“Con datos y de forma documentada vamos a desmontar las mentiras en las que PP y Ciudadanos se han instalado” ha dicho Felipe Sicilia, portavoz adjunto del Comité electoral del PSOE. Han ideado en la calle de Ferraz una “herramienta” para contrarrestar las mentiras que suelen lanzar al aire los dirigentes de los partidos de la derecha sobre el partido socialdemócrata. Una medida más de la campaña electoral pero que supone un error por varios motivos que serán explicados más abajo. Yerran los “campañeros” del PSOE si piensan que con una web, ya que es tan sólo eso la supuesta herramienta, y una serie de memes difundidos en las redes sociales van a conseguir una contraprogramación mental de las personas.
¿Por qué yerran en sus previsiones? Lo primero porque copiar campañas de otros lugares, como Estados Unidos, donde la capacidad analítica de las personas es menor que cero en su mayoría, donde la población politizada realmente no llega ni al 40%, salvo por algún tema específico, donde el sistema no se pone en cuestión en sí, es tratar a la ciudadanía española como una masa aborregada. Pensar que por ver un meme, si le llega, o un enlace a la web del ¡¡¡PSOE!!! una persona va a cambiar su opinión es no haber leído más de dos o tres análisis serios de sociología electoral. Las personas en Europa tienen unos perfiles mucho más marcados ideológicamente por cuestiones históricas, religiosas, de clase, etcétera. Pensar en los europeos que están politizados como una masa incapaz de articular dos pensamientos dice poco del PSOE y es caer tan bajo como lo hacen PP y Ciudadanos.
Si las mentiras de Pablo Casado o Albert Rivera penetran en las cabezas de algunas personas es porque esas personas ya estaban predispuestas a creerse esas mentiras. Si Pedro Sánchez dijese alguna mentira sobre PP o Ciudadanos, el sanchismo le creería ciegamente. Es más, si lo que quieren es que no se escape el electorado volátil de centro izquierda e izquierda, deberían analizar los datos de que se disponen en diversos estudios. Así sabrían que son personas preparadas, con capacidad de análisis, que se informan en varios medios y creen poco en lo que dicen los propios partidos políticos. Tienen un gran escepticismo respecto a la política en sí. Y si están más a la izquierda del PSOE súmenle una clara conciencia de clase. Así que con dos memes y una web no van a conseguir mucho.
En segundo lugar, el PSOE puede hacer la campaña que quiera, de hecho esta cosa de las mentiras tiene un tufillo a doberman de 1996 que echa para atrás, pero carece de la auctoritas para ser creíble. Entre sus “fieles” tiene credibilidad sin duda, incluso si dijesen que van a adoquinar España con oro, les creerían, pero más allá de las permeables fronteras partidistas, como partido los socialdemócratas tienen la misma autoridad que los otros partidos. En ese sentido, hace ya muchísimos años, tantos que parece incomprensible que haya que explicar esto a personas que presuntamente saben de comunicación política, que son los medios de comunicación los que tienen mayor autoridad para transmitir los mensajes que los partidos en sí. El canal no es el partido, sino el medio de comunicación. Por tanto, en cuanto las personas vean un meme o un enlace (porque esto sólo es en redes sociales) con la “marca PSOE” ya le aplican un prejuicio. Cosa que no ocurre con un medio, o los medios, de su confianza.
Parece que el PSOE, abundando en esta idea del canal, quita méritos a los medios de comunicación, les sitúa en una posición de vendidos a otros intereses y otras posiciones partidistas por no difundir lo que en Ferraz piensan que se debe difundir. Que deberían denunciar las mentiras de Casado y Rivera. Para sorpresa de Ferraz algunos medios lo hacen y todo. Esos medios que están en la parte zurda del espectro lo vienen denunciando por activa y por pasiva. Y además analizan las mentiras y no un simple párrafo como ponen en la web del PSOE. Salvo que quieran hacerlo para colar un algoritmo a ciertas IP, que todo podría ser. En este mismo medio, hemos denunciado las mentiras de Casado y Rivera decenas de veces, es más, hemos desentrañado las propuestas que hacen día a día y que podrían ser perjudiciales para España. Con mover esos artículos, como los de otros medios, tendrían la campaña hecha. Aunque sabemos que nuestros colaboradores y articulistas están mal vistos en Ferraz, la causa es la causa.
En tercer lugar, también yerran al pensar que sólo con las redes sociales se ganan las elecciones. Juan Antonio Rodríguez, que se jacta de controlar a muchas personas en Twitter (por eso insistió en que usuarios se pusiesen la barra y el corazón del lema de campaña, ese lema que copiaron a los neofascistas, para controlarlos), debería conocer que esa red social tiene visibilidad pero determina muy poco electoralmente en comparación a otros canales. Y si no lo sabe ahora ya lo puede hacer. Algo más influencia tiene Facebook, pero el perfil de usuario cambia radicalmente y es más complicado engañar con cualquier ocurrencia. Lo que presentan como “herramienta” tiene visos de ser un fracaso a priori porque deja fuera más dos tercios de la población. Curiosamente, ese grupo de personas que sí acuden a votar y son más activos políticamente. Porque los que son muy activistas en Twitter y Facebook van convencidos de casa. Se han formado, y muy bien en la mayoría de las ocasiones, antes de ser activista. Por ello se lanza una campaña cuyo impacto de primeras es reducido. Los que están convencidos no lo necesitan y a los que hay que convencer no se creen estas historias.
Más les valdría poner a Sánchez en ciertos programas de televisión, aunque sean cavernarios, y confiar en los medios de comunicación zurdos, sin presionar, sin vetar, sin intentar manipular para que desvelen la verdad. Porque los medios de a la izquierda llevan haciéndolo desde hace mucho tiempo. Y no El País no es de izquierdas es de la señora Ana Botín y eso ya indica claramente hacia donde va. Lo malo es que los medios también cuentan las mentiras del PSOE, que las tiene también porque es consustancial a esta política espectáculo, a esta sociedad espectáculo, esconder todo tras máscaras y aparentar más que representar. Además, y esto que sirva de consejo a los “grandes pensadores” de Ferraz, lo que consiguen con los “sugus” y demás personas a las que han contactado es generar un bucle que acaba autolimitándose. Que igual los medios de comunicación analizamos las redes. Igual.