Con la que está cayendo y a Susana Díaz no se le ocurre otra cosa que acudir al Bruselas a hablar con diversos comisarios europeos. Porque, que se sepa, no tiene intención, por el momento, de proclamar la República Andaluza. El caso es que allí acudirá la dirigente andaluza para quejarse del mal reparto financiero que existe en España y en Europa. Aunque lo de Europa no ha quedado muy claro durante la celebración de la reunión con el Consejo Económico y Social. Existe, eso sí, el deseo de converger con otras zonas de la Unión Europea y por ello se entrevistará con Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas.
El Brexit o la política proteccionista de Donald Trump seguramente tengan una repercusión sobre el desarrollo económico de Andalucía ha expresado la presidenta. Y por ello entiende que tiene hablar con los dirigentes europeos. Sin darse cuenta de que las funciones de relaciones exteriores no caen entre sus competencias directas, sino que son del Gobierno estatal. Pero la estrategia de tener proyección estatal (e internacional) más allá de sus propias funciones le puede. Tiene ese resquemor aún de la derrota en las primarias socialistas. Y le puede.
Realmente, todo el PSOE-A está muy preocupado, como el resto de dirigentes regionales del PSOE, por el nuevo sistema de financiación que se quiere implementar en España. “Los presupuestos generales del Estado no pueden ser una subasta para garantizar la aritmética parlamentaria de un país” ha manifestado. Las diferencias que se establecen durante los Presupuestos Generales siempre perjudican a aquellas regiones que tienen dirigentes de partidos de ámbito estatal. Es algo sabido y que ha sucedido durante los últimos 40 años. Claro que olvida ella misma que también juega con los presupuestos para garantizar su propia mayoría en el Parlamento andaluz.
Susana Díaz busca con esta estrategia, como se decía, tener una proyección nacional por encima de las siglas de partido. Y por ello ordena dentro de la Junta y del PSOE-A que diversas acciones tengan esa proyección nacional. No puede quedarse en Andalucía gobernando y solventando los problemas de los andaluces. Le parece muy aburrido enfrentarse a Moreno Bonilla o Rodríguez cada vez que hay Pleno. Prefiere hacer oposición, por su cuenta y riesgo, a Mariano Rajoy. Todo ello sin ver que ya existen personas que hacen eso a nivel estatal. Y respecto a la financiación pues se las tendrá que ver con Puig, Lambán o García Page. Porque ahí no hay amigos sólo defender lo propio.
Mario Jiménez a Almería para hacer oposición a Rajoy
Dentro de esa estrategia, de ir más allá de las fronteras regionales y tener proyección nacional y hacer oposición a Rajoy, se encuentra la presencia de Mario Jiménez en Almería para reunirse con los diputados y cargos almerienses. “Cuando Mariano Rajoy entró por la puerta de la Moncloa las inversiones públicas para Almería salieron por la ventana” ha expuesto como máxima opositora. Desde estas mismas páginas se ha cuestionado esa carencia inversora pero explicando bien las cosas y señalando especialmente a quienes votan contra Almería en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando y demás diputados almerienses.
De hecho, en la reunión con los demás socialistas ha recordado que el grupo socialista en el Congreso ha presentado una Proposición No de Ley en la que instan al gobierno del PP a acometer una serie de obras de gran interés para la provincia, como son el arreglo y puesta en funcionamiento de la desaladora de Cuevas, la desalobradora de la Balsa del Sapo, mejora de la infraestructura de riego en Adra, la adquisición de la desaladora de Níjar o la ampliación de la desaladora de Carboneras y su conexión con el campo de Tabernas. No Andalucía, sino los diputados y diputadas socialistas.
Eso sí, según el parecer de Jiménez, la Junta de Andalucía sí que dedica recursos y esfuerzos para la provincia. Aunque, se desconoce si por cuestión de un lapsus mental, nada han dicho de la gestión de Gabriel Amat, quien es representante del Gobierno estatal, como presidente de la Diputación, en la provincia. Con Amat la Junta trabaja codo a codo. Y calla ante las tropelías que comete. ¿Por qué? Algún día se sabrá. Pero como sucede a nivel estatal hay silencio y se le permite que haga lo que desee en la Residencia de Almería o en Las Salinas roqueteras.