El miércoles perpetró otro partido infumable el Atlético de Madrid. Se ganó por intercesión divina o la flor en el culo famosa en el otro lado de la ciudad. 3 puntos y más de dos millones de euros que harán feliz a Miguel Ángel Gil, pero fútbol, lo que se dice fútbol n se vio sobre el césped del Metropolitano. Y no es algo que solamente digan los críticos al cholismo (que esos hacen campaña siempre) sino cualquier aficionado rojiblanco y hasta el propio entrenador.
Cuando se cambia a los laterales/carrileros en el descanso, ese error está obligado a ponerse en el debe del entrenador. No eligió bien a los jugadores (en base a su forma, su adaptación al sistema, etc.) y hubo de rectificar. Metió en su lugar a otros centrocampistas pero tampoco mejoró la situación. Un equipo que no saca el balón jugado, con cuatro pases al compañero, está muerto en estos tiempos y más en Champions. Y como tampoco es que el recurso al pelotazo sea efectivo para poder presionar arriba y robar cerca del área contraria, el Atleti es un equipo ramplón.
La plantilla, no es nuevo, ya se ha dicho, está totalmente descompensada si la idea es jugar un 5-3-2. Pocos centrales con buen pie, demasiados mediapuntas y/o interiores similares y unos delanteros abandonados a su suerte. Poner a Carrasco de forma habitual en el lateral izquierdo es matarle futbolísticamente. Lo mismo sucede con Koke y su posición de pivote. A Witsel se le pierde de pivote situándole de líbero. Y parece Molina en este sistema es más malo de lo que aparenta. Kondogbia es un buen recuperador pero en ese sistema no cumple distribuyendo el balón.
Normal que muchos aficionados, salvo los que piden que se fiche a Tuchel (no deben haber visto ningún partido del Chelsea, salvo los jugados el año anterior frente al Real Madrid), se pregunten por la vuelta al 4-4-2 o, incluso, intentar un 4-3-3. Con el primer sistema, incluyendo variantes puntuales durante el partido, se han conseguido los mejores resultados en estos diez años. El 4-2-3-1 también tuvo su momento pero casi siempre se ha jugado con cuatro centrocampistas. En muchas ocasiones no se tenía el control del partido pero es que acumulando cinco defensa y tres o cuatro por delante llegan en desbandada la mayoría de equipos. No crean un peligro excesivo pero llegan fácilmente.
El Cholo Simeone es un hombre de manías y cábalas. Incluso de amor paterno-filial con Griezmann. Ahora bien si el sistema utilizado no funciona porque se carece de los elementos necesarios, salvo algún despiste momentáneo, lo que habrá que hacer es utilizar un sistema donde los jugadores puedan jugar en sus posiciones. Si no confía demasiado en los defensas centrales que no se lesionan, puede probar con Saúl que en el Rayo jugó de central casi un año y sabe sacar el balón jugado (lo mismo que sucede con Hermoso). Witsel con Koke al lado, algo más liberado, debería ser el doble pivote, más otros jugadores por bandas. Igual unos días Carrasco, otros Lemar por la izquierda; unos días De Paul (que podría jugar también en el doble pivote) otros Llorente por la derecha. En realidad Saúl es el parche perfecto.
Arriba los que hay, Morata, João, Correa, Cunha y Griezmann (aunque éste puede jugar en banda) rotando. Si Molina no lo hace muy allá y no quiere dar el paso con Sergio en el lateral, Llorente. Con Reinildo se pierde llegada hasta línea de fondo en el carril izquierdo pero se gana en consistencia (habrá que ver cuando se recupere Reguilón).
Combinaciones tiene para hacer que para eso es entrenador y ve el comportamiento diario. Lo que es importante es percatarse que con este sistema y estos jugadores no se está jugando un pimiento, no se presiona arriba (que debería ser fundamental con este sistema) y los goles caen más por despropósitos del rival que por méritos propios.
El año anterior insistió con el sistema y el equipo no se comió un colín hasta que volvió a un sistema más acorde con los jugadores que tiene. La mayoría de las personas tienen confianza plena en Simeone, como se tuvo en Luis Aragonés, pero desde el año pasado (igual por algún tipo de cábala) en sistema con cinco atrás no funciona. Lo hizo algo con Trippier y Lodi, y centrales sanos, pero fue un espejismo. Está claro que algo debe cambiar porque esto no funciona.