No ha dicho, entre lo que se ha filtrado a la prensa, Luis Bárcenas nada que no se supiera o se sospechara. Que M. Rajoy sea Mariano Rajoy sólo era desconocido para alguna mente depravada y entregada de los altos tribunales españoles. Del resto de cuestiones mucho aire y poca carne a la que hincar el diente. Tampoco sorprende que el ex-tesorero del PP haya afirmado que llevan financiándose ilegalmente desde al menos 1982. De hecho llevan haciéndolo desde la propia constitución de la alianza electoral que desembocó en Alianza Popular. Y si en los años de la transición, sin una ley que regulase claramente la financiación de los partidos, los dineros llegaban de dispares lugares, tras la ratificación de la Constitución comenzó un proceso para ver por dónde llegaría el dinero para sostener aquel armazón partidista que se iba creando.
Algunos se alarman de que la CIA pudiese ser el financiador del PSOE para evitar un caso a la italiana con un partido comunista fuerte. Al PSOE le llegó dinero de la agencia estadounidense transfiriendo dinero a los sindicatos de aquel país, que a su vez los transferían a la CIOSL y de ahí tomaban distintos caminos, alemanes o suecos por ejemplo. También el PCE recibió fondos de la KGB/URSS y de alguna dictadura árabe. Como llegó dinero de Libia para el PSP de Enrique Tierno Galván. A la izquierda le hacía falta más dinero porque los banqueros españoles tenían claro que financiarían a los suyos y sin pasarse. Paradójicamente, años más tarde un joven Jorge Verstrynge utilizaría toda su verborrea acusatoria contra Felipe González con el caso Flick –ya saben aquello que contestó el presidente del gobierno “ni de Flick, ni de Flock”-, ese industrial armamentístico que sí había financiado al PP/AP. También son conocidos los millones de dólares que el rey Juan Carlos de Borbón consiguió de un país árabe para montar UCD pero que acabó guardándose en el bolsillo.
Poco tiempo después de la transición, como un altísimo cargo del PP/AP nos ha contado, el partido de Manuel Fraga, asfixiado por la carencia de dinero, ideó un sistema de financiación irregular (Bárcenas era un simple becario en esta época) para el cual hubieron de echar mano de mendigos. Emilio Botín estaba dispuesto a pagar, como ha hecho siempre, los dispendios del PP pero necesitaba alguna forma de transferir ese dinero sin que se notase en las cuentas del banco. Por tanto, asesores suyos y altos cargos del PP estudiaron las distintas vías por las que hacer llegar unos cuantos millones. Tras mucho pensar llegaron a una solución, más allá de los créditos en barra de hielo –esos que se acaban condonando-, como era utilizar a vagabundos y mendigos como titulares de esos créditos. Personas, como pueden imaginar, a las que no podrían pedir la devolución por no encontrarlas o por fallecimiento.
Así un grupo de dirigentes del PP se lanzaron a la calle a buscar mendigos que, esto es importante, tuviesen DNI. Mientras les daban un dinero para comer, les hacían una fotocopia del DNI que era utilizada para solicitar esos créditos, sin necesidad de avales evidentemente, y así lograr desviar decenas de millones a las arcas del PP y el banco cuadrar sus cuentas. Pese a tener esos créditos en mora, no suponían nada en comparación con tener su propio brazo armado en la política, justo en un tiempo en el que comenzaba una expansión absorbiendo otros bancos. Los mendigos jamás supieron que tenían créditos de millones y a cambio de un bocadillo o una botella de vino peleón estaban sirviendo al PP. Así tuvo el PP, en la caja B, un enorme flujo de caja para pagar sueldos en B, costear campañas, colocar a amantes… Con este banco han confirmado que se hizo así, pero no es descartable que si hiciese con otros bancos con las mismas fotocopias.
Luego, cuando empezaron a tener puestos de poder en Ayuntamientos, Diputaciones, Autonomías y el Estado se dedicarían al saqueo de la caja común. No mucho antes, de forma miserable, utilizaban mendigos para costear su financiación irregular. Tuvo buena educación partidista Bárcenas. De momento Pablo Casado dice que es de otros tiempos pero es conocido que acudió al despacho del tesorero a pedir dinero B para costear algunos gastos. Tampoco hay que olvidar el caso de Rosendo Naseiro que la judicatura paró. La financiación irregular es parte del ADN del PP, unas veces metiendo la mano en la caja, otras mediante la entrega de contratos públicos a empresas que luego les daban una mordida y las más lamentables utilizando mendigos… y muertos.