En una entrevista concedida a Diario 16 en el desarrollo del Ejercicio Cartago 2018, el Capitán de Navío-Comandante de la Base de Submarinos implantada en Cartagena, el Capitán de Navío Alejandro Cuerda recuerda que la Flotilla de Submarinos es el Arma Submarina que está formada tres submarinos, apoyada por un Estado Mayor, una Base que apoya infraestructuras y capacidades a los submarinos, y también, la Escuela de Submarinos, el centro de formación de todos los submarinistas españoles.
Sobre el ejercicio Cartago 2018, el CN Cuerda señala que se trata de un operativo anual avanzado que hace la Armada Española que sirve para practicar el salvamento y rescate de submarinos donde colaboran agencias civiles y medios y capacidades de la Armada y del Ejército del Aire. Según Cuerda, “el ejercicio requiere mucha coordinación” porque se practican todas las fases de un posible siniestro de submarinos que comprende desde la desaparición de un submarino hasta la búsqueda, mantenimiento con supervivencia a bordo de un submarino hasta que lleguen los medios de evacuación y de rescate para rescatar a la población superviviente de ese submarino.
Nuevos submarinos
En torno a la futura Serie 80 de submarinos, el militar responde que “es el futuro del Arma Submarina, que aunque viene con retraso, puede decirse que es un proyecto viable y seguro que ha superado la revisión crítica de diseño, lo que indudablemente ha marcado la viabilidad y confianza del proyecto” y avanza que el primer sumergible “estará en el agua en 2020”. Después comenzarán las pruebas de mar para ser entregado a la Armada en el año 202, asegura Cuerda.
Como consecuencia de esta importante apuesta, el CN Cuerda afirma que el Arma Submarina se encuentra actualmente inmersa “en una fase de transición adecuada, manteniendo el conocimiento y capacidades e infraestructuras lo que es el salto generacional de la Serie 70 a la 80, que es un submarino del Siglo XXI”. Ello, implica una mejora de infraestructuras y la creación de otras nuevas como fosas de atraque, nuevos talleres de baterías y de logística para el mantenimiento, e incluso la adaptación de la Escuela de Submarinos a unos nuevos planes de formación de un submarino que “es totalmente distinta a los que ahora tenemos en servicio”.