El pasado mes de julio una coalición liderada por Arabia Saudí bombardeaba territorio de Yemen, acabando con la vida de medio centenar de civiles, 29 de ellos niños. Más de 130 personas resultaron heridas. Ocurrió en un mercado y en un hospital de la ciudad de Al Hudeida, en el Mar Rojo, y fue el resultado de la sangrienta Operación Tormenta de la Firmeza y Devolución de la Esperanza, con la que los saudíes tratan de reprimir al gobierno yemení, al que consideran ilegítimo. Las terribles imágenes que llegaron de un país azotado por la guerra, el cólera y la hambruna han llevado al Gobierno de Pedro Sánchez a cancelar un contrato de venta de 400 bombas de precisión láser que fueron encargadas a España por Riad.
Según informó la Cadena Ser los bombardeos que la monarquía árabe lleva a cabo sobre Yemen, y que han provocado una catástrofe humanitaria sin precedentes, “han impulsado al Ministerio de Defensa a tomar esta decisión ante el peligro de que este material se usara contra la población yemení”.
La venta de bombas láser a Arabia Saudí forma parte de un contrato autorizado por el anterior ministro Pedro Morenés allá por el año 2015 y que continuó su sucesora María Dolores de Cospedal. Ahora Margarita Robles ha decidido rescindirlo, pese a que esta decisión costará 9,2 millones de euros que el Estado español tendrá que devolver a la monarquía saudí. “Las ventas de material militar a todos los países de esta zona, por parte de empresas españolas, están sujetas a estrictas condiciones, incluida la garantía del Gobierno de destino de que no serán utilizadas fuera del territorio de cada país. Aun así, el Gobierno, de acuerdo con el compromiso de su presidente, revisará esas condiciones para asegurar su efectividad”, ha asegurado el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
Según datos de la campaña Armas Bajo Control, impulsada por cuatro oenegés (Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón) solo en 2016 se autorizaron 10 licencias de venta por valor de 154,8 millones de euros, incluidos 51,8 millones en municiones, 88,2 en aviones, 9,1 en equipos electrónicos y 5,6 en equipos de formación de imagen o contramedida, susceptibles de ser empleados en bombardeos como los llevados a cabo últimamente por la coalición saudí en Yemen. Al año siguiente, en 2017, nuestro país aumentó exponencialmente el negocio armamentístico en la zona, al vender material bélico por más de 361 millones de euros a los países que forman parte de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí y que participa en la guerra contra los rebeldes yemeníes, según el informe Estadísticas españolas de exportación de material de defensa, de otro material y de productos y tecnologías de doble uso, que anualmente remite la Secretaría de Estado de Comercio a las Cortes Generales. Entre los países compradores, Arabia Saudí sigue siendo el principal cliente de la industria española de Defensa fuera de la OTAN y de la Unión Europea. En concreto, en 2017 exportamos a ese país 270,2 millones de euros, entre los que se encuentran un avión de transporte, repuestos para aeronaves, drones, plataformas portamorteros, granadas, munición de artillería, equipos de detección y cámaras de infrarrojos. En total, España vendió armas por importe de 4.346,7 millones de euros el pasado año en todo el mundo, un 7,3 por ciento más que en 2016 y la cifra más elevada de los últimos años.
Precisamente esta semana la campaña Armas Bajo Control tiene previsto mantener una reunión con responsables de la Secretaría de Estado de Comercio para exigir “el cese inmediato” de la venta de armamento a Arabia Saudí. Según esta organización, cada día miles de personas son “asesinadas, heridas, violadas, torturadas o forzadas a huir de sus hogares debido a un control del comercio de armas insuficiente. Hoy 640 millones de armas circulan por el mundo y cada año se fabrican ocho millones más”.
En el año 2006, la Asamblea General de Naciones Unidas votó masivamente a favor de la puesta en marcha de un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas que fue aprobado prácticamente por unanimidad el 2 de junio de 2013. España firmó ese tratado entre los 65 primeros países el 3 de junio de 2013 y lo ratificó en 2014. El texto entró en vigor el 24 de diciembre de 2014.
El contrato de ventas de bombas láser suspendido por el Gobierno no es el único que nuestro país tiene firmado con los saudíes. La empresa española Navantia tiene pendiente la construcción de cinco corbetas para la armada de la coalición árabe que mantiene su guerra contra Yemen. Un suculento negocio por importe de 1.800 millones de euros, la mayor operación de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero. De momento Defensa no se ha pronunciado sobre el futuro de esta inversión pero las cuatro oenegés que forman parte de la campaña Armas Bajo Control ya han reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez y también a la Casa Real que “pongan fin a las exportaciones de armas a Arabia Saudí”.