El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado que «ya no existen excusas» para detener las reformas del sistema autonómico «necesarias» para ofrecer un proyecto conjunto para España, pero que resulte atractivo también para muchos catalanes «ahora desconectados racional y emocionalmente del Estado». Así se ha expresado durante su intervención en el desayuno informativo de Fórum Europa Tribuna Mediterránea, donde ha insistido en la necesidad de «tender puentes» ante el conflicto y la tensión desatada durante la jornada del referéndum del 1 de octubre en Cataluña.
En este sentido, Puig ha explicado que «el problema catalán» debe servir para fijar una agenda política para solucionar la crisis territorial y acelerar la reforma que necesita todo el sistema autonómico. «No se puede afrontar el problema en Cataluña, sin atender la crisis territorial en su conjunto», ha dicho.
Es por ello que ha hecho un llamamiento a implantar «sin más retraso» las reformas del sistema autonómico que solo necesitan de «voluntad política». «El inmovilismo ya ha ampliado demasiado las fracturas; espero la valentía necesaria para empezar a abordar la reforma, para reconectar con aquellos que creen hoy en la ruptura y con todos los territorios que anhelamos un nuevo proyecto en el que sentirnos iguales en nuestra diversidad», ha explicado.
En este sentido, el president ha propuesto «tres puentes» para superar el problema territorial: constituir una mesa de diálogo entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, abordar la reforma de la Constitución e impulsar de forma inmediata la reforma del sistema de financiación. En cuanto al entendimiento entre instituciones, el jefe del Consell ha instado a la urgencia de «una mesa de diálogo sincero, sin líneas rojas y en la que se abandonen los maniqueísmos«. «El punto de partida, ayer, hoy y siempre, en democracia es el diálogo», ha reiterado Puig, quien también ha planteado que si los actores este proceso no son capaces de dialogar, «deben apartarse».
Asimismo, ha apuntado la necesidad de una reforma constitucional que permita «conjugar la diversidad territorial y la igualdad de los ciudadanos». «Para que ello ocurra, necesitamos una lealtad institucional, cuyo contenido también debería quedar reflejado en el texto de la Constitución», ha indicado en alusión la necesidad de instrumentar una mayor cooperación entre las administraciones públicas.
En cuanto a la reforma del sistema de financiación, el jefe del Ejecutivo ha reiterado la importancia de abordarla como «solución estructural» y que sea atractiva para todas las comunidades autónomas. «No sólo tenemos que repartir mejor los recursos del Estado, sino que, de esos recursos totales, las autonomías tienen que recibir un porcentaje mayor», ha indicado.
«Creo que hace falta recorrer esos puentes, impulsar esa España policéntrica, ese Estado federal cohesionado, solidario, responsable y plural«, ha concluido Puig, que ha añadido que «el problema no se va a resolver confrontando banderas patrióticas, sino enarbolando el patriotismo de la igualdad entre personas y aceptando como común la bandera de la tolerancia a los diferentes sentimientos y culturas».
El jefe del Consell ha explicado que la crisis territorial se explica a través del agotamiento del Estado autonómico, que lo está a causa de la recentralización, la infrafinanciación y la distribución de las inversiones. En este punto, Puig ha recordado que la Comunitat Valenciana es la autonomía que menos recursos recibe por habitante, tal y como reconoce el Ministerio de Hacienda, y ha puesto al Corredor Mediterráneo como ejemplo del centralismo y «abandono irracional» de la periferia.
El jefe del Ejecutivo valenciano también ha aprovechado su intervención para mostrar un firme rechazo a la violencia. «Nunca la violencia es la respuesta a un problema político«, ha asegurado ante la situación vivida en Cataluña durante el referéndum. «Este día 2 no ha sido un punto de llegada, sino un punto de partida», ha manifestado tras afirmar que en este momento, lo inmediato tanto en Cataluña como en resto de España, es rebajar la tensión y recuperar el diálogo institucional.
Asimismo, ha subrayado la idea de que la fortaleza política más sólida es la que nace del acuerdo y ha recordado que «en democracia no se vence, se convence». «Ayer perdimos todos. La fractura sigue. La fractura ayer se hizo más grande y hay que superarla», ha concluido.