2decologico parece una tienda pequeñita según cruzas el umbral del número 9 de la calle Noviciado, en el madrileño barrio de Malasaña. Solo hace falta un rato charlando con Tomás Fuentes para descubrir que forma parte de una gran confluencia de red de redes tejidas dentro de la economía social y solidaria.
Junto con su socio, José Antonio Villareal, Natalia, la nueva incorporación al equipo, y las más de 120 personas asociadas, pertenecen al Mercado Social de Madrid, a la Red de Economías Alternativas (REAS), y a Madrid Agroecológico, entidades que funcionan a la vez como lobby de presión ante la Administración pública y también como red de apoyo mutuo. La última red con la que han hilado sinergias es el proyecto MARES, gracias al cual se están creando economatos cooperativos “para cambiar la gestión, lo se que ofrece al mercado, y la escala”, como única solución, explica Tomás: “Porque es la clave contra el capitalismo que mata al pequeño comercio tradicional. Tenemos que ir todos y todas a la vez, ese es el reto”, afirma a Diario16.
Tomás, licenciado en Economía, siempre ha tenido el gusanillo social bullendo dentro. Se crió en Aluche, un barrio de la periferia de Madrid, y “eso te curte un poco: en tus relaciones, en lo que haces, en tus orientaciones políticas… Pero el cambio verdaderamente me llega con el 15M y todas las movilizaciones que hubo alrededor, e incluso antes. Ahí me llega el boom; antes tenía una vida bastante ‘despelotada’: hacía trabajos que no me gustaban pero que me daban mucho dinero, pero me lo gastaba en cosas que tampoco me gustaban, no tenía tiempo… Y me dije, ¿pero que tontería es esta?”, comenta entre risas. “En mi caso, he mezclado todo: no quiero diferenciar entre lo laboral, activismo, militancia, familia, amistades, ocio, consumo… Prefiero tener una vida compacta acorde con mi forma de pensar. Son 24 horas dedicadas a esto porque cada vez eres más consciente de lo que te gusta, y cada vez estás más empoderado”.
El fruto de este trabajo ajustando salarios es 2decologico. Aquí ofrecen productos ecológicos cercanos a precio digno; es decir, que es bueno tanto para productores y productoras como para quien lo consume. Además de fomentar los grupos de consumo que consiguen un coste menor que la compra individual en la tienda. Los pedidos se hacen a través de una plataforma web y se recogen en el local.
Desde que abrieron la tienda en 2016, previo a dos años desarrollando el proyecto en un pequeño local en la calle Dos de Mayo, han tumbado muchas barreras. De las que quedan, lo que más les preocupa es el precio de los alquileres: “Va expulsando a la vecindad y al pequeño comercio, y nosotros estamos muy focalizados en el barrio, donde se aúnan la concienciación, el consumo responsable y el poder adquisitivo mínimo para poder disfrutar del proyecto. Para que den los números hay que ir haciendo encaje de bolillos. Esa es la gran lucha y se van dando pasos muy lentos; mientras tanto, toca resistir”, afirma a Diario16.
A pesar de las dificultades, consiguieron la financiación sin crédito gracias a los socios y socias de la cooperativa. Empezaron hace dos años con 40 y hoy ya son 120. El problema es que los costes también crecen, sobre todo en el alquiler, por lo que los márgenes son muy pequeños. Incluso así, han conseguido aumentar los ingresos y, aprovechando el traslado de local, han incluido más referencias de productos (alrededor de mil, integradas en 25 familias de productos). También quieren aumentar el volumen para proveer a más clientes y personas asociadas. “Cuanto más movimiento, más se pueden abaratar los costes; aunque todavía estamos en cantidades pequeñas como para hacer toda la bajada de precios que nos gustaría, optimizar la logística, la distribución y el suministro”. Y reitera: “El gran problema para crecer es el precio del suelo: tenemos los consumidores, la formación y la gestión, las redes, la ilusión, la concienciación y la financiación razonable”, nos asegura Tomás.
Echando un vistazo por la tienda, comenta Tomás que los productos más demandados son la fruta y verdura de temporada de producción nacional, siempre lo más cercana posible. “Entre mayo y junio lo mejor son los tomates del productor “Tomate La Huerta” de una cooperativa de Patones de Abajo, con cuatro variedades excelentes. Y ahora mismo la manzana es la estrella, vienen de Navarra y la gente se vuelve loca con ellas. Y vamos incluyendo los productos que nos va pidiendo la gente, que apuntan en el libro de sugerencias que tenemos, donde también nos demandan talleres y opinan sobre los proyectos y las sinergias que tenemos; sobre todo las personas asociadas, que son quienes tienen más información”, nos cuenta Tomás.
En esos talleres, la gente pregunta sobre los productos, cómo cocinarlos, sus nutrientes, sus propiedades… Y sobre otros servicios de la economía social y solidaria: ¿Cómo puedo meter dinero en banca ética o en cooperativas de crédito? ¿Cómo puedo cambiarme de compañía eléctrica? ¿Dónde conseguir textil sostenible? ¿Qué se está haciendo en el barrio y cómo puedo involucrarme? o ¿Cómo consumir de manera responsable? son las dudas que más asaltan a la clientela.
El próximo taller que ofrecerán será una cata de vinos, el sábado 7 de abril, a las 12:00, en el local, a cargo de la bodega González Arranz, de Perales de Tajuña. “El productor es un encanto y muy didáctico, vendrá con un sumiller, y promete ser muy interesante”, asegura Tomás. Pero no solo vienen los productores a la tienda, sino que también hacen visitas al terreno. La siguiente será a “El árbol del pan”, en Escorial, a finales de mayo, para conocer las instalaciones, los métodos de producción, los productos, el equipo, y terminar con una merienda allí mismo o en el campo. Planazo.