Los trabajadores de los Servicios Centrales y de la Red NITA del Banco Popular están sufriendo la crueldad del Santander en su empeño de que el ERE se ejecute de manera «limpia y rápida». La entidad cántabra, al no cubrir los 1.100 despidos con empleados que se acogen de manera voluntaria el ERE, continúa con su táctica de contactar de manera insistente con los trabajadores que no se han inscrito para que se acojan «voluntariamente» al Expediente de Regulación de Empleo.
La versión que da el banco a los representantes legales de los trabajadores es que su pretensión es «informar, que no coaccionar» al trabajador sobre los beneficios que tendrá si decide salir del banco de manera «voluntaria». Sin embargo, esa aparente buena voluntad queda nublada por la actitud que está teniendo el Santander a la hora de esas entrevistas en las que «informan» de esas prebendas que obtendrán los trabajadores si cambian su decisión de continuar en la entidad y no acogerse al ERE. El Santander se está negando sistemáticamente a celebrar dichos encuentros si el empleado del Popular va a acompañado por un representante del Comité de Empresa porque, según la versión de la entidad presidida por Ana Patricia Botín, esas entrevistas se conciertan de «manera voluntaria» por parte del trabajador y que tienen un carácter meramente informativo, algo que, según fuentes de los empleados del Popular, es absolutamente falso. Dentro de la larga lista de presuntos incumplimientos de la Ley que está cometiendo el Santander en todo el proceso del Caso Popular, habría que añadir, además, el de obstrucción a la labor sindical.
Da la sensación de que esa ingente labor de «información» sobre los beneficios de la «voluntariedad» parte de la base de que los trabajadores del Popular no tienen la capacidad de entender las condiciones en que se firmó el ERE y sus consecuencias. Impedir que los empleados vayan acompañados de un representante sindical a dichas entrevistas es una clara muestra de que todo el proceso se está llevando con la más absoluta opacidad. Lo que no se ve, no se cuenta, deben pensar.
El proceso del Expediente de Regulación de Empleo de los Servicios Centrales y la Red NITA del Popular se pretendía que fuese un absoluto éxito como preámbulo a la escabechina que van a provocar a lo largo del año 2.018 con la reestructuración de la red comercial. Para el Santander es mejor presentar el resultado de estos 1.100 despidos «voluntarios» como una forma de dar a entender a los trabajadores de su «buena voluntad» ante el nuevo ERE que está previsto que afectará a más de 5.500 personas. También es un modo de presentar cierta «humanidad» de cara a la opinión pública. Sin embargo, eso no es así porque, en todo el proceso, están aplicando todo el proceso con crueldad, algo que, desde el año 2.014 se está convirtiendo en uno de los modus operandi de la entidad cántabra.