“Carmenazo en toda la boca al PSOE de Madrid” podría haberse titulado este análisis para tratar de titular lo que se ha producido en el día de ayer. Un golpe tremendo a la militancia del PSOE de la ciudad de Madrid y a la propia ejecutiva regional. Dos son los motivos principales de tal golpetazo a una formación francamente hundida en sus miserias internas, sus luchas fratricidas por un lugar en la nada y sin alma desde hace años, casi tantos como lleva fuera del poder municipal. El primer motivo es el apoyo dado por el presidente del gobierno del PSOE a Manuela Carmena para ser candidata al Ayuntamiento de Madrid. Y el segundo la incapacidad de articular un proyecto propio. Dos motivos que, seguramente, están entrelazados.
La alcaldesa de Madrid, tras reunión con Pablo Iglesias, noblesse oblige, ha decidido repetir como candidata a la alcaldía de la capital del Estado. Para ello utilizará la fórmula de una candidatura amplia donde confluyan diversas organizaciones y las listas sean elegidas desde abajo. Algo que ha convencido a Podemos, Izquierda Unida (Carlos Sánchez Mato pese a sus diferencias con Carmena ha acudido a apoyarla) y ¿al PSOE? Porque la alcaldesa ha dejado bien claro que piensa que debería haber personas que militan en el PSOE en su candidatura. Una especie de frente de izquierdas contra la derecha más reaccionaria, si es que esto es posible, del Estado español. Numerosos nombres pueden sobrevolar las cabezas de quienes lean esto: Purificación Causapié, Enrique del Olmo (que ayudó a montar Ahora Madrid)… Aunque no hay nada confirmado.
Pedro Sánchez ya pidió a Manuela Carmena que repitiese como candidata al Ayuntamiento de Madrid, en conversación que se hizo pública, y que la propia alcaldesa hoy ha vuelto a recordar al señalar que le agradecía la llamada al presidente del Gobierno. Un apoyo explícito que no ha explicado el secretario general del PSOE con clarividencia y que pone a su propio partido a los pies de los caballos. Una manera de reconocer el valor del adversario y negar la capacidad de la propia militancia. Lo de José Manuel Franco ofreciendo a Carmena la candidatura no fue más que un comentario jocoso que, por cierto, se sabía y no se hizo caso en la prensa. Ni cuando se está tieso de noticias. El caso es que el presidente del gobierno, indirectamente, introduce una valoración mayor a Carmena que a sus posibles candidatos y candidatas, señalando de esa forma el camino del voto a sus propios votantes.
Mientras el PSOE de Madrid sigue retrasando las elecciones primarias para el ayuntamiento capitalino y sin dar visos de tener proyecto y personas para ese proyecto. Ese mirlo o mirla blanca no llega. Son numerosos los nombres que se han escuchado en los mentideros madrileños que no han sido confirmados por fuentes socialistas. A día de hoy no hay candidatos, candidatas, perfiles o proyecto, como muestran numerosos artículos en la prensa local. El tiempo corre en contra del PSOE capitalino y regional. Y todo por no hacer lo que debían hacer, lanzar unas primarias y un proceso de creación del proyecto abierto a la sociedad madrileña.
El pobre Franco lleva esperando, con suma disciplina, que el inquilino de la Moncloa señale candidato para abrir el proceso, con el coste que puede tener eso. De momento se sabe que Ciudadanos repetirá con Begoña Villacís (para desgracia de la capital y alegría de los medios de comunicación no vendidos al poder del establishment), Carmena también, el PP notificará en breves fechas, no más de octubre quién irá en primer lugar de la lista, y el PSOE estirando la goma hasta ni se sabe. Sólo el proceso de elección de la lista de Carmena, las filtraciones de nombres, el juego de posibilidades, va a centrar el foco en esa parte del corro político. Y en el PSOE esperando.
Viendo que Sánchez ha apoyado a Carmena, igual es el momento para que la militancia madrileña tenga democracia y se abra un proceso sin maniobras de Ferraz o Buen Suceso, donde se pueda elegir una lista de gente comprometida con la ciudad y para un proyecto a más de una legislatura. Porque con el ritmo de cambios que se suceden en la capital, salvo Ramón Silva y Mar Espinar, casi no se conoce a ningún concejal o concejala. Un proyecto no para ganar en 2019 sino en 2023. A ello sumarle un programa hecho desde la base, desde las propias agrupaciones locales que son las que, al final, mejor conocen el patio. Quien salga elegido, da igual que sea conocida o no, pero que lo sea de forma democrática y no por el dedazo señalador como ha sucedido con Ángel Gabilondo (las primarias que se convocaron, hasta con modificación vía reglamento de estatutos, no cuentan porque eso es violentar a la militancia). Una lista de las bases para ganar en 2023 pues el propio Pedro Sánchez no confía en ganar en 2019 visto su apoyo a Carmena.