Polémica menor por el pequeño número de entradas que permite el Real Madrid vender a los aficionados del Atlético de Madrid para el encuentro de Copa del Rey. Polémica menor porque, como pueden imaginar, todo lo que hagan en el paseo de la Castellana está bien hecho a ojos de los rodilleras habituales. Lo que no cuentan, ni en los medios rojiblancos, es que todo tiene una explicación plausible, más allá del pifostio que tiene montado Luis Rubiales con cualquier cosa que organice. Porque de la incompetencia de este tipo da para escribir más volúmenes que la Summa Theologica.
Florentino Pérez, habilidoso como pocos en los bajos fondos de la economía, la política o el fútbol –ya dijo Joseph Blatter que era experto en campañas de “afecto” para los balones de Oro (igual aquello de caballos y yeguas de Jesús Gil) –, está preparando una encerrona de las que pueden hacer época. Un atraco como aquel en una final de Copa de Europa en blanco y negro cuando les pitaron un penalti por mirar a Gento. O mayor. Porque el viudo con gafas (aunque se rumorea que ronda a una filipina) no sólo quiere atracar sino que sea con saña y a la vista de todos.
El Atleti ya sabía que le estaban preparando una encerrona nada más ver el sorteo. Rubiales odia al conjunto rojiblanco –ahí están los audios– tanto o más que Florentino y no podía permitir que llegase más allá de los cuartos de final. Su sueño es una final entre Barça y Real Madrid porque le reporta más beneficios, no al fútbol que debería defender sino a él como jefe del negociado. Para colmo la designación arbitral ha querido situar en la posible escena del crimen al más capacitado para que el criminal salga limpio de polvo y paja: César Soto Grado en el campo y José Luis González González en el VAR. Ni Franco lo tenía tan atado.
A todo esto, desde los medios nacionalmadridistas vienen enrareciendo el ambiente con Vinicius (¿recuerdan que se llegó a calificar a Koke de racista antes del anterior partido?). Un pobre jugador que no hace nada y al que todos dan patadas porque sí. Desde que Ancelotti lo avisó el domingo, los teleñecos de la noche, los tribuneros, el de la cabeza rara y demás escribas del nacionalmadridismo están alertando que hay que protegerle y sancionar con más dureza a los defensas contrarios. Justo la semana de derbi. Todo muy sospecho.
A ello súmenle que Juan Carlos Rivero estará en televisión comentando el partido, que es como si lo comentase el propio Florentino, por no hablar de las gentes de las radios entregadas a la causa. ¿El resto de las teles? Los teleñecos a lo suyo. En Gol seguro que al día siguiente acude Gonzalito Miró. Rubén Uría o Juan Gato estarán “vetados” unos días. Las 334 entradas no son cortesía sino para tener un grupo de gente del que reírse en su cara (por eso prohíben comprar entradas de público en general) y que no se les escuche demasiado animando mientras los Isidoros comen pipas. Un atraco perfectamente planificado, pero…
Bueno, que el Tito Floren es Al Capone y su poder (en la sombra, por supuesto) es inconmensurable, y que el esperpento de presidente de la RFEF es uno de sus brazos ejecutores, no hay duda. Pero los ataques personales del tipo “viudo con gafas” creo que sobran.
Totalmente de acuerdo con este estamento arbitral que está supeditado a florencapone y al farsa y ya las acciones fraudulentas del elemento presidencial de la federación a las órdenes de florencapone… me pregunto que podrá saber florencapone de Rubiales