Estamos en el verano triunfal de los becarios, especialmente en el ámbito mediático. Tras un extenuante comienzo de año lleno de elecciones, trifachitos, coaliciones perversas, negociaciones inútiles y políticos con capacidades anuladas, los medios de comunicación y los partidos políticos han decidido dejar paso a sus becarios para llenar de colorido los meses estivales. Algunos han logrado el estrellato por todo lo contrario a lo que deberían ser las buenas prácticas, esto es, por su incapacidad para seguir en la profesión que les gustaría. Verdaderas meteduras de pata que muestran cómo se está conformando la sociedad actual y la podredumbre del pensamiento que habita en la misma.
Comenzó la actuación de los becarios con uno echado al monte y buscando hueco en la panoplia mediática de Florentino Pérez (sector futbolístico). Un becario de un medio deportivo lanzándose al cuello de Diego Pablo Simeone, tras vencer 3-7 al Real Madrid, y pidiendo que le echasen del banquillo rojiblanco, como ya expusimos en su momento. Su pecado, ser cholista y jugar con el resultado durante los partidos. El chico debió pensar que de esta forma cualquier medio de comunicación del florentinato le daría cobijo en cuanto terminase sus cursos. Pensaba que dorando la píldora al poder constituido en el fútbol, le llamarían desde las oficinas de ACS. Lo peor no es que pergeñase esa estrategia quien escribió sino que contase con la aprobación para publicar el artículo del redactor jefe. Imbuido del peloteo al glorioso jefazo Pérez ni se percató de la sarta de improperios que se decían.
Tampoco se han quedado atrás, en una especie de competencia por ver quién aporta más al espectáculo mediático y a la ignorancia supina, en una radio que todo el mundo conoce de qué pie cojea pues el empresario es ni más, ni menos que la Conferencia Episcopal. Una cadena vaticanista y contraria a cualquier partido de izquierdas, especialmente si hacen hincapié en el laicismo y quitarles las prebendas tradicionalistas, y entregada no a la difusión de la piedad cristiana, a la evangelización o al logro del bien común sino a dar cabida a todas las propuestas de derechas reaccionarias. En esta cadena el becario de turno, ha soltado la perla del mes al afirmar, con toda rotundidad, que “Podemos se apropia de una de las canciones de La casa de papel y las redes estallan con la formación de Pablo Iglesias”. La canción a la que hacen referencia es Bella Ciao que, como todo el mundo sabe, ha sido compuesta exprofeso para la serie ¿o no? Evidentemente no, pero eso el becario no lo sabía ya que no ha tenido la buena praxis del oficio de verificar al menos la procedencia. Le ha faltado decir que el PSOE se ha apropiado de La Internacional, esa canción que sale en una película de Ken Loach. Además la bronca en las redes ha sido por otro motivo que no explican, por cierto.
La radio, después de comprobar el error, ha rectificado pero ha debido ser otro becario al retitular la noticia de la siguiente manera: “Podemos se apropia de Bella Ciao, de nuevo popular gracias a La casa de papel”. El caso es mantenella y no enmendalla. Si hubieran analizado el porqué del risorgimento de la canción verían que no es por la serie de televisión sino por el auge del neofascismo en Italia con Salvini y en España con Vox. Esto va contra la ideología de la propia cadena y no puede ser argumentando como retorno de la popularidad de la canción de los partisanos antifascistas. Hay que ocultar el fascismo ya que siempre se llevó bien con los vaticanistas, especialmente en España, y les colmó de prebendas. Si la primera nota era producto de la incultura, la segunda es producto del marco ideológico. Eso sí, siempre malmetiendo contra un partido de izquierdas que no se apropia de la canción pues esta es parte de su acervo. Y si la iglesia fuese realmente católica vería que el internacionalismo de la izquierda asume las luchas de los compañeros/camaradas del mundo.
La izquierda fascista trata de criminalizar al liberalismo mediante la apropiación de causas que nunca fueron de ella, como son el feminismo o los derechos LGTBI. Ahora, también, defiende a los que pueden pagar su pasaje en el Open Arms, mientras ignora a los que no pueden.
— Marcos de Quinto (@MarcosdeQuinto) August 17, 2019
Y llegamos al becario de la política. Marcos de Quinto lleva unos meses muy crecido. Ha debido pensar que ser diputado le exime de mostrar cierta capacidad analítica o de no mostrarse soberbio, más cuando se supone que es una persona que conoce a la perfección el mundo de lo publicitario-espectacular. Este becario de la política ha llegado como elefante en cacharrería llamando “bien comidos” a los inmigrantes del buque Open Arms, insultando a siniestra (porque a diestra todo son parabienes) y mostrando un clasismo como no se ha visto desde el conde de Romanones. No sólo no le gustan los del barco sino que recomienda al IMSERSO que se lleve a Cristina Almeida. O clama contra la “izquierda fascista” que es un recurso de los verdaderos neofascistas para diluir la negatividad del concepto pero poder cometer los actos que van ligados al mismo (totalitarismo).
Lo que hace con todas estas cuestiones De Quinto es mostrarse como un verdadero ignorante que no sabe distinguir que la lucha de la Nueva Izquierda postestructuralista fue la que sostuvo los derechos LGTBi, el Feminismo y la Ecología. O que es tan nesciente como para no saber que “liberal” en EEUU es sinónimo en Europa de socialdemócrata, por tanto de izquierdas. La nueva clase política de la derecha asoma su pata de liquidadora de todo aquello que tenga que ver con el bien común, con lo social, con la propia sociedad y no le importa que sus becarios muestren lo que realmente son. En el verano de los becarios la ideología de la clase dominante campa a sus anchas.