El responsable federal de Empleo y Relaciones Laborales de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, señala que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de 2018 hechos públicos hoy “confirman el aumento de la precariedad, que viene acompañado de una agudización de la devaluación salarial, todo ello con el agravante de que se da en un contexto en el que el PIB mantiene su significativo aumento”.
Para García Rubio, “pese al aumento del empleo, del que hay que felicitarse, siguen muy vigentes las consecuencias negativas de la reforma laboral impuesta por el Gobierno del PP en 2012, que lastran la salud del mercado laboral. El paro se mantiene entre los más altos de la Unión Europea (UE) al superar el 15% de la población activa), los salarios pierden poder adquisitivo y la temporalidad en los contratos es creciente, hasta alcanzar casi el 60% entre los jóvenes, lo que les impide plantearse ni un mínimo proyecto de vida para el futuro”.
El dirigente federal de IU argumenta que “un análisis pormenorizado de esta segunda EPA de 2018 nos deja encima de la mesa la consolidación de un mercado de trabajo basado en la precariedad y salarios muy bajos. A estas alturas siguen siendo los/as trabajadores/as quienes continúan pagando las consecuencias de la larga crisis, de la que muchos/as de ellos/as siguen sin notar que haya tocado fondo y sin apreciar aún una recuperación de sus ingresos”.
“Por el contrario -subraya-, esta situación negativa que aún soporta una buena parte de la mayoría social coincide en el tiempo con la subida en sus beneficios de la gran banca hasta alcanzar cifras espectaculares. Hablamos del mismo sector bancario cuyas entidades privadas se vieron beneficiadas en gran manera por las medidas ideadas para que salieran de la crisis y que fueron regadas con abundante dinero público del rescate que aún seguimos pagando entre todos”.
El responsable federal de Empleo y Relaciones Laborales de IU entiende que “es imprescindible que el Gobierno del PSOE derogue cuanto antes la reforma laboral e inicie un proceso de cambios profundos en el modelo productivo, única forma de combatir con efectividad el paro y la precariedad estructurales en la economía española”.
José Antonio García Rubio advierte de que “algunos datos favorables no pueden ocultar el resurgimiento de un modelo productivo perverso, causante de que la crisis del sistema haya tenido consecuencias sobre el empleo y la calidad de la contratación mucho más graves en España que en los demás países de la UE. Los sectores que encabezan la mejora de la contratación vuelven a ser un turismo con empleos precarios e inestables, así como un repunte de la especulación inmobiliaria, con la subida de los precios de alquiler y venta. Este es un modelo en el que la derecha económica y política se siente cómoda y al que ha sido incapaz de dar una respuesta durante muchos años para poder salir de él”.