La Mezquita Mayor de Granada ha interpuesto denuncia ante la Policía Nacional por el ataque sufrido el sábado por doce neonazis con gritos xenófobos e islamófobos y con bengalas. El imán de la mezquita, Sheij Ahmed, ha confirmado que la denuncia se ha presentado porque estos jóvenes habrían cometido un delito de odio. El presidente de la Fundación Mezquita de Granada, Malik Ruiz ha confirmado que en la denuncia se han adjuntado fotografías y vídeos para que los responsables del ataque sean identificados.
Con la formalización de la denuncia, la Mezquita Mayor de Granada espera que la Fiscalía y la Justicia actúen ante unos hechos que implican graves acusaciones contra la comunidad islámica.
Granada Abierta se ha solidarizado con la Mezquita del Albaicín, ha condenado el ataque del grupo «fascista» Hogar Social y ha lamentado que la extrema derecha pretenda aprovechar el ataque terrorista en Cataluña para sembrar la islamofobia.
Fue la Policía Local de Granada la que recibió un aviso por el que se les instaba a acudir a la Mezquita Mayor, situada en el barrio del Albaicín, ya que se había detectado la presencia de una docena de neonazis que estaban alterando el orden público en la puerta del lugar de culto musulmán. Los que estaban perpetrando el ataque eran miembros de la organización de extrema derecha “Hogar Social” que se situaron a la entrada de la mezquita gritando consignas xenófobas e increpando a los musulmanes con insultos y acusaciones de terroristas o de recibir financiación del Estado Islámico. También gritaron consignas en las que reclamaban la expulsión de los musulmanes de España y de Europa.
Los neonazis de Hogar Social mostraron una pancarta negra en la podía leerse «Quien financió esta mezquita, financia el terrorismo. ¿Por qué callan las autoridades?», junto al logotipo de este colectivo.
Por otro lado, lanzaron bengalas y botes de humo al interior con la intención de que el humo generado generara una situación de miedo y pánico entre los que se encontraban en la mezquita para obligarles a salir y agredirles. Los neonazis no accedieron a las instalaciones de la mezquita, pero su acción sí generó confusión y tensión entre quienes en ese momento se encontraban en su entorno, a lo que se suma las consignas anti-islámicas que difundieron públicamente.
Cuando llegó la Policía Local los neonazis escaparon por las calles del Albaicín lo que hizo imposible que los agentes pudieran realizar identificación alguna.