El encuentro ha pasado casi de puntillas entre los temas catalán y corrupción del PP con Gürtel. Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijoo y Juan Vicente Herrera, responsables máximos de las comunidades de Madrid, Galicia y Castilla y León, se han reunido en la sede de la Comunidad de Madrid para firmar una Declaración de Alianza Estratégica. Alianza que se basa en: “El objeto de esta declaración institucional es manifestar la voluntad de crear una Alianza Estratégica orientada a impulsar el eje Madrid- Castilla y León- Galicia como motor de desarrollo y dinamización económica y social, que se articulará ampliando la colaboración y cooperación en aquellas áreas en las que las tres Comunidades tienen intereses comunes, que contribuyan a aunar esfuerzos e impulsar sus respectivos territorios”.
Realmente el trasfondo de toda la Alianza, exceptuando las colaboraciones en materia de Sanidad, es la vertebración de un Corredor Ferroviario-Logístico como contrapeso al Corredor Mediterráneo. “Los firmantes consideran que la movilidad, la logística y el transporte son herramientas fundamentales para el desarrollo del sector productivo y el asentamiento empresarial” establece la Alianza. Frente a la gran presión social y empresarial en el desarrollo del Corredor Mediterráneo, las baronías del Partido Popular ofrecen un contrapeso al gobierno con sus exigencias en su propio Corredor.
La Alta Velocidad con Galicia como exigencia y como marco para otra plataforma logística que es más centralista y menos radical. Por eso también indican que Madrid, además de con este corredor, debe estar conectado con el resto del norte peninsular. Un Norte que pasaría por Castilla y León y que también se debería conectar con Galicia. Una especie del “¿Qué hay de lo mío?” versión logística y del PP. Frente a la Alianza socialista-regionalista del Corredor Mediterráneo, el PP lanza su propia versión del sistema logístico que realmente está en mente del gobierno de Mariano Rajoy.
Cifuentes no ha podido evitar referirse a la situación en Cataluña al manifestar que tras constatar “cómo un gobierno autónomo ha tomado como rehenes a sus propios ciudadanos, dividiendo a la sociedad catalana a la cual representan y amenazando la unidad de España, este acto tiene que servir para refrendar la unidad de España y poner de manifiesto que la descentralización tiene un sentido y un potencial que son muy importantes y muy diferentes a lo que en Cataluña se está queriendo dar”. Una defensa clara y españolista del Estado de las Autonomías.
Porque como han reconocido en sus intervenciones los presidentes y la presidenta, la España de las Autonomías está más viva que nunca y tiene posibilidades aún sin descubrir como la Alianza Estratégica que se ha firmado. Así han dicho los tres que “suscriben y reafirman su compromiso con la vigencia del Estado de las Autonomías, como marco político-institucional que ha permitido articular con solvencia la convivencia entre los españoles y consolidar la democracia y el avance en el bienestar de todos los territorios de España”.
En sentido contrario entienden que hay que estar “unidos, por encima de ideologías y de intereses particulares, en la respuesta que el Estado de Derecho está dando al golpe contra nuestra democracia. Sin dejarnos engañar por las maniobras, las excusas ni las argucias de aquellos que han quebrantado la Constitución y las leyes, empezando por su propio Estatuto de Autonomía”.