Ayer mismo salieron las designaciones arbitrales para el derbi madrileño. Su florentineza en comandita con Luis “el orgias” Rubiales y Javier “madridista” Tebas no deja nada sin atar. Como todo el mundo conoce, si hay algún equipo que le caiga mal y al que odie Florentino Pérez es al Atlético de Madrid (debe ser porque en su juventud tenía la mala costumbre de vacunarle). Aunque tiene problemas legales por un despiste de 500 millones de dólares, por un trapicheo con el presidente Macri, seguro que ha utilizado toda su influencia para tener asegurado un arbitraje favorable.
Seguramente no le ha hecho falta ni llamar. Ya es normal que los árbitros sepan a qué atenerse en los partidos del Real Madrid. Total, si se equivocan a su favor, tiene a una miríada de palmeros en los medios de comunicación para convencer a las masas de que no ha habido error alguno. Y si hay que mover las líneas del VAR, se mueven… como en el gol de Rüdiger en último fin de semana (que no ha causado revuelo por ser el último de la goleada). Pero esta vez parece que en el Comité Técnico de Árbitros se han pasado de la raya.
Con la designación de Munuera Montero en el césped y de Iglesias Villanueva en el VAR, el equipo blanco se ha asegurado meter goles con las manos. Pero no como el de Sadiq de la Real Sociedad, no. Como si la cogiese turrita Doncic en el centro del campo y la llevase cogida debajo del brazo hasta meterla en la portería. Los defensas blancos podrán dar todas las patadas que deseen en el área pues no será señalado como penalti. Y cualquier desmayo de Vinicius dentro del área rojiblanca será pena máxima.
No dejan nada a la improvisación para mantener una liga de dos y por ello han elegido a dos de los árbitros más sanguinarios contra el Atlético de Madrid. Iglesias Villanueva, cuando no estaba solamente en el VAR, se la lió al equipo rojiblanco en numerosas ocasiones. Todavía se recuerda un partido contra el Levante en Valencia que terminó empatado a 2 en el que pitó penaltis a mansalva, expulsó a un jugador… Y otro partido contra el Levante en el que se comieron dos penaltis un 20 de febrero de 2021. De los dos, paradójicamente, no es el peor.
Munuera Montero comenzó la temporada anterior atracando al Atleti frente al Celta. Se consiguió vencer pero a João le crujieron a patadas, se comió algún penalti y desquició a los jugadores con sus chulerías. Lo mismo que hizo contra el Rayo Vallecano en Vallecas. Chulería, agarrón a João en el área (agarrón de esos de novios que se quieren mucho), cambios en el acta arbitral para intentar que se sancione a los jugadores… y la expulsión de Correa. Sudores fríos es lo que sienten los aficionados rojiblancos cada vez que escuchan el apellido Munuera (da igual Montero que Martínez).
Tan atado lo quieren tener que desde el medio controlado por su florentineza ya están diciendo que Iglesias Villanueva es malo para el Real Madrid. No vaya a ser que se vean muchas imágenes en el VAR. No es que se esperen ver, como pasó en San Sebastián, pero mejor si ya se condiciona al que maneja el aparato. Igual porque Roures, destacado barcelonista, está detrás de las retransmisiones. Y todo eso justo cuando el equipo está jugando mal. Van con saña a hacer daño desde todos los frentes.