Mucho se comenta la situación ruinosa que tiene el FC Barcelona y la imposibilidad de inscribir a los jugadores nuevos y a Messi. Una desdicha deportiva que tiene un solo camino, quedarse con una plantilla corta y con ventas ruinosas. Pero lo que no se dice es que los equipos que han quedado campeón (Atlético de Madrid) y segundo clasificado (Real Madrid) tampoco están para tirar flores. Sus posibilidades de fichar no son demasiadas y en el caso del segundo se suma la dificultad de encajar su sueño húmedo si se fichase: Mbappé.
Comenzando por los blancos, pese a los supuestos buenos números del presupuesto anterior (unos 800.000 euros de beneficio), números hábilmente pasados por la ingeniería financiera para que el límite salarial no se vea mermado más, tampoco es que naden en la abundancia. Más allá de aumentar el pasivo en cerca de 900 millones (estadio y créditos ICO), la realidad es que no tiene hueco salarial donde encajar fichajes salvo que los que más cobren se vayan del equipo. Esos 121 millones de remanente de caja de los que tanto fardan en prensa y redes sociales bien pueden venir de la ingeniería financiera y el último crédito de 150 millones de euros solicitado hace pocos meses. Es cierto que Florentino Pérez tiene contactos suficientes para conseguir un crédito nuevo para fichar al jugador francés, pero ¿cómo inscribirlo?
Unos números que aportan los mismos medios madridistas que venden un día sí y otro no la compra del francés. En un artículo del diario As titulado “El gran ahorro será en 2022” –algo ya indicativo- muestran los siguientes números sobre el límite salarial: el Real Madrid tenía un límite salarial en la temporada 2020-2021 de 473,3 millones de euros del que sólo habría utilizado 448 millones. Bien es cierto que el salario de Ceballos, Brahim, la mitad de Bale y parte de Odegaard no se incluía en ese gasto salarial. Este año con la no salida del galés hay que sumar 15 millones más a ese gasto y sólo les quedarían 10 millones libres. Por eso se ha vendido desde la prensa del nacionalmadridismo que hay que vender antes de fichar, lo que es verdad. Y ya se verá si abriendo hueco pueden fichar.
El fichaje de Mbappé, si es que alguna vez llaman al PSG para hacer una oferta como ya ha pedido el jugador francés –con bastante enfado, por cierto-, no bajaría de 150 millones de euros según los medios franceses. Eso si no le da al jeque qatarí por pedir algo más. Suponiendo que fueran esos los millones, habría que sumar los 50 millones –según dicen los medios españoles que ya se sabe ocultan siempre los datos de los fichajes blancos (¿recuerdan que Hazard eran 100 millones y se descubrió que más bien eran casi 150?)- por temporada que ganaría el jugador. Eso supondría 400 millones a repartir en las cinco temporadas de contrato que se puede hacer, lo que en términos de límite salarial serían 80 millones. Ahora tienen unos diez de espacio, les quedan 70 millones para hacer hueco, gracias a que el resto de jugadores se han bajado el salario a día de hoy, pero se lo deberán pagar en algún momento (miren lo que ha pasado en el Barça con Griezmann que antes de salir ha pedido que le embolsen lo derivado).
Si sale Varane habría un ahorro evidente, pero tampoco el Manchester United quiere tirar la casa por la ventana y dará unos 50 millones y los 14 que se ahorran de ficha. Muy justo para encajar a Mbappé si no salen unos cuantos más, si es que realmente se le quiere fichar, pues puede ser humo. Muchas dificultades y ninguna garantía de que pueda hacerse porque no hay dinero en el fútbol español. Quien tiene saneadas las cuentas no se atreve a gasto y quien no las tiene aguanta como puede, caso del equipo blanco y del Atlético de Madrid.
Los eternos problemas financieros del Atleti de los Gil
Cierto que antes de llegar los Gil a usurpar la propiedad, no eran las cuentas del club rojiblanco muy boyantes. Pero es que desde que es SAD se ha vendido EL ESTADIO para acabar con la deuda y no. Se han vendido estrellas para acabar con la deuda y no. Cada vez aumenta más y, por suerte, han logrado diferir deuda a corto plazo a medio y largo para no estar totalmente asfixiados. La ampliación de capital efectuada hace poco no ha sido para poder hacer fichajes como se ha pretendido vender sino, más bien, para cubrir las pérdidas de la temporada pasada y que el límite salarial no baje. A los grandes equipos no tener abierto el estadio les supone muchísimo dinero, pero también los jugadores han ayudado con recortes salariales y los socios pagando sus cuotas para un mísero descuento o vale en la tienda oficial (comido por servido).
Se ha fichado a De Paul, mucho hay que temerse, a la espera de vender a alguno. Bien porque lo hubiese pedido (Saúl), bien porque les apetezca para sus cosas (Herrera), bien porque sea necesario por cuestiones deportivas (Vrsaljko o Arias). No hay hueco para mucho más en los 220 millones fijados como límite. De hecho, de producirse el trueque Griezmann-Saúl (con rebaja de ficha del francés), no sería extraño que haya que vender para cuadrar cuentas. De momento el límite salarial, con la plantilla tal y como está, tiene hueco para un jugador cedido y poco más. Por eso todos esos fichajes que se venden, aunque cuesten dos euros, no son más que humo de una realidad bastante complicada. Tienen que salir para poder pensar en entrar, lo que no es más que la máxima del gilismo actual: gastar menos de lo que se vende a ser posible (en diez años han invertido 8 millones de euros entre ventas y gastos).
No están para tirar flores los equipos punteros españoles, como tampoco lo están otros muchos en Europa, pero es algo que no se llega a comprender entre las distintas aficiones. El Barça se puede quedar sin inscribir a Messi y los cuatro fichajes más jugadores con contrato en vigor, que es algo que no se ha contado, si no venden y se quitan contratos altos. El Madrid tiene que pensar mucho fichar a su sueño húmedo porque igual no entra en el límite salarial este año, llegando a vender incluso al próximo balón de Oro (Roncero dixit), Vinicius. Y el Atleti, como siempre con Gil, a sacar una estrella para incorporar un rodillas raras y con el heitingazo de final de mercado sobrevolando. Esta es la verdad de los equipos y es necesario que las aficiones sean conscientes, no tanto para culpar a éste o aquél sino para no soñar con fichajes que jamás llegarán. Vacas flacas en el fútbol español.