El Gobierno del PP es un cadáver político totalmente desprestigiado por haber utilizado la maquinaria del Estado al servicio de los grandes poderes económicos para ganar elecciones, dopado con dinero procedente de las mordidas. A la vez que saqueaban lo público, también producían una terrible desigualdad, acabando con las conquistas que la clase trabajadora había alcanzado con sus luchas en el pasado
Lo que algunos han dado en llamar la crisis del régimen del 78 ha estallado con virulencia cuando la Audiencia Nacional ha hecho pública la sentencia por el Caso Gürtel contra algunos de los implicados en esa trama de corrupción, que condena directamente al PP como responsable a título lucrativo del partido de un enigmático M. Rajoy que queda al descubierto.
La situación actual del capitalismo orgánico expresa su obsolescencia y agonía con la explosión de esta crisis política, causada por la acumulación dialéctica en lo económico, las desigualdades sociales y la incapacidad de este capitalismo corroído por la corrupción de ofrecer reformas significativas y positivas, para poder mejorar las condiciones de vida de las masas.
La sentencia acredita que el PP tramó: “un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, autonómica y local”. También confirma que disponían de una “Caja B consistente en una estructura financiera y contable paralela a la oficial y existente al menos desde 1989”.
La situación ha llegado a su límite y el PP está en caída libre y en las urgentes encuestas tras la Gürtel se hunde cerca del 17% y quedaría con solo 63 escaños de los 137 que tiene. Su apoyo social mermará inevitablemente entrando en descomposición. Eso empuja a su socio Rivera (C´s) pedirle a Rajoy elecciones anticipada, pero llega tarde ya que el PSOE se ha adelantado registrando la Moción de Censura en el Parlamento, con posibilidades de desbancar al Gobierno corrupto. El Presidente no podrá ya ni dimitir, ni convocar elecciones, porque lo impide la ley ante el registro de la Moción hasta que no se conozca el desenlace de la misma.
La mayoría del arco parlamentario, con PSOE, UNIDOS-PODEMOS, PNV, ERC y algunos otros grupos podrían sumar entre 178 y 180 votos, que sería más que suficiente para hacer prosperar la Moción, aunque no es nada fácil conciliar las contradicciones de un espectro tan amplio entre los que existen fuerzas políticas de todo pelaje, derechas, centro, izquierdas e independentistas, pero que si se alcanzase un acuerdo de mínimos o se votara libremente sin contraprestaciones, podrían dejar arrinconados tanto a Rajoy como su socio Rivera, que quedarían retratados como lo que son; las fuerzas más reaccionaria de la ultra derecha españolista, porque si C’s no vota la M.C. sería visto una vez más como cómplice de la corrupción del PP.
La actual polarización de la lucha entre las clases se agudiza, como venimos observando con las acciones de pensionistas, movimiento feminista, la juventud y demás colectivos que venían reclamando expulsar al Gobierno del PP mediante la movilización, las protestas e incluso la Huelga General, como se gritaba en calles y plazas, porque la polarización aumenta. A su vez vimos el giro a la derecha de Albert Rivera (C’S), que eliminó de sus estatutos la “socialdemocracia que nunca fue” y giró vertiginosamente hacia la ultraderecha, reclamando al PP más represión y que refuerce el 155 e intervenga la TV3 catalana, con tanta contundencia españolista y ultraderechista que rememora con ese discurso “riverista” el espectro del “falangismo joseantoniano” de aquel “Primo” del pasado que con su demagogia y discursos, colaboró con Franco en el Golpe de Estado y la guerra civil que duró 40 años.
Ahora comparecen estos “naranjitos primo-riveristas” con ese partido de derecha extrema y la reconstrucción carca del himno ultra-españolista de Marta Sánchez, con tintes racistas y xenófobos, que está recibiendo bastantes apoyos y difusión por los Mass Media burgueses, que cuentan con el filón de la financiación inagotable de los inversores del IBEX35 que, como pagadores de dicha orquesta, son los que deciden esas rancias partituras.
Por el contrario, las condiciones objetivas indican que la clase trabajadora prepara el escenario para las explosiones sociales y la agudización de la lucha de clases porque los explotados ya no aguantan más ataques y recortes que Rajoy tiene comprometido con la Troika. A su vez, los ultras de la clase dominante y su Gobierno reaccionario del PP apoyado por C’s, también han venido preparando y reforzando el aparato represor del Estado, utilizando la excusa de la “lucha contra el terrorismo”, incrementando igualmente la represión contra las luchas de los trabajadores, para seguir reduciendo drásticamente los derechos democráticos alcanzados, cosa que no debe ser tolerada por más tiempo por las izquierdas y hay que ponerles freno.
Rajoy ha venido aprobando leyes reaccionarias y represivas como la llamada “Ley Mordaza”, su “Contra-Reforma Laboral” y otras medidas que están siendo utilizadas para reprimir y atemorizar al movimiento obrero. La clase dominante prefiere el método de la “democracia burguesa” para controlar a las masas porque ese sistema es el más económico. Mas la historia enseña que cuando la lucha entre las clases se agudiza hasta un punto peligroso para la burguesía, poniendo en riesgo sus privilegios, el mecanismo de “democracia burguesa” empieza a ser cuestionado. Como ocurre en la actualidad con el conflicto territorial de Cataluña, Rivera saca sus instintos represores pasando al PP por la derecha, exigiéndole algo más que la aplicación del 155 y pide más represión: ¿Qué plantea este bocazas, además del 155, el Estado de Alarma, de Sitio o de Excepción?
La historia de los años 30 nos recuerda que en aquellas circunstancias, para impedir que gobernara la izquierda, la burguesía no dudó en rebelarse contra la democracia republicana y apoyó el Golpe de Franco con todos los recursos disponibles, como los militares golpistas, la falange y la financiación que encabezó la Banca March. No es probable aún que estos reaccionarios de C’s y PP, que son sus herederos, asuman las formas del fascismo clásico, como les están jaleando los nostálgicos del guerracivilismo, pero debemos advertir a las direcciones de la clase trabajadora que hay que reorganizar nuestras fuerzas para frenarles.
La burguesía más “moderna y estudiada” conoce la historia y la mala experiencia de aquella situación, cuyas heridas causadas sufren los familiares de las decenas de miles de muertos que todavía siguen en las cunetas, después de 40+40 años, cuestión que representa una afrenta a la memoria de los que lucharon por la Democracia y la República, cuya responsabilidad del incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica recae en todos los gobiernos habidos desde la Transición.
No obstante, debemos hablar claro y condenar a los pequeños grupúsculos fascistas, que aunque todavía en embrión, son tolerados por los grandes partidos que dejaron sus tareas sin terminar en esa transición inacabada, llamada por algunos “el régimen del 78”, que está agonizante, al haber sido incapaces de ilegalizar la apología del fascismo y los grupos que alaban y defienden a Dictadores, como ocurre en los países democráticos vecinos.
Esos grupúsculos reaccionarios recurren a métodos violentos contra inmigrantes, personas de otras etnias o activistas de izquierdas pero el aparato del Estado no les amedranta ni desactiva, sino que les permite su impunidad, lo que indica que aquella Transición Híbrida y chantajeada con la amenaza del golpismo está obsoleta. Son esos ultras y los que les dirigen, los que están cada día más desesperados porque saben que no tienen posibilidades de tocar poder mediante el método democrático, aunque se conoce que son mantenidos y financiados por algunas personalidades de fortunas inmensas, que le prestan apoyo y refugio en grandes Clubs de Fútbol, que están siendo utilizados por la burguesía para preparar las fuerzas auxiliares que lanzan a las calles para intimidar y reprimir al movimiento obrero, utilizándolos como rompehuelgas y esquiroles, cuando los trabajadores tienen que luchar por sus reivindicaciones utilizando sus derechos legítimos y pacíficos de asociación, libre sindicación, manifestación y huelga.
Si las organizaciones de izquierdas no conseguimos a tiempo, contraponer a esta peligrosa situación un Gobierno de los trabajadores en lucha, con la participación de sindicatos, organizaciones sociales y políticas, para poder frenarles, no puede ser descartado que en un momento dado algunos partidos de ultraderecha, con la financiación de los mismos ladrones que han venido robando al pueblo con la corrupción y los desfalcos, como el PP con sus socios y banqueros corruptos, intenten imponernos un tipo de Gobierno represor o bonapartista, mediante cualquier “tamayazo”, engaño o por la fuerza, con la excusa de un Gobierno Tecnócrata que garantice su estabilidad, como ha ocurrido en países vecinos, que les permita tener las manos libres para utilizar de forma despótica algunos métodos “legales” de carácter violento, empleando métodos intimidatorios para derrotar al movimiento obrero, en vez de utilizar la democracia de los votos, como correspondería a una democracia sana, sin dopaje y sin privilegios, pero de esa forma serían siempre vencidos.
Las direcciones de izquierdas no pueden ignorar ese peligro latente. Es necesario buscar la unidad en la acción para luchar por el mantenimiento y profundización de los Derechos Civiles plenos, rechazando cualquier recorte de las libertades, paralizando la nueva ofensiva de austeridad que tiene preparada la clase dominante a través de Rajoy, siguiendo la hoja de ruta marcada antidemocráticamente por la Troika. En caso de que gane la Moción de Censura y se convoquen elecciones generales en los próximos meses, el nuevo Gobierno, que podría ser de Izquierdas encabezado por el PSOE, no debe ser continuista, sino cortar radicalmente con esas políticas reaccionarias con la abolición de todas las leyes antisociales del PP.
Tenemos que combatir a la reacción, movilizar y reorganizar a la clase trabajadora y la juventud, explicando la necesidad de buscar entendimientos de las izquierdas, comprendiendo que mientras exista el capitalismo con este nuevo tipo de “democracia corrupta y decadente” no habrá salida. Es más necesario que nunca continuar la lucha por cambiar de modelo de sociedad, que barra esta “dictadura del capital mafioso” que es lo que esconden tras la amable careta de la farsa que han venido representando desde aquella “Alianza Pandillar” de los 7 magníficos encabezada por Fraga Iribarne, y sus sucesores como Aznar y Rajoy.
No es fácil tarea, pues consiste en sustituir este sistema de tramas negras, por el “Genuino Socialismo y la Democracia plena”, cuyo objetivo será ofrecer una vida digna a toda la población, presentando planes contra la corrupción, una agenda social para el cambio y priorizando las cuestiones sociales con carácter de urgencia, a la vez que plantear la apertura de un diálogo político para resolver el conflicto territorial.
Con esa alternativa de Cambio Social, abriríamos las “alamedas para avanzar hacia una etapa superior de la Humanidad” cuyo objetivo será acabar con las desigualdades, las opresiones y la explotación de los pueblos, que son causas principales de las guerras, violencias y terrorismos de todo signo, superando las luchas entre las clases que produce la barbarie capitalista, incapaz de resolver sus contradicciones, cuyas secuelas serían vistas en el futuro como lo que son: horribles pesadillas del pasado. Pero eso no nos lo va a regalar nadie, sino que deberá ser fruto de las izquierdas en lucha por un mundo mejor para la Humanidad.