No hay nada mejor que jugar en casa, con toda la afición apoyándote y que el árbitro sea casero. Algo parecido le ha pasado a la presidenta de la Junta de Andalucía en la entrevista que le han realizado en la cadena SER. Ninguna pregunta dolorosa, ninguna crítica objetiva a su gestión, sólo una especie de discurso navideño adelantado de Susana Díaz. Mucho crecimiento económico que no llega a todos y todas, mucho andalucismo, mucha vigilancia para que no haya desigualdad entre las comunidades autónomas, la culpa de todo es de M. Rajoy y poco más.
La presidenta de la Junta ha afirmado que lo mejor de 2017 han sido los más de 71.000 parados menos con los que cierra el ejercicio Andalucía. «Ésa es la mejor noticia y lo que deseo para 2018», ha manifestado con alegría. Para Díaz, el próximo año tiene que seguir la senda del actual en cuestión de empleo, «que sean muchísimos los andaluces que lo encuentren y que tengan condiciones de calidad», ha aseverado. En este sentido, ha añadido, «si España está creciendo, la economía se está estimulando y se está creando riqueza, los salarios tienen que crecer y el trabajo tiene que ser digno». ¿Cómo hacerlo? Una incógnita que ha dejado la sapientísima dirigente.
Lo contrario, ha advertido, tendrá repercusiones con un estancamiento del consumo. «Hoy es impensable porque estamos en los días de Navidad, los Reyes, la gente está comprando, pero a la vuelta de 2018 si los salarios no crecen al ritmo en consonancia con lo que está creciendo la economía podemos volver a entrar en un bucle que no nos permita que la recuperación llegue a los límites que hoy estamos en condiciones de alcanzar», ha aseverado. La sociedad consumista como marco de progreso histórico es lo que quiere Díaz. Esa misma sociedad consumista que genera una alienación en las personas (pues no llegan a ser seres) y que sirve de rueda de molino del capitalismo y el mantenimiento de las estructuras de poder que con él van ligadas. Un discurso muy socialista como se ve.
Para Díaz, la comunidad andaluza está en el «camino correcto» que es el de la «estabilidad, seguridad y confianza de que cada decisión que está tomando el Gobierno de la Junta se traslada a la vida de las personas a mejor». Según la presidenta, Andalucía es «el espejo incómodo en que se mira la derecha, porque aquí se amplían y recuperan derechos». Por eso, ha dicho, Andalucía se ha convertido en un «elemento de equilibrio, de armonía, de estabilidad, que ayuda a la cohesión en España». Las derechas miran a Madrid que crece más y mejor según las estadísticas y además es gobernada por ellas, y eso de que Andalucía ayuda a la cohesión de España debería haberlo explicado porque no se entiende en qué sentido. O ¿es que quiere ser nacionalista?
De este modo, Susana Díaz ha puesto en valor el hecho de que la comunidad cuente con presupuesto el próximo ejercicio, frente a la incertidumbre de saber si el Estado dispondrá de sus cuentas. «Ahora valoro mucho más que el 1 de enero esta tierra eche a andar con seguridad, con confianza, con estabilidad», ha insistido. Para la presidenta, este escenario supone una oportunidad para esta tierra y «vamos a poner todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para que Andalucía genere empleo y sea de calidad; para recuperar derechos y para ampliarlos; para garantizar unos servicios públicos de calidad, educación, sanidad y dependencia que nos hagan iguales», ha avanzado. Si Andalucía ha estado gobernada por el PSOE desde que se fundó ¿los derechos que ahora se recuperan no sería el gobierno susanista el que los eliminó? Porque si son derechos que no son competencia autonómica es lanzar una boutade.
En el nuevo año, ha insistido, «Andalucía va a estar vigilante, y yo lo estaré como presidenta de todos los andaluces, para que esa igualdad entre todos los ciudadanos en España sea una realidad, para que nadie tenga la tentación de volver a una España a dos velocidades, para que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos vivamos donde vivamos». Según Díaz, el futuro de la comunidad tiene que ser «dentro de España», ayudando para «que haya cohesión social y territorial» en el convencimiento de que, «si sacamos lo mejor de esta tierra, lo mejor de cada uno de los que la componen, lo mejor está por llegar». Una España de dos velocidades, la rápida que es la que eligió y pudo haber desarrollado el PSOE antes y ahora. ¿Por qué hablar de velocidades distintas cuando te dejan correr a 120 y sólo vas a 100?
El problema de la financiación autonómica
Para la presidenta andaluza, es necesaria cuanto antes una reforma del modelo de financiación y es obligado que el Gobierno central «se ponga a trabajar» para «garantizar la educación, la sanidad, la dependencia y los servicios públicos en igualdad de condiciones en todos los territorios», sin enfrentamientos entre ciudadanos. Es responsabilidad del presidente Rajoy, ha evidenciado, poner «sobre la mesa» el nuevo sistema tal y como se comprometió en la Conferencia de Presidentes.
«Cuando Rajoy tiene prisa las cosas salen en tiempo y cuando no tiene prisa las deja dormir y en el olvido y creo que es lo que ha hecho, ha incumplido incluso su propia palabra», ha lamentado Díaz, para la que lo peor que le puede pasar a un político «es no ser de fiar, no tener palabra». En este sentido, ha señalado, la reforma de la financiación, como la de la Constitución, tiene que hacerse con consenso porque «el camino de enfrentar, del agravio, de las prebendas es un mal camino para España» y la evidencia ha demostrado que «enfrentar ciudadanos y territorios siempre acaba perjudicando a este país».
Junto a la financiación, Díaz ha insistido en la «única vía posible» es que «seamos capaces de diseñar una reforma constitucional con un consenso similar al de la Constitución vigente, en la que todos los territorios nos sintamos parte de un proyecto compartido, colectivo que tiene presente y futuro».
En la tradicional entrevista navideña de la Cadena SER, la presidenta de la Junta ha reclamado al Gobierno central más inversión en infraestructuras en Andalucía, consciente de que en el nuevo ciclo económico en el que entramos éstas «van a determinar la capacidad de crecimiento» que tenga la comunidad. «Nuestras empresas están creciendo muy bien y con unos datos que eran impensables hace unos años, como los 17 meses consecutivos que llevan creciendo nuestras exportaciones, pero necesitan ser competitivas, necesitan ese Algeciras-Bobadilla, ese ferrocarril que baje los costes logísticos, necesitamos competir porque tenemos talento, buenas empresas, gente invirtiendo y capacidad y seguridad para que nuestro crecimiento sea mayor que el de la media española y europea», ha destacado.
En este sentido, ha solicitado el compromiso estatal con infraestructuras clave, como el metro de Sevilla «porque es una realidad, una demanda social, está funcionando, tiene retorno económico y social y hace falta que se haga». Díaz se ha comprometido a reivindicar «con claridad» que el Gobierno apoye, no mire «para otro lado» y ponga «los recursos necesarios» para la construcción de la nueva línea del metropolitano hispalense «igual que el resto de metros de España». La Junta de Andalucía, ha dicho, por su parte, pondrá lo que le corresponde.
Del mismo modo, ha explicado, hay otras infraestructuras «que tienen que tener salida» en 2018, como el tranvía de Jaén, «que aquí tampoco el Ayuntamiento puede seguir mirando al tendido»; el cercanías de Córdoba; el ferroviario a Almería, ciudad que «no se puede sentir abandonada y que sea la última a la que vaya a llegar el ferrocarril en España», o el AVE en Granada.
Relaciones exteriores y el Peñón
Preguntada sobre las consecuencias del Brexit para el Campo de Gibraltar, la presidenta ha señalado que «las personas van por delante de las banderas» y que en la solución que se dé al acuerdo con Reino Unido tiene que tener «una singularidad esas 10.000 ó 12.000 personas que cada día entran a trabajar o que tienen oportunidades laborales dentro del Peñón».
Díaz ha pedido a todas las instituciones que sean conscientes de que el Campo de Gibraltar es «una zona con muchos problemas a la que hay que prestarle mucha más atención», que requiere «un trato singular» y «una mirada más comprometida». La presidenta ha advertido de que «se hace más patria y que los ciudadanos se sientan más orgullosos de pertenecer a España, cuando tienen más oportunidades».
Por último, la presidenta de la Junta ha asegurado que no permitirá que «nadie nos devuelva a la etapa preautonómica en la que no estaba garantizada la igualdad entre todos los ciudadanos en este país». Andalucía, ha recordado, fue la única que «se ganó por derecho, por voluntad de los ciudadanos y en el ámbito de la Constitución» ser «autonomía de primera».
Por ello, ha dicho, «como heredera de aquel 4 de diciembre y del 28 de febrero, vamos a levantar la voz para que Andalucía se escuche, porque escuchando a Andalucía se garantiza la igualdad de todos los ciudadanos de España«. Y el problema es que se lo cree de verdad.