Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y, por tanto, un empleado de los clubes españoles de Primera y Segunda División, es un hombre que sólo puede sobrevivir en medio del fango de la polémica. Sus constantes enfrentamientos con la Federación Española de Fútbol (RFEF), tanto en la época de Ángel María Villar como el actual presidente, Luis Rubiales, además de la lucha constante con los medios de comunicación y con los propios aficionados por la gestión mercantilista que está realizando son sólo una parte de los rifirrafes que este señor mantiene vivos con tal de estar en el ojo del huracán de la actualidad.
Es cierto que Tebas ha logrado contratos de televisión importantes para que los clubes españoles tengan importantes ingresos por los derechos de imagen. Sin embargo, está fracasando clamorosamente a la hora de determinar el reparto e, incluso, de las cantidades que se llevan los clubes. Todo esto se ha incrementado por la renovación de los derechos de televisión en la Premier League. En la liga inglesa los equipos de mitad de tabla como, por ejemplo, el Everton, están recibiendo cantidades superiores a las que perciben Real Madrid y Fútbol Club Barcelona. El último clasificado inglés recibe 8 millones de euros más que el Atlético de Madrid.
Por otro lado, la proyección internacional de LaLiga se está haciendo en base a la venta de los derechos de Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid que son los equipos que tienen interés fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, el resto no interesa. Quien viaje fuera de España podrá corroborar el hecho de que los únicos partidos que se retransmiten en el extranjero son los que juegan estos tres clubes.
Javier Tebas es el principal responsable de la venta de esos derechos y, viendo los resultados económicos de otras competiciones, está fracasando.
Sin embargo, el presidente de la LFP no acaba sus polémicas con aficionados, medios de comunicación o la propia RFEF. También ha tenido sus cuitas con la Agencia Tributaria… y muy graves porque no sólo afectaban a su gestión al frente de la LFP sino a sus propias empresas.
Tebas se ha enfrentado a Hacienda en referencia a las deudas fiscales que los clubes mantienen a través de aplazamientos constantes que a los ciudadanos o a las pequeñas y medianas empresas no suelen concederse.
En el año 2017 la Agencia Tributaria abrió una investigación a Javier Tebas porque sospechaba que el presidente de la LFP podría haber defraudado cinco millones de euros a través de la sociedad Audiovisual New Aged, una empresa creada por los clubes que formaban el G35 para la gestión de los derechos televisivos y de la que Tebas fue su administrador único hasta el año 2.013. Fue el propio presidente de la LFP quien salió al paso de esta acusación y afirmó que existían discrepancias entre la Agencia Tributaria y los clubes respecto al modo en que debían realizarse los pagos de aquellas sociedades anónimas deportivas que se encontraran en concurso de acreedores.
Hacienda le embargó por este motivo 4,7 millones de euros y se vio obligado a solicitar un adelanto de un año de su salario. Tebas continuó defendiendo que se trataba de la discrepancia arriba indicada. A pesar de ello, la Agencia Tributaria le embargó. Para respaldar esa petición de adelanto de salario, el presidente de la LFP presentó un informe elaborado por el despacho Uría y Menéndez.