España es el tercer país de la Unión Europa en el que más ha crecido la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social desde 2008, tras aumentar 4,1 puntos porcentuales y situarse en el 27,9% en 2016, según los datos publicados por Eurostat.
La tasa de riesgo de pobreza o exclusión social se incrementó en 10 países de la UE en los últimos: Grecia (7,5 puntos), Chipre (4,4 puntos) y España (4,1 puntos) fueron los Estados miembros con mayores incrementos.
En el polo opuesto, el riesgo de pobreza o exclusión social disminuyó durante este periodo en Polonia (en 8,6 puntos porcentuales), Letonia (-5,7 puntos) y Rumanía (-5,4 puntos). En el conjunto de la UE, la tasa se contrajo un 0,3%.
La tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de la UE se situó en 2016 en el 23,4%: 117,5 millones de europeos cumplen alguno de los tres criterios que establece Eurostat: pobreza económica después de transferencias, grave privación material o vivir en hogares con muy baja intensidad de empleo.
Según Eurostat, los países con mayores proporciones de población en riesgo de pobreza son Bulgaria (40,4%), Rumanía (38,8%) y Grecia (35,6%). En el polo opuesto se sitúan República Checa (13,3%), Finlandia (16,6%), Dinamarca (16,7%) y Países Bajos (16,8%).
Sin embargo, desglosando los datos según esos tres criterios, los países con mayor tasa de pobreza económica después de transferencias fueron Rumanía (25,3%), Bulgaria (22,9%) y España (22,3%), mientras que República Checa (9,7%), Finlandia (11,6%) y Dinamarca (11,9%) registran las menores proporciones. Bulgaria (31,9%), Rumanía (23,8%) y Grecia (22,4%) son los países con más población que vive en hogares con grave privación material y Suecia (0,8%), Luxemburgo (1,6%) y Finlandia (2,2%), los que cuentan con las tasas más bajas.
En cuanto a los ciudadanos que viven en hogares con baja intensidad de empleo, Irlanda (19,2%), Grecia (17,2%) y España (14,9%), fueron los países con mayores porcentajes y Estonia (5,8%), Polonia (6,4%) y Eslovaquia (6,5%), registraron los más bajos.
Se trata de datos oficiales, no son estadísticas o previsiones y, al igual que ocurre con las cifras de las administraciones públicas españolas, desmienten el optimismo en la recuperación económica que el Partido Popular quiere vender a todo aquel que quiera escucharlos. Que la cuarta economía de la Unión Europea tenga esas tasas de riesgo de pobreza y exclusión social demuestra que la recuperación económica se está produciendo por arriba y en la nube de la macroeconomía y en los beneficios del capital. Estos datos vergonzosos se dan porque España no está generando nueva riqueza, sino que la que hay la está repartiendo de manera muy desigual. Mientras las rentas del capital se incrementan al mismo nivel que el número de millonarios, el empleo que se crea es más precario y con unos salarios más bajos, además de los abusos empresariales respecto a los falsos autónomos o al fraude de las horas extraordinarias no pagadas. La propaganda, al igual que las mentiras, tiene las patas muy cortas, como dice el adagio popular, y cada vez que se hacen públicos datos oficiales, tanto españoles como europeos, se demuestra que Rajoy y su Gobierno están destrozando a los ciudadanos españoles llevándolos a una situación en la que sus vidas están en serio peligro. Eso no se puede consentir de un gobierno democrático.