeres, que además del ámbito doméstico, se ejerce violencia contra las mujeres en el ámbito laboral, mediático, social e institucional. Rosalía Martín, de Izquierda Unida, ha sido contundente al mencionar que el Pacto no es tolerable porque se “restringe la violencia al ámbito doméstico, no tiene en cuenta los demás ámbitos (laboral, social, institucional, etc.) y no tiene en cuenta la explotación del cuerpo de la mujer o los vientres de alquiler”.
En los votos particulares Unidos Podemos afirma que “los vientres de alquiler son una nueva forma de violencia que evidencia que el capitalismo y los mercados no tiene límites en la explotación de la mujeres”. Lo mismo cabe decir de la prostitución que se considera una forma de esclavitud ejercida sobre las mujeres. Y en este sentido van, como pueden apreciar en las imágenes que acompañan la noticia, los distintos votos particulares que se han presentado. Incluyen con claridad todo lo relativo a la prostitución, los vientres de alquiler y la Ley general de publicidad.
Desde Izquierda Unida, añaden además que “[El Pacto] no tiene calendario para su ejecución, no hay compromisos, no tiene voluntad de cambiar la vida de las mujeres ni apuesta por expulsar la violencia ni acabar con la vulneración de derechos de las mujeres”. Por ello, desde nuestra formación “hemos trabajado y hemos impulsado una propuesta de voto particular en el grupo de Unidos Podemos y que se va a tratar hoy. Un voto particular para mejorar el pacto con cambios sustanciales en materia de presupuesto, compromiso de implantación o la apuesta firme por la aprobación de una ley que aborde de forma integral la violencia hacia las mujeres”.
Para Rosalía Martín el Pacto “no viene ni siquiera a cubrir las deficiencias de la ley de 2004, y además no se consigna presupuesto, no es proporcional si comparamos por ejemplo otras partidas: El Ministerio de Interior para seguridad vial tiene 740 millones, Defensa para modernización tiene 1.800, Energía y Turismo para promoción 319. Un tema de esta envergadura como es acabar con la violencia machista sin presupuesto. No lo tratan como cuestión de Estado, lo tratan como una cuestión de foto”.