El exvicepresidente del Gobierno, exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional y expresidente de Bankia ha rechazado este martes cualquier responsabilidad en la crisis que ha asolado España en la última década.
Sus dardos más envenenados los ha dirigido hacia De Guindos. «El 6 de mayo (del 2012) el ministro de Economía me exigió la dimisión, que se hizo efectiva el 9. La acción de Bankia se desplomó«. Eso y el hecho de que se estrenara ante la opinión pública internacional, afirmando que el sector financiero español necesitaba una inyección económica de 60.000 millones de euros. A su juicio este mensaje fue el desestabilizador del país ante los temores de los mercados.
Tras lo ataque a De Guindos, también ha culpado al expresidente Jose Luis Rodríguez Zapatero y al PSOE, pese a que ya ha sido condenado por el escándalo de las tarjetas “black”, es investigado por posibles delitos en sus finanzas personales y está a la espera de juicio por la salida a bolsa de Bankia.
Sobre el expresidente socialista ha afirmado que su mayor «debilidad» era la pérdida de competitividad por la creación de empleo, por lo que era necesario «avanzar» en reformas estructurales. «Lamentablemente, todas las políticas llevadas a cabo durante las legislaturas del presidente Aznar fueron abandonadas en las siguientes legislaturas», ha lanzado en referencia a los Ejecutivos de Zapatero. Asimismo, ha asegurado que el Banco de España en época socialista fue el que le obligó a fusionar Caja Madrid con Bancaja y otras entidades más pequeñas para dar lugar a Bankia.
También ha mantenido que el FMI, bajo su mandato, recomendó en el 2006 -el último año antes de la crisis- al Gobierno socialista que reformase las cajas de ahorro, aunque «lamentablemente no produjo ningún efecto en las autoridades españolas de aquel momento». En el 2007, ha continuado, el organismo también advirtió al Ejecutivo en una reunión bilateral de los «desequilibrios» que demostraban el creciente déficit exterior, pero les contestaron que la «estabilidad macroeconómica estaba garantizada».
Rato ha comparecido con su tono arrogante habitual, que le ha hecho protagonizar varios enfrentamientos con los diputados portavoces, quienes han aprovechado la ocasión para atacarle duramente. Entre los más furibundos ha sido el portavoz socialista en la Comisión, Pedro Saura, quien calificó a Rato como el “personaje central de la tragedia”. “El retrato que hace la ONIF es que usted es un defraudador sin escrúpulos”. Así, fue repasando que según lo que dicen los informes de la Agencia Tributaria, “mientras, como ministro de Economía, pedía a los españoles que pagaran impuestos, usted tenía empresas en paraísos fiscales; mientras reclamaba recortes sociales a través de FMI, defraudaba a Hacienda; y mientras pedía ayudas al Estado para salvar a Bankia, cobraba comisiones de proveedores de la entidad financiera y la saqueaba”. Para terminar, acogiéndose a la Amnistía Fiscal de Montoro para tratar de blanquear el dinero que tenía fuera de España”, ha añadido al historial de Rato.