Hace unos meses el famoso torturador del final del franquismo “Billy el niño” recuperó actualidad al hacerse públicas las insultantes medallas que le concedió entre otros el “famoso” Martín Villa, ministro franquista adaptado al inicio de la democracia.
Unas medallas que les suponían un beneficio económico de por vida y al mismo tiempo un agravio a la democracia.
Que torturadores franquistas siguieran paseando esas medallas con absoluta impunidad no era lógico ni admisible, que sigan entrando en comisarías, incluso invitados por sus mandos mucho menos aún.
Al llegar Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno afirmó que con él comenzaba una nueva era. Y yo me lo creí.
Una nueva etapa donde cuestiones como estas iban a ser resueltas con inmediatez. Ahora abandona el poder, no se sabe si con carácter temporal o definitivo, sin haber cumplido ese compromiso.
Desde estas líneas me dirijo a él para decirle que me defrauda que se vaya sin hacerlo. Porque quitar esas medallas a “Billy el niño” y al resto de torturadores franquistas (parece que son otros cuatro) sí que hubiera sido un indicativo de esa nueva era.
Pedro, no sé si me leerás pero confíe en ti, en que eras un demócrata de izquierdas que debías pasar a nuestra historia por ser quien tuvo el valor al fin de devolvernos esa deuda pendiente, de darnos la justicia, memoria y reparación que nos debe esa democracia y esa izquierda. Lamentablemente no ha sido así.
No entiendo, no entendemos las razones por las que no ha sido posible, si por dificultades legales o burocráticas, o lo que sería más incomprensible, por miedo o dejación. Tampoco te has dignado a darnos las explicaciones que serían lógicas y que merecemos. Ni tú, ni ninguno de tus ministros.
La tortura, Pedro, intenta degradar a las víctimas, pero degrada mucho más a los victimarios, a quienes les dirigen, amparan, o simplemente miran para otro lado. Al final es lo que parece (te dejo el beneficio de la duda) has hecho tú Pedro, compañero, como los demás has mirado para otro lado en este tema tan sensible.
La democracia llegó en parte por nuestra lucha. Socialistas, comunistas, anarquistas, trosquistas, independentistas, luchamos por ella y nos dejamos jirones de nuestra piel en aquellas salas de interrogatorios en manos de psicópatas como Billy. Lo merecíamos, nos lo debíais, nos lo debéis y tu dignidad socialista lo tenía que haber hecho ya antes de irte.
Ahora te vas, deseo firmemente que sólo sea hasta después de las elecciones y que los números nos den a las diferentes izquierdas, para parar el tsunami de las derechas extremas y la extrema derecha que nos amenaza. Te vas Pedro pero “Billy el niño” se queda….con las medallas.
Ahora no has sido capaz de quitárselas Pedro, pero si vuelves después del 28-A tu compromiso debe ser que la primera decisión que tomes sea esa; hacer desaparecer esas medallas insultantes a mi torturador, a nuestro torturador “Billy el niño”. ¡Te lo exijo! ¡Te lo exigimos!