Mariano demostraste cuando la sinrazón de ETA atacó a uno de nuestros medios en la persona de nuestro delegado y hermano en Euskadi en aquellos años y tuviste un comportamiento humano cuando nos recibiste en la Moncloa para ponerte a disposición del medio. Son razones suficientes para que tenerte respeto y creer en lo que dices en más ocasiones de las que pudieras pensar. Que tú ayer dijeses que deseabas que diez de diez mujeres se libren del terrorismo machista, es tu deseo de persona más que de Presidente, pero no es lo que demuestran ni tu Gobierno ni el Congreso de los Diputados al que tú también perteneces. Pero si tu gobierno y la clase política quisiesen hacer realidad tu deseo, lo mismo que se protegió a los amenazados por ETA, ahora las mujeres amenazadas por el terrorismo machista necesitan de la misma protección. En los presupuestos de Interior y Defensa habría que asignar más recursos para este fin, tal y como hemos reivindicado en muchas ocasiones en estas páginas. No las podéis dejar indefensas ni vosotros ni la Justicia. Como consecuencia de ello, hacemos la siguiente reflexión.
Todas y todos llevamos en el alma la libertad dormida o expectante. Ha llegado el momento en el que no se debe ni se puede esperar más, así lo creemos en Diario16 mujeres y hombres. Se necesita despertar por necesidad, por dignidad, por rebelión de las conciencias contra la injusticia de la desigualdad, del maltrato, del terrorismo machista, frente al asesinato, el ultraje, la coacción, el chantaje, la traición y el abuso del miedo.
Es tiempo de poner en acción la libertad junto a la razón sin miedo, es tiempo de que la sociedad en general ponga a disposición de la mujer el reconocimiento de una fuerza de valores que le proporcione capacidad legal y humana para que puedan resolver la mayor de las dificultades, vencer la resistencia de la intolerancia machista y patriarcal que las empujan constantemente a un abismo de prepotencia, soberbia e incomprensiones.
La razón sin miedo que magnifica la dignidad nos hará a todas y a todos más útiles, más libres, más fuertes, más humanos en definitiva, para que podamos ser capaces de crear una sociedad fundamentada en el respeto y la tolerancia en favor de una igualdad absoluta sin dudas de ningún tipo. Hay que lograr entre todas y todos, con honestidad y actitudes positivas, transformar los privilegios con sabiduría, los narcóticos de la vanidad en justicia social y la pérdida del sentido de la realidad social en libertad con dignidad.
En definitiva, en esta sociedad autoritaria, controladora, intolerante, terrorista y violenta fundamentalmente contra la mujer, el riesgo no es arriesgarse, el riesgo lo transformaremos en justicia. Un pueblo jamás será libre, democrático y digno si las mujeres no ostentan los mismos derechos que los hombres en todo y para todo, sin distinción social en absolutamente en nada.
Ha llegado la hora de que la mujer consiga vivir en democracia con dignidad, igualdad y justicia. Los malos tratos, la desigualdad, el terrorismo machista y el asesinato avanzan casi como un “poder en sí mismo”, un modelo de éxito del poder de la intolerancia y la dictadura machista, un “poder” de desgobierno en ausencia de garantías legales e intolerancia e injusticia desmedida.
Las mujeres deben exigir a la sociedad habilitar unas condiciones democráticas adecuadas, porque sin duda lo están en sabiduría, derecho y razón para encarar los retos por derecho, convicción o compulsión por delante de la propia existencia. Defendemos la libertad, la igualdad y el derecho a que la mujer pueda ser feliz, y que no necesite permiso para ello.