Una auténtica metedura de pata es lo que cometió ayer la ministra de Trabajo Magdalena Valerio. Una metedura de pata izquierda además. Preguntada ante la posibilidad de que el gobierno hiciese algún tipo acción en favor de los trabajadores y trabajadoras de Alcoa, incluso pudiendo darse una nacionalización de la misma, Valerio ha respondido: “No estamos en una economía estatalizada, no estamos en un régimen comunista”. Y claro, las personas de izquierdas han salido en tromba a criticar semejante boutade o, por decirlo de otra forma, a cuestionar a la propia ministra y su conocimiento de la Constitución. Porque, aunque Valerio no lo diga, existe la posibilidad de nacionalización de la empresa por razones de necesidad estatal. Nadie ha dicho que la solución para Alcoa, que ha recibido unos cuantos millones de euros en subvenciones, deba ser la nacionalización, pero tampoco parece muy plausible subvencionar otro ERE más desde el Estado.
Tras la reunión mantenida en Madrid entre Reyes Maroto, Teresa Ribera, Alberto Núñez Feijóo y Javier Fernández, más los alcaldes de las ciudades donde se encuentran las fábricas, el Gobierno del PSOE habló de satisfacción por la posibilidad de implementar una serie de medidas para bajar el precio de la energía en las industrias electroinvasivas. Pues se debe a este factor por el que la empresa dice que ya no es rentable el mantenimiento de la producción. Una especie de tarifa estable para estas empresas durante cinco años para que, mientras se produce la transición energética que impulsa Ribera, no se vean perjudicadas por el incremento salvaje que está sufriendo la tarifa eléctrica. Justo en ese momento de negociación, la ministra Valerio sale hablando de comunismo y estatalización demostrando una ignorancia histórica que no se le presuponía.
Cierto que España no es una economía estatalizada, como casi no lo son las del entorno europeo… hoy en día. Porque no hace tanto tiempo lo eran en gran medida y gracias a la acción de los partidos socialdemócratas. Sí, esos partidos que son pares del PSOE. Sí, la socialdemocracia como impulsora de la nacionalización de ciertas industrias básicas y que permitió la creación del Estado de bienestar. Es de suponer que todo esto lo conoce la ministra pues es historia básica para alguien que es especialista en temas laborales y además se reconoce a sí misma como socialdemócrata. Por tanto, hablar de régimen comunista no es muy lógico. Más si se tiene en cuenta que el Estado mantiene aún un “montón” de empresas públicas reunidas bajo la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Hunosa es del Estado, como lo son Navantia, Airbus (a nivel europeo), Tragsa, Enresa, Enusa, Renfe, Paradores, etcétera. ¿Es España comunista por tener empresas públicas en sectores tan vitales como el turismo, la energía o la industria naval? Evidentemente no. Son parte de un pensamiento muy socialdemócrata que entiende que el Estado al gestionar aspectos claves de la industria o la economía puede intervenir en favor de la redistribución y los precios. Decir que hacer algo así es comunista es no conocer la propia historia de la socialdemocracia. De hecho algunas encuestas en Europa muestran claramente que más del 70% de las personas creen que la energía y el transporte ferroviario, por ejemplo, deberían ser completamente estatales y se deberían nacionalizar en los países donde es privado (como Gran Bretaña, por ejemplo).
Ha debido la ministra Valerio equivocarse seguramente porque la boutade, la metedura de pata izquierda es muy grande. A no ser que en el poco tiempo que lleva en el cargo se haya convertido en una irredenta liberal y desconocedora de la propia Constitución Española. Por eso no extraña que desde Podemos e Izquierda Unida, más algunas personas del PSOE de soslayo, le hayan recordado que nada tiene que ver con el comunismo poder nacionalizar una empresa como medida de urgencia y en favor de la industria española. Lo otro, lo que no ha dicho Valerio pero se desliza de sus palabras, es apoyar la deslocalización de las empresas una vez que han acumulado y esquilmado en el país de origen (especialmente subvenciones). Muy extrañas esas palabras en alguien que siempre ha presumido de estar a la izquierda de, por ejemplo, Emiliano García-Page, de apoyar el “Somos la izquierda”, y acabar renegando de las nacionalizaciones de sectores clave. Algo que la socialdemocracia europea no ve con malos ojos, por cierto.
Cabría oir de los trillizos fachas (Casado-Rivera-Abascal) que intervenir un sector estratégico (posibilidad que prevé la Constitución) es “comunismo”. Pero que lo diga una ministra socialista es preocupante. Espero que Valerio rectifique y no falle a los trabajadores de Alcoa pic.twitter.com/7nOGKS2RN2
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) November 11, 2018
Pablo Iglesias ha escrito en la red Twitter: “Cabría oír de los trillizos fachas (Casado-Rivera-Abascal) que intervenir un sector estratégico (posibilidad que prevé la Constitución) es comunismo. Pero que lo diga una ministra socialista es preocupante. Espero que Valerio rectifique y no falle a los trabajadores de Alcoa”. La misma extrañeza que puede haber causado en una parte del PSOE, le ha parecido al dirigente de Podemos. Es extraño que lo que fue y, en cierto modo, sigue siendo una estrategia de la socialdemocracia, la intervención de un sector estratégico, sea considerado por Valerio como una forma de economía de un sistema totalitario. Además, le sitúan esas palabras, como recuerda Iglesias a la altura de las derechas españolas. En el mismo nivel de los “trillizos fachas”.
Esto podría haberlo dicho una ministra del PP, pero lo ha dicho una del PSOE. Quizás si recordaran algo de qué es la socialdemocracia se darían cuenta de lo absurdo de este tipo de argumento. Hasta la Constitución de 1978 permite proteger el interés general frente al “mercado”. https://t.co/P17VuyOugy
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) November 11, 2018
Tampoco se ha callado Alberto Garzón de Izquierda Unida: “Esto podría haberlo dicho una ministra del PP, pero lo ha dicho una del PSOE. Quizás si recordaran algo de qué es la socialdemocracia se darían cuenta de lo absurdo de este tipo de argumento. Hasta la Constitución de 1978 permite proteger el interés general frente al mercado”. En efecto, los socialdemócratas y los socialistas no son protectores del Mercado, del sistema Capitalista, sino todo lo contrario. Porque una cosa es la transformación gradualista del sistema o ser reformista y otra bien distinta es plegarse a los deseos del Mercado. Las palabras de Valerio son más propias de una persona instalada en el Establishment, algo que hasta ahora no había demostrado pero que puede empezarse a dudar visto lo visto. No puede ser que la alfombra roja haya propiciado un caso así de regresión intelectual. Es lo que le ha dicho claramente Garzón, si es socialdemócrata, esto de poder nacionalizar un aspecto estratégico es de primero de PSOE.
No conocen ni la Constitución de la que presumen…
“Toda la riqueza del país está subordinada al interés general”
Interés general es defender los puestos de trabajo y que no se desmantele la industria.
Por eso hay que decir alto y fuerte que #AlcoaNoseCierra pic.twitter.com/h8hBxRnx1S— Carlos Sánchez Mato🔻 (@carlossmato) November 11, 2018
Tan contundente como los dos anteriores se ha mostrado Carlos Sánchez Mato de Izquierda Unida recordando a la ministra que parece no conocer ni la Constitución que defiende con tanto ahínco. “No conocen ni la Constitución de la que presumen… ‘Toda la riqueza del país está subordinada al interés general’. Interés general es defender los puestos de trabajo y que no se desmantele la industria. Por eso hay que decir alto y fuerte que #AlcoaNoseCierra” ha dicho el concejal madrileño. Y le incorpora el texto constitucional donde se ve reflejado el artículo 128.2 afirma que “Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicio esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Lo mismo que hizo el PSOE con Rumasa en 1983, por ejemplo. Algo que los constituyentes, especialmente desde la izquierda que lo defendió con firmeza, entendían como lógico y normal. Nada parecido a un sistema comunista planeaba por encima de las cabezas de aquellas y aquellos que redactaron, debatieron y presentaron la Constitución de 1978. Esa misma que no puede ser atacada, como dicen en el PSOE respecto a las propuestas republicanas. Un error gordo de la ministra Valerio que esperemos circunstancial y producto del viaje que ha tenido que hacer.