Sibilinamente los medios de comunicación del establishment están haciendo desaparecer a Podemos e Izquierda Unida de sus columnas, de sus análisis, de sus comentarios, salvo cuando es para contar algo negativo. En ese momento de la negatividad ahí aparecen como una manada de hienas acude a la carroña. Emponzoñan todo lo que pueden. Ahora bien, ¿es algo planeado desde ciertos despachos o producto de la casualidad? Más bien parece lo primero porque el apagón informativo es tremendo, especialmente, en las televisiones. Aunque en estas, ahí aparecen las hienas, sí dan espacio a aquellas personas que han abandonado Podemos por la vía de los hechos (errjonismo-carmenismo).
Juan Carlos Monedero y Juanma del Olmo lo han denunciado. El primero explicitando que El País, como muestra empírica, ha excluido de cierto análisis a Podemos en favor de Vox. Se refiere a la España vacía o, en otras palabras, la España rural. Un análisis electoral de posibilidades que olvida, por ejemplo, que en Zamora o Valladolid Podemos tiene mayor presencia que algún partido del trifachito. Pero si nos detenemos a analizar todos los medios es obvio que Podemos e IU han desaparecido, salvo en el Gramma podemita, en acertada expresión de un cargo de Podemos para referirse a Público, y algún medio como el nuestro. Del Olmo afirma que es porque se quiere un pacto PSOE-Ciudadanos desde el establishment, lo que no es falso, pero falla en la ecuación de la parte naranja que va despeñándose. Además, algunos medios de derechas ya están atizando de lo lindo a la formación naranja. El establishment después de alimentar a los monstruos, ahora se ha asustado y quiere algo más moderado, donde Podemos no encaja, pero es que ya no encajaba cuando nació. Que haya perdido fuelle, por un comprensible cansancio, no quiere decir que haya dejado de denunciar las maniobras de los poderes fácticos.
Y eso es lo que ya no quieren ni en pintura en la clase dominante, alguien que denuncie sus trapacerías. Si acaso les vale con el errejonismo, donde hay denuncia pero mediante una competencia virtuosa e inerte. Lo que no quieren es a Podemos, a Pablo Iglesias, a Izquierda Unida, a Alberto Garzón, porque desenmascaran a los poderosos. Cuando perjudicaba al PSOE todo eran portadas y sonrisas. En cuanto han puesto en Moncloa a un presidente del Gobierno obligándole a políticas sociales, porque la mayoría de los últimos decretos son producto de Podemos e IU, en cuanto no han cesado de denunciar chanchullos como la Operación Chamartín, han provocado un apagón informativo incluso en televisiones donde antes les ponían como ejemplo de políticos y políticas éticas.
Compartimos con Monedero que la reclusión de Iglesias, muy honrada por su parte, puede estar causando un poco de daño a la formación morada. Pero cuando ha hecho falta ha salido y ha acudido a Moncloa a poner negro sobre blanco las medidas sociales. Tampoco la gestión de la traición del errejonismo, al que los medios del establishment están utilizando para dañar a Podemos y llevarle a él a las fauces del PSOE sanchista, está siendo la mejor de las posibles. Y no es que Garzón pueda hablar muy alto porque IU Madrid sigue haciendo cosas raras. Todo esto daña al bloque de cambio sin duda, pero no tanto por omisión sino por acción de los traidores. Por ejemplo, en Telemadrid llaman a los errejonistas para debatir, aprovechando el espacio podemita sin que se alce la voz. Trabajan para destruir la imagen de Podemos-IU y así conseguir un triunviro PSOE-Cs-Más Madrid. En otros lugares es para apoyar al trifachito. Lo curioso es que con estas maniobras de hundimiento están engordando a Pedro Sánchez hasta el punto de situarle en el 30% de los votos, algo que le reportará pingües beneficios.
Eso sí, como se le ocurra a Podemos o IU hacer algo completamente banal o simbólico, allí que acuden todos los medios mandatados por el establishment para hacer periodismo carroñero. Si inauguran una fuente, porque la han puesto verde. Si se presenta un libro sobre feminismo, porque las autoras tienen el pelo verde. Una crítica de baja estofa pero que está encaminada a que las personas se abstengan de votar a Podemos. En general que se abstengan de votar y que, en caso de hacerlo, opten por otras alternativas. Lo que en los medios progres se traduce en el PSOE o el errejonismo, y en los medios de derechas en Vox. Desde la caverna quieren trasladar el voto de cabreo de Podemos a los neofascistas, sin darse cuenta de que el voto tanto a la formación morada como a IU es un voto con conciencia. Pero todo al final confluye en el apagón de las buenas medidas y acciones que está tomando Podemos y la aparición de una crítica banal y espectacular.
Sin Podemos el presidente Sánchez no habría acometido muchas acciones de Gobierno que podríamos calificar de izquierdas. De hecho en cuanto se han despistado desde la confluencia, la ministra Calviño ha regalado 1.000 millones a Florentino Pérez, por ejemplo. El secretario general del PSOE, que está intentando destruir el ala izquierda de su propia formación, preferiría juntarse con Rivera antes que con Iglesias. Por lenguaje y weltanschauung está más cerca del dirigente naranja que de la izquierda radical. Y como desde el establishment ya se ha advertido que, por mucho que Rivera y Girauta ladren, si puede haber pacto rojinaranja lo habrá (por eso traen a Arrimadas a Madrid). Lo quieren en España y en la Unión Europea. Los lobbies de uno y otro lado están de acuerdo, más cuando una nueva crisis financiera se otea en lontananza.
Por tanto Podemos molesta y hay que eliminarlo, o dejarlo en la IU de Anguita como poco. Pero, si se fijan en los sondeos de opinión, y no es cuestión de insuflar energías a la ciudadanía morada, el bloque de cambio se resiste a caer por debajo del ±15%. Por mucho voto útil que pueda haber en algunas circunscripciones, donde realmente Podemos-IU no obtendría representación, está claro que cuando la maquinaria se ponga en funcionamiento habrá que ver cuál es el resultado del partido. Porque la reclusión de Iglesias que ahora perjudica puede ser beneficiosa cuando reaparezca, más que nada porque se evita quemarse en estas semanas de campaña electoral insulsa. No hay nada perdido y existe una volatilidad enorme. Que no se producirá un sorpasso es evidente, pero igual tampoco es una ruina. Sólo hay que recordar las europeas de hace cinco años, nadie sabía quiénes eran y… Hay otros canales no mediáticos para hacer grupo, aunque ese apagón informativo que denunciamos igual no es tan malo. Nunca se sabe.