¿De verdad es eso lo que hemos votado? Esa pregunta nos hicimos muchos la noche del sábado en numerosos lugares a lo largo y ancho de nuestro plural país.
Plural y confuso a la vista de algunos resultados contra natura en diferentes municipios, en algún caso superando todas las sorpresas imaginables. La política de este país ese día se asemejó a un mercado persa. Trueques, engaños, timos, palabrería, traiciones.
Que un partido de izquierdas como el PSOE haya pactado en Madrid con Podemos, pero en Castilla la Mancha con la “nueva” derecha de Cs más rancia aún que su predecesora, y que al mismo tiempo ésta lo haga con PP y VOX, es un ejemplo más de la incoherencia política actual donde algunos partidos valen igual para un roto que para un descosido.
No ayuda nada esta actitud a mejorar la calidad de nuestra democracia, que se nos va deteriorando por momentos.
Quizás el único territorio ejemplar haya sido Euskadi, donde el pacto PNV-PSE ha funcionado ejemplarmente prácticamente al 100 %, sabiendo los electores a la hora de depositar su voto el pasado 26-M que iba a ser así, especialmente después de meses de colaboración de ambos en el gobierno de Vitoria. Da gusto contemplar ese comportamiento leal y coherente.
Por el contrario lo sucedido en el territorio limítrofe, Navarra, ha resultado la cruz de la moneda. Que en la previa de la votación para que María Chivite pueda ser Presidenta del Gobierno de Navarra, ésta y el PSN se hayan dedicado a humillar y desairar a sus hipotéticos socios, a aquellos que deben votarla incluyendo a Bildu del que se necesita su abstención, es para un análisis más exhaustivo.
Los votantes socialistas, al menos el que escribe estas líneas aunque me temo que sean muchos más, no vamos a poder entender y explicar esta circunstancia.
Permitir que gobierne la derecha extrema de Navarra +, que hay que recordar incluye a PUN, PP y Cs, éste último enemigo acérrimo de nuestros fueros, es como para hacérselo mirar.
La sospecha de que se ha tratado de un plan diabólico para molestar a sus socios necesarios, con el fin de conseguir que esa derecha acceda al poder autonómico a través de ese enfado, sobrevuela por los cielos de Navarra.
Defrauda y enfada a sus votantes más de izquierdas (recordar que esta vez de los 70.000 votos conseguidos 32.000 les vinieron de Podemos e Izquierda-Ezkerra) y deja a la mayoría de la población situada en el ámbito progresista izquierda con un amargo sabor.
Como se encargó de recordar la actual presidenta Uxúe Barkos suponía la repetición del “Agostazo” 2007, esta vez un “juniazo”.
¿Cómo pedir desde el PSN después de lo ocurrido este sábado los votos a Geroa Bai, Podemos e I-E y mucho menos aún la abstención de Bildu, después de esta vejación?
¿Qué se puede hacer entonces para desmontar esta lamentable situación? Sólo puede haber una manera, aunque requiera altas dosis de generosidad por parte de los humillados; que se le exija a PSN el pago de un peaje que condone su deuda.
Los votos (afirmativos y abstención) sólo le llegarán si se construye un gobierno de coalición PSN-Geroa bai-Podemos-I-E, con un programa que convenza a Bildu para su abstención, además de que la presidencia del Parlamento recaiga en Geroa bai y así garantizar en la medida de lo posible que no existan más jugadas en el futuro.
Si el PSN acepta demostrará su sinceridad y recuperará la confianza, si la rechaza quedará claro su engaño, especialmente al sector más importante de su electorado.
Quizás todo este puzle de sinsentidos tenga explicación en clave de la próxima elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Que sea producto del maquiavelismo de su gurú Iván Redondo.
Pretende así dejar abiertas las tres posibilidades que le quedan para acceder de nuevo al poder; un acuerdo con Cs extremadamente difícil pero aún no imposible, convencer a UPN a través de ese “juniazo” que le entrega Ayuntamiento de Pamplona y gobierno de Navarra para lograr su apoyo, o conseguir la abstención de ERC ahora más compleja después de la jugada realizada en el Ayuntamiento de Barcelona y las decisiones del TS. Incluso falta la sentencia del Procés que puede enfangar aún más esta salida.
Es probable que alguna le salga bien, a día de hoy todo es posible, pero la pregunta es: ¿dónde queda la ideología? ¿Dónde la ética, la coherencia, la honestidad?
Hace tiempo que esas cualidades han desaparecido de la política y los políticos actuales. Ahora todo vale con tal de conseguir el poder, el pragmatismo sustituye a las ideas y se puede pactar con cualquiera sin ningún pudor.
¿En qué se parecen Cs, UPN, ERC? En una cosa, pueden conseguir la presidencia a Sánchez y para eso todo vale. Es la más pura esencia del ínclito Iván Redondo, que ya ha demostrado suficientes veces que vale igual para arre que para so, para asesorar a PP, PSOE y si se lo piden Podemos.
Lamentablemente parece que ese espíritu ha impregnado definitivamente al mismo Sánchez. Qué decepción, qué pena…….
Veremos qué ocurre los próximos días pero a día de hoy esto tiene muy mala pinta, al menos para quienes entendemos la política como algo digno de principios, con altura de miras.
Veremos…………