La salida de Juan José Nieto del Gabinete de Reestructuración Financiera de Duro Felguera tendrá consecuencias para el proceso en el que se encuentra la compañía desde hace más de un año. Consecuencias positivas para el Santander. Negativas para los trabajadores y para el futuro de la epecista asturiana. Aunque fue la propia entidad cántabra la que propuso a Nieto para dirigir dicho gabinete junto al actual presidente de Duro, Acacio Rodríguez, y el director financiero, José Carlos Cuevas, su dimisión apenas 15 días tras su nombramiento, da a entender que el Santander, que es quien realmente está dirigiendo todo el proceso a través de Francisco Javier García-Carranza Benjumea, no permitirá que alguien con criterio, experiencia y prestigio profesional dé las soluciones que se adaptan a las necesidades reales de la empresa y no de la entidad presidida por Ana Patricia Botín, necesidades que se basan en sacar rentabilidad de la especulación con activos tecnológicos estratégicos con los que se puede ganar mucho dinero en poco tiempo. Esa es la verdadera necesidad del Santander.
El hecho de que en estos días se haya conocido el interés de Juan Béjar para inyectar 120 millones de euros y quedarse con el 70% del capital de la compañía asturiana es un ejemplo del rumbo que el Santander quiere que siga Duro Felguera. Alguien como Béjar, que fue quien hundió FCC tras heredar una compañía solvente y puntera gracias a la gestión de los anteriores presidentes, no puede ser jamás la solución para la epecista, por mucho que encabece un grupo de inversores entre los que se encuentra Blas Herrero o que haya llegado a un acuerdo con KKR, además de que se trata de una operación claramente especulativa de la que el Santander saldrá tremendamente beneficiado.
Los movimientos que está realizando el Santander están dirigidos por García-Carranza porque hay que tener mucha frialdad para ejecutar una operación de esta magnitud, una frialdad que no viene de los méritos del ejecutivo en cuestión, sino más bien que es el modo de enmascarar su negligencia social, humana y profesional. Esa frialdad, que puede ser sinonímica de falta de escrúpulos se asemeja a quien fue mano derecha del general Gonzalo Queipo de Llano y lideró los movimientos paramilitares de ultraderecha desde el año 1.934 y tras el golpe de Estado de Franco. En Diario16 podremos ser unos románticos, pero jamás seremos idiotas. García-Carranza lo único que aporta al Santander es, precisamente, esa falta de escrúpulos que ya demostró traicionando a su propia familia al llevar a Abengoa a la situación actual en la que la multinacional sevillana está controlada absolutamente por el banco cántabro, hecho que se demuestra en los despachos que Gonzalo Hurtado mantiene habitualmente con García-Carranza en hoteles de lujo de Madrid.
Por otra parte, el actual presidente de Duro Felguera, Acacio Rodríguez, es un hombre de mucha edad con una gran experiencia en reestructuraciones empresariales basadas en la reducción de costes en base al despido masivo de trabajadores, algo que, posiblemente, a García-Carranza le place enormemente. El hecho de que se formara ese Gabinete dirigido por Juan José Nieto es la demostración de que, aunque fue el propio Santander quien lo designó, no es el hombre adecuado para dirigir una empresa como Duro. Su única aportación real a la compañía desde que se incorporó al Consejo de Administración en mayo de 2.005 es su relación con los corruptos de los diferentes gobiernos de Venezuela, relación que se centra principalmente con la esposa del ahora «desaparecido» Rafael Ramírez, y con otros de los corruptos venezolanos que campan por las calles de España o Italia que son los responsables de la situación económica de Venezuela y que en los últimos tiempos mantienen contactos muy cercanos con «Ciudadanos españoles de la vida política y con aspiraciones».
Ante esta situación en que la intervención del Santander para hacerse con el control de Duro Felguera, como ya hizo con Abengoa en el pasado, sorprende que el resto de entidades del pool aparezcan como cómplices de esta situación destructiva, porque Duro era una empresa que podría haber continuado con su actividad a través de otros modelos de gestión de la deuda, principalmente con el cobro de las millonarias cantidades que Argentina, Venezuela, India o Australia, entre otros, deben a la epecista asturiana. Sin embargo, están permitiendo que se esté utilizando la deuda como un elemento especulativo y eso se demuestra en el hecho de que no se haya siquiera contestado a la oferta de la multinacional China State Construction Engineering (CSCEC). La propuesta de una empresa que factura al año más de 100.000 millones de euros debería haber sido tenida muy en cuenta. Sin embargo, ni se ha contestado a la misma porque va en contra de los intereses del Santander.
¿Por qué el resto de entidades que forman el pool bancario siempre se someten a los intereses del Santander? Es cierto que el banco cántabro tiene el mayor volumen de deuda, pero hay que tener en cuenta un hecho: gran parte de ese porcentaje le viene del Banco Popular y, evidentemente, si éste hubiese continuado con su actividad y no hubiese sido intervenido para rescatar al Santander, la solución para Duro Felguera hubiera sido muy diferente y la empresa tendría un colchón suficiente para poder seguir generando cartera, recursos, beneficios y, sobre todo, para poder incrementar su actividad y mantener los puestos de trabajo que ahora están en serio peligro porque lo que el Santander pretende no es otra cosa que especular con los activos tecnológicos de la epecista. Esta probable sumisión del resto de entidades puede venir porque, según aseguran a Diario16 diferentes fuentes del sector financiero español, hay una guerra de dosieres porque la situación del sector bancario español sigue teniendo muchos agujeros tras el rescate a las Cajas de Ahorro y la integración bancaria promovida desde el Gobierno. Esta es una de las muchas razones por las que el Santander está intentando sacar beneficios de actividades totalmente ajenas a su negocio.
En todos estos movimientos sólo hay un perjudicado: los trabajadores de Duro Felguera que viven en la incertidumbre ante las constantes y contradictorias noticias o los extraños comportamientos del mercado. Nadie se acuerda de los más de 2.000 trabajadores, siquiera el propio Gobierno del Principado. Nadie, salvo Diario16, quien a través de sus informaciones consiguió que no se renovara el contrato a Miguel Zorita quien tuvo que salir por la puerta de atrás sin haber conseguido más que la cabeza del antiguo presidente, pero sin soluciones para la situación de Duro Felguera.
Pero los 2.000 empleos seguirán estando en serio peligro si Francisco Javier García-Carranza Benjumea sigue dirigiendo entre bambalinas las estrategias para Duro Felguera puesto que él es un histórico enemigo de la clase trabajadora y no tiene escrúpulos, tal como hizo con Isolux, Abengoa y, tal vez, con el Popular ya que presume ante sus íntimos de que en su despacho se gestó toda la operación.