El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha hecho hoy un llamamiento público a toda la sociedad organizada, incluidas organizaciones sociales, movimientos feminista, ecologistas y LGTBI, así como a los sindicatos de clase, para movilizarse en una “alianza democrática” plural con la que superar la “ola reaccionaria” que se ha instalado en nuestro país a raíz de los resultados de las elecciones andaluzas de ayer, que han dado una mayoría absoluta a la suma de PP, Ciudadanos y Vox.
Garzón ha ofrecido una rueda de prensa tras la primera reunión de la dirección de IU -su Colegiada Federal- junto a la portavoz de esta, Sira Rego, para hacer una valoración más pausada de los resultados de los comicios del 2D. Reconoció sin rodeos que la situación que abre esta consulta andaluza es “alarmante” y “muy grave”, en buena medida porque el avance de la “extrema derecha de Vox” es consecuencia en buena medida del discurso reaccionario de PP y Ciudadanos, que ha servido para “normalizar” posiciones antidemocráticas y antisociales.
El máximo responsable de IU entiende que las formaciones de izquierda están “obligadas” a dar una “clara respuesta” para defender las “conquistas sociales, laborales, económicas y democráticas”, que pasa por esa alianza democrática.
Alberto Garzón manifestó que “las etiquetas de quienes son o no democráticos no las ponemos nosotros, sino los hechos”. Detalló que mientras en España PP y Ciudadanos “legitiman a la extrema derecha, facilitando su expansión y beneficiándose de ello”, en otros Estados “de larga tradición democrática, como Francia o Alemania, los acuerdos con la extrema derecha están vetados”.
Criticó con rotundidad que PP y Ciudadanos celebren como propio el éxito electoral de Vox, aunque analizó también cuáles pueden ser los verdaderos motivos. Entre ellos están que estos tres partidos “comparten un neoliberalismo económico radical” que, si se les permite aplicarlo, significará “aún más graves recortes laborales, de derechos sociales y de los servicios públicos”, que pondrían incluso “en cuestión la democracia tal y como la conocemos”.
Garzón no eludió la autocrítica y reconoció que “la izquierda ha fallado” en los comicios de ayer “a la hora de movilizar a la gente”, especialmente el PSOE pero también Adelante Andalucía, ya que “no hemos sido capaces de atraer el voto perdido por los socialistas”, lo que evidencia “una debilidad”.
No obstante, se mostró “optimista” de lo que se puede conseguir a corto y medio plazo “cambiando las cosas necesarias”. Por ello, ha apostado por “trabajar al doscientos por cien” para que la alianza plural propuesta sirva para “revertir la situación” de cara a las múltiples citas electorales de 2019, entre ellas las elecciones europeas, autonómicas y municipales.
“Es muy importante -dijo- que seamos capaces de construir un polo alternativo frente a esa hidra de tres cabezas que nos plantea un horizonte de noche oscura en la que no haya derechos sociales. A esta alternativa nosotros le ponemos nombre: República federal de izquierda”.
El coordinador federal de Izquierda Unida apuntó que hay que esperar para tener más elementos que completen el análisis, no obstante enumeró que se ha demostrado que en España se mantiene un “franquismo sociológico” que, aunque siempre estuvo latente “ahora se ha liberado de sus estructuras políticas tradicionales”. Valoró también que los resultados del 2D son también consecuencia de la “preocupante respuesta ultranacionalista al 1 de octubre”.
A la pregunta de si estos resultados alejan un posible adelanto electoral por parte de Pedro Sánchez, Garzón ha respondido reclamando “altura de miras” a todas las formaciones. Lo hizo de forma muy en especial a los partidos independentistas catalanes, a los que pidió que contribuyan así a “sacar adelante los Presupuestos Generales y “den una señal de esperanza” a toda la sociedad. Consideró que deben entender la “magnitud del problema” y “concretar en hechos posiciones alternativas a la ola reaccionaria”.
Garzón también reclamó al Gobierno socialista que haga un mayor esfuerzo para lograr los apoyos necesarios y actúe con “mayor audacia” para sacar adelantes las cuentas públicas de 2019.
Sira Rego, por su parte, incidió en las advertencias anteriores sobre los “peligros” que supone el “avance de una extrema derecha que viene a romper la democracia, a las familias trabajadoras de este país y a acabar con las conquistas sociales” que tanto costó conseguir.
Estos problemas afectan a muchos colectivos y grupos concretos, y muy especialmente “a las mujeres y al movimiento feminista. Vienen a saquear nuestros cuerpos y a poner en el centro que no es una cuestión prioritaria la violencia contra las mujeres. Esto hay que denunciarlo y hay que combatirlo”.
Carta a la Militancia.
Compañeras, compañeros,
Los resultados de las recientes elecciones andaluzas reflejan una situación grave, y dibujan un panorama alarmante de cara al futuro. Podemos decir sin lugar a dudas que las conquistas sociales del movimiento obrero arrancadas al poder durante largas décadas de lucha social, así como reivindicaciones históricas y propuestas políticas de nuestra agenda transformadora, están ahora severamente amenazadas. Han obtenido mayoría absoluta partidos políticos nítidamente de derechas que comparten una actitud autoritaria, una visión reaccionaria de país y un programa económico neoliberal de recorte de servicios públicos y derechos laborales.
Estamos ante una ola reaccionaria, que guarda similitudes con lo que está sucediendo en el resto de Europa y también en Latinoamérica y Estados Unidos. Pero en España las diferencias entre Vox, Ciudadanos y PP no son tan grandes como sugieren algunos análisis. Vox no se entendería sin los discursos más radicales y reaccionarios de Ciudadanos y PP, de la misma forma que no se entendería sin la pervivencia desde hace décadas del franquismo sociológico en nuestro país. Además, esta ola reaccionaria es expresión política de las respuestas nacionalistas ante lo sucedido el 1 de octubre de 2017, ejemplificadas en la sentencia “a por ellos” que acompañó el enorme despliegue policial en Cataluña. De hecho, la agenda política de la campaña andaluza se ha centrado precisamente en este eje, a pesar de nuestro intento por situar en el centro la cuestión social. Aunque nuestra atención se ha centrado en cuestiones relacionadas con la precariedad, el desempleo, la brecha salarial o las privaciones materiales, entre otras cuestiones, hemos sido incapaces de conseguir que nuestra agenda tuviera prevalencia sobre la centrada en las cuestiones nacionalistas.
Con todo, es importante no simplificar los fenómenos sociales. La ola reaccionaria se explica por diversos factores y no podemos trivializar lo que significa el fascismo. Sin duda los vectores que más han operado son los de autoritarismo y nacionalismo y también los de anti-inmigración y antifeminismo, pero el perfil del votante de la derecha reaccionaria es mucho más complejo de lo que pretende la caricatura. Los primeros datos señalan que el voto a Vox es más alto cuanto más rico es el municipio, lo que anticipa que el votante de extrema derecha pertenece a las clases más acomodadas. Y al mismo tiempo, sin embargo, el voto de la extrema derecha ha sido especialmente fuerte en los lugares donde hay más inmigración, lo que señala la expansión de un voto racista y xenófobo probablemente también entre las clases populares. El riesgo de crecimiento de esta fuerza de extrema derecha es alto, como ya hemos visto en otros países europeos.
Sin embargo, la fuerza de las organizaciones reaccionarias no hubiera sido tanta sin la desmovilización de los barrios obreros. Tenemos el deber moral y político de hacer autocrítica y reconocer nuestros errores e insuficiencias. No hemos sido capaces de mantener el voto que tuvieron nuestras organizaciones en 2015, pero tampoco hemos sido capaces de captar el voto de descontento respecto al PSOE de Susana Díaz que ha gobernado con la derecha en la última legislatura. Tras casi cuarenta años de Gobierno y una situación económica lamentable, de absoluta precariedad, era normal que existiera un importante descontento con el PSOE. Por eso nos propusimos en campaña atraer a esos votantes, pero no lo hemos conseguido y una parte de los barrios obreros ha optado por la abstención. Esto es nuestra responsabilidad y también nuestro reto para el futuro.
Una de las tareas más urgentes que tenemos que acometer es avanzar en la reconstrucción del tejido social en los barrios obreros, un fenómeno que nos permita recomponer los lazos sociales que el neoliberalismo y los recortes están destruyendo. Necesitamos recuperar la credibilidad y la confianza para aquellas familias trabajadoras que viven situaciones de privación y que en estas elecciones han optado por quedarse en casa y no votar. Debemos corregir nuestros errores reorientando nuestras prioridades hacia la reconexión con estas realidades que, con amargura, nos han mandado un mensaje muy claro: no se sienten representadas por nuestro proyecto. Siempre es necesaria la reflexión, pero ahora es más necesaria que nunca la acción.
Todo ello ha ocurrido a pesar del ingente esfuerzo de nuestra militancia, que ha hecho una magnífica campaña de respaldo a dos extraordinarios candidatos como son Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez. El compromiso de nuestra gente ha sido ejemplar. Por eso quiero trasladaros mi más sincero agradecimiento, y mi compromiso de que trabajaré con la dirección para que en las próximas convocatorias electorales ese ejemplo sea recompensado justamente.
Como consecuencia de esta reflexión, queremos hacer un llamamiento a una amplia alianza democrática capaz de fortalecer el movimiento obrero y los movimientos sociales emancipadores, especialmente el feminismo. Las feministas han demostrado en estos años que han sido capaces de enfrentarse con éxito al monstruo que aspira a limitar los derechos de las mujeres. Ahora necesitamos de todas las manos, porque el monstruo es una hidra de tres cabezas que nos quiere dejar sin nada. Y cuando la sociedad civil es débil, es mucho más fácil que la ola reaccionaria avance. Lo que está en juego ahora son las conquistas sociales, civiles y laborales que en un tiempo creímos consolidadas. No podemos permitir que esta ola reaccionaria destruya la democracia, por lo que es imperioso que sindicatos de clase, movimientos sociales y organizaciones como Izquierda Unida y Podemos trabajemos codo con codo para revertir esta situación. En la calle, en los centros de trabajo y en las instituciones.
Seguimos pensando que Andalucía, como España, son mayoritariamente de izquierdas. Estamos orgullosos de nuestra tierra y de nuestro país como espacios avanzados de defensa de los derechos civiles, sociales y laborales. Lo que ha sucedido ha sido grave, pero tiene solución. Si hacemos bien nuestro trabajo estaremos en condiciones de seguir recuperando derechos y más temprano que tarde construiremos un país de justicia social, un país republicano.
Quiero mandar un mensaje de ánimo y de esperanza. No nos rendimos. Que los descritos en esta carta sean nuestros últimos errores. Trabajaremos sin descanso por el futuro de nuestra tierra y de nuestra gente.
Salud y República,
Alberto Garzón Espinosa
Coordinadora Federal de Izquierda Unida