Ha sido durante la celebración del Comité Ejecutivo Regional, más conocido como los Cien Mil Hijos de Cifuentes por su amplitud, donde la presidenta madrileña ha ido exponiendo sus pretensiones de futuro. “El programa electoral de 2019 será innovador en lo político, dinamizador en lo económico y todavía más sensible en lo social” ha expresado Cristina Cifuentes. A ello hay que añadir el laborioso trabajo realizado hacia dentro, eso que no suele verse, para reconstruir un partido “quemado” por la corrupción de los anteriores dirigentes máximos. Todo ello con el fin de “recuperar la confianza de los ciudadanos y devolver al Partido Popular el protagonismo político que nunca debió perder en esos municipios”.
Porque Cifuentes, junto a su equipo de trabajo, es consciente que sin el poder municipal no hay cercanía con el ciudadano de a pie. Por eso invita, tal y como ella intenta hacer cuando puede, a los demás miembros del partido a salir a la calle y estar con las personas y conocer, de primera mano, sus necesidades. Además, en plan triunfalista, Cifuentes ha querido recordar que el PP madrileño tiene casi 70.000 afiliados, lo que supone cuatro veces más que el PSOE, su gran confrontador.
Y no se ha escondido respecto a la gran lacra que tiene el PP de Madrid encima, como es la corrupción. Por ello, ha defendido que va a seguir con su política de “tolerancia cero” con la corrupción, “porque el extraordinario trabajo que están llevando a cabo todos y cada uno de los militantes del Partido Popular en este tiempo nuevo y complicado que comenzó tras el último Congreso Regional, no puede verse desvirtuado por conductas que, aunque aisladas, no respondan a las más altas exigencias de la ética”.
En otro orden de cosas no ha podido dejar de referirse a lo que sucede en Cataluña. Todos los dirigentes regionales tienen esa tendencia a mira con el rabillo del ojo a lo que sucede a nivel estatal. Así, Cifuentes cree que el 21-D es la cita “más importante que tiene España”. En unas elecciones autonómicas que espera y desea que deparen un gobierno constitucionalista que “ponga fin a la locura del independentismo y recupere la convivencia que nunca debió perderse”.
En este sentido, y al igual que otros partidos, el PP madrileño, ha querido anunciar la presidenta se volcará con Cataluña: “En el Partido Popular de Madrid nos estamos volcando con nuestros compañeros del Partido Popular de Cataluña. Y para mí es un orgullo decir que 800 militantes del PP de Madrid participarán como voluntarios, en calidad de interventores y apoderados, en las autonómicas catalanas, aunque han sido muchos más los que se han ofrecido para ello”.
También ha tenido a bien hacer patriotismo, con una larvada indirecta hacia otros partidos: “a diferencia de otros, en el Partido Popular creemos en Madrid, y creemos en España. Queremos a España. La España de todos: de los madrileños, de los asturianos, de los gallegos, de los andaluces, de los catalanes… De cuantos a lo largo de los siglos han contribuido a forjar las señas de identidad que nos hacen ser, ante todo españoles”. Y parafraseando a Kazuo Ishiguro quiere alejarse de los nacionalismos por ser tribalismos (¿incluido el español?).