No ha sentado nada bien en el seno de Podemos el acuerdo para la aplicación del artículo 155 y la reforma constitucional entre el PSOE y el PP. O entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, si se prefiere. Nada más conocerse el miércoles por la mañana los dirigentes de la formación morada comenzaron, o retomaron, los ataques contra los socialistas. Las charlas entre los principales dirigentes de ambas formaciones debieron hacer entender que el PSOE aceptaba la hoja de ruta morada a Iglesias. Sin embargo, la hoja de ruta de los socialistas es la suya propia y la que se decide en la calle de Ferraz, no en Princesa, a pesar de la cercanía.
Pablo Iglesias había acusado a Rajoy de romper España y de no tener las agallas de Adolfo Suárez para dialogar. Bien claro lo dejó Xavier Domènech pidiendo al presidente: “Si no pueden dialogar, márchense ya. No por el bien de Catalunya, sino por el bien de España”. Pero lo de Sánchez no lo podían imaginar y les ha estallado en las manos precisamente en el peor momento y con la peor estrategia posible. Desde el PSOE siguen tendiendo la mano al diálogo pero no al modo en que quieren desde Podemos, sino mediante una reforma constitucional. Lo que les deja aún más descuadrados pese a ser algo que vienen reclamando desde esa formación política. Pero no así, no de este modo, sino como ellos y ellas habían idealizado.
Ya a finales de septiembre de este mismo año Iglesias le había pedido a Sánchez que no cayese en la trampa de un frente con el PP. Y eso es lo que entienden que ha sucedido ahora. No basta con que desde el PSOE su secretario general afirme que Puigdemont debe escuchar a todas las voces que conforman Cataluña. Que el diálogo debe comenzar allí donde se produce el conflicto y sin más mediación que una mesa redonda donde quepan todos los actores. Nada de esto han entrado en el fondo racional de Podemos que ha salido al ataque. Y lo hacen donde mejor se manejan las redes sociales.
Irene Montero afirmó en Cuatro (ver tira de imágenes) que no entiende “que el partido más corrupto de Europa sea para el PSOE el mejor aliado para abrir una reforma de la Constitución”. Salvando que igual en Italia la Democracia Cristiana igual ganaba al PP en corrupción, igual. Montero comenzaba a lanzar la sonda para que las redes estallaran contra el PSOE. De nada sirve que el PP, por desgracia, sea el partido que está en el Gobierno y tenga el poder para solventar el conflicto catalán. No, la corrupción y podredumbre del partido conservador y nacionalista español, que es un dato a tener en cuenta sin duda, le invalida para reformar nada.
Le han seguido sus compañeros de partido en las críticas. Algunas con fina ironía, como la de Juan Manuel del Olmo que habla de la alegría de El País por el acuerdo PSOE-PP, y que da a indicar que los socialistas se han plegado a los deseos del grupo PRISA; otras con más mala uva al recordar parcialmente nombres del socialismo patrio, como ha hecho el diputado Juan Antonio Delgado en Twitter: “¡Qué ilusión el partido corrupto y el PSOE de Guerra, Susana, el millonario Bono y F. González van a reformar la Constitución! #Laderecha”. Retoma el tema de la corrupción Delgado y le añade, con toda la mala uva del mundo, los nombres de todos aquellos dirigentes que más se han posicionado en favor de Rajoy y contra Sánchez. Comunicación directa para que las masas no piensen demasiado, ni analicen, sino que transmitan el mensaje. “Los corruptos y el PSOE malo ganan” vienen a decir. Algo que cala, incluso dentro del PSOE, en los sectores más irracionales.
Monedero y Espinar reflexionando sobre el PSOE
Juan Carlos Monedero, en su blog del diario Público, utilizando Juego de Tronos para su análisis de las últimas horas (Catalunya que decidan los Lannister), la tesis fundamental del texto es que no hay más salida que la que ofrece Podemos y sus confluencias: el diálogo con mediación. Una mediación que vendrá impuesta del exterior. Algo que ya ha avanzó Ada Colau al afirmar que ya ha negociado el Govern “con gente importante”. Un diálogo con esa “otra España” que sí quiere dialogar. Y ¿quién conforma esa otra España? Podemos y sus confluencias o las gentes de blanco. Porque todas esas gentes que salieron con banderas y camisetas blancas lo hicieron en representación suya. Esto es, desde Podemos (Monedero no lo cita textualmente aunque Espinar sí) el apoyo blanco del día 7 de octubre era a su propuesta. Y ¿los socialistas que acudieron son también suyos? O ¿las gentes que no les votan a ninguno pero entienden que el diálogo es la mejor forma de solucionar las cosas también son suyos? O ¿No llevan defendiendo los socialistas el diálogo tanto como desde Podemos? Suelen hacer esto en Podemos con frecuencia, arrogarse una voluntad que no ha expresado preferencia por ellos y ellas.
Acusa, con cierta razón, al PP de estar dando legitimidad, con la violencia con la que ha actuado y el uso de lo jurídico, al independentismo. Algo que antes no poseían según el profesor de la Complutense. Es de suponer que legitimidad hacia el exterior porque entre los secesionistas sí la tenían. También les acusa de seguir pensando en una España Imperial y caminar hacia la ulsterización de Cataluña. Como hacía Cánovas del Castillo se entiende. Y eso le sirve para acusar a Sánchez de ser el “muñeco de trapo” del partido conservador. ¿Por qué? Porque el PSOE está asustado ya que “Sánchez no controla a sus diputados y Susana habla directamente con Rajoy”. Toma ya. Azuzando la bicha. Pero ¿los diputados no debían ser libres en la mágica utopía podemita? Parece que en Can PSOE no pueden. Pero miedo con un PSOE que le defiende salvo, parece ser, la dirigente andaluza, no debe tener Sánchez. Más bien responsabilidad para no meter la pata.
Tampoco Ramón Espinar se queda corto en sus reflexiones Apuntes urgentes sobre la situación política en España. Para el senador morado el PSOE está preso de su pasado y de la llamada al cierre de filas del jefe del Estado, Felipe de Borbón, por lo que es normal que acabe acordando siempre las “cuestiones de Estado” con el PP. Hay que ser disciplinados con la oligarquía y el Borbón. No hace más, a juicio de Espinar, el PSOE que seguir la tradición de la últimas décadas del partido socialista. “Asumimos [tras las primarias socialistas] que se abría la posibilidad de encontrar en un PSOE nuevo un aliado para impulsar las transformaciones que nuestro país necesita para avanzar en un sentido progresista”. Esto con el acuerdo alcanzado con el PP se ha quebrado, se lamenta el secretario general de Podemos Madrid.
“Segunda oportunidad para cambiar el rumbo y segunda oportunidad perdida, segunda decepción para los centenares de miles de militantes y votantes del PSOE” escribe Espinar. Más bien decepción para las personas que forman Podemos, porque entre los “millones de votantes” del PSOE, más que a Podemos, habrá de todo. Y entre la militancia igual. Aunque, no se comprende la primera oportunidad de cambio del rumbo, salvo que se refiera a votar como presidente del Gobierno a Pablo Iglesias en una moción de censura que no contaba con votos suficientes. No como hizo Podemos al abstenerse cuando Pedro Sánchez se presentaba (de la mano de Ciudadanos hay que recordar). Son dos decepciones, una para cada formación más bien. Y ambos noes con lógica en su votación.
Entonces ¿cuál es esa segunda decepción que tanto lamentan desde la filas de Podemos? Que el PSOE les ha ganado por la mano la reforma constitucional. Ahí está el meollo de la cuestión, porque para Podemos el conflicto catalán es algo tan táctico como pueda ser para Ciudadanos. Son votos y diputados y diputadas a ganar o perder. Son alcaldías y presencia mediática a perder. Ambos son jacobinos y lo que les gustaría es controlar el poder desde el mismo centro.
Así lo afirma Espinar: “El campo político del cambio tiene la responsabilidad de extender el impulso constituyente que vive Catalunya al conjunto de España definiendo una hoja de ruta para la refundación de nuestro país”. La hoja de ruta que tienen marcada en Podemos y el impulso constituyente que se construye desde una hegemonía del pueblo. Por esto les ha dolido que sea el PSOE el que comience el camino de la reforma constitucional que acabará en un proceso constituyente. Han sabido negociar el camino del cambio, cosa que en Podemos sólo alegan.
Por eso Teresa Rodríguez ha salido echando fuego por los ojos manifestando: “Mariano y Pedro hurtando un proceso constituyente por un apaño de 6 meses y Susana a españolear”. ¿A quién han robado el proceso? Seguramente a Podemos que quería dirigir el cotarro. Ya que no son hegemónicos, ni a nivel electoral, ni a nivel social, al menos esa dirección la querían para ellos y ellas. Y se la roban de las manos. Pablo Padilla, diputado en la Asamblea de Madrid, da más detalles sobre el asunto. El proceso de reforma constitucional, al que habría que añadir más cosas que lo meramente territorial (algo que también comparten desde el PSOE), debería poner al pueblo a discutir, no sólo utilizar un referéndum. Algo que es complicado técnicamente, salvo que Pueblo lo definan como agentes sociales (amigos), sindicatos y patronal. Entonces sería algo tan oligárquico y aristocrático como el grupo de diputados y diputadas.
Aunque lo mejor de todo es la meditación de Monedero sobre la reforma. Entiende que en ningún momento se producirá el “cierre restaurador en España sin medio país”. Si lo acuerdan PSOE, PP, Ciudadanos, PNV y CC aún quedaría medio país fuera. Justo el que ellos y ellas representan. No sabemos de dónde saca las cifras porque sumando las delegaciones (votos) recibidas por los partidos, sale más de esa media España. Es más se quedarían fuera unos ¿6 millones? Y eso no es media España. Salvo, como decimos, que considere Monedero como infantes (carentes de voz en su traducción literal) a todos aquellos que no están de acuerdo con sus postulados. Entonces se quedaría casi toda España fuera.
El caso es que Podemos va a tener que cambiar de estrategia, otra vez, y rendirse a las evidencias. Tendrá que sumarse al proceso de cambio constitucional para aportar sus ideas y poder hacer alianzas duraderas. El proceso hegemónico de los significantes y todas esas zarandajas de Ernesto Laclau (que sirven para matar materia gris) mejor que lo dejen para otro momento. Queda muy bien al explicarlo en charlas, pero la realidad les supera cada vez más. No se puede estar en misa y repicando, algo que también acontece con la derecha naranja, por cierto. Si hubiesen leído a Niklas Luhmann todo este proceso lo entenderían mejor. El caso es el que PSOE marca su propia agenda y en ella no está Podemos por su forma de ser. Ahora les tocará aceptar el camino marcado por otros, por los de la calle Ferraz.
Como les ha dicho Pedro Sánchez en la cadena SER: “Animo a Pablo Iglesias y a Podemos a unirse a esta vía reformista porque entraron al grito de que querían regenerar la política en nuestro país y, si no lo hacen, no estarán respondiendo a sus electores”. Como también ha peleado porque Rajoy recibiese a Pablo Iglesias. Unos tanto y otros tan poco.