Amenazaron los árbitros españoles, durante la pasada semana, con hacer una huelga debido a que les estaban atacando mucho en los distintos campos de fútbol. Después del pasado fin de semana se ocultarán en una grupa porque lo único que vienen demostrando es lo malos que son. No aciertan ni equivocándose. Normal que los jóvenes, esos que le preocupan tanto a Florentino Pérez (más bien el bolsillo de los padres de esos jóvenes), prefieran ver otras competiciones o hacer otras cosas. Cuando los criterios son tan volátiles, siempre en favor de los mismos, la competición acaba expulsando a cualquiera.
Nuevamente una misma acción, calcada, ha sido arbitrada de forma distinta. La sospecha es que la camiseta y/o nombre del jugador que comete la infracción supone un eximente o no. Como pueden ver en las distintas imágenes que les ofrecemos a lo largo del artículo, los árbitros españoles (convenientemente adoctrinados por los aparatos ideológicos del nacionalmadridismo y el nacionalbarcelonismo) saben perfectamente lo que deben hacer para no molestar a los de arriba y sus secuaces (los secuaces están, como pueden sospechar, sentados en poltronas federativas o profesionales). Hoy el nacionalmadridismo se queja, suavemente porque están cagados con la posibilidad de que el Atleti les sobrepase.
Realmente si Miguel Ángel Gil hubiese invertido dinero en un delantero medio bueno, el Atlético de Madrid no tendría por qué quejarse del arbitraje de ayer. Habría acertado con alguna de las que tuvo. Pero es que a esto se suma que la afición rojiblanca, por supuesto haciendo del mal una fórmula para el cachondeo, no quiere que les piten un penalti a favor. Ahora no. Ya no vale. Para ellos (los árbitros). Que se los metan donde les quepa, que hueco deben tener con todo lo que tragan. Hay que terminar La Liga sin un penalti a favor pese a ser de los tres equipos más ofensivos de todo el campeonato. Así, con un par.
Como el record de 72 jornadas del Osasuna está algo lejos (aunque si hay que ir a por él se va), el Atlético de Madrid debe aspirar a un record nunca logrado: el equipo al que no han pitado penaltis y al que más goles han anulado preventivamente. Porque, paradojas de la vida y de aplicar reglas distintas al conjunto rojiblanco, el Atleti es al equipo que más goles anulan preventivamente y más acaban concediendo desde el VAR. La regla es conceder gol y luego ver si hay algún motivo por el que anularlo. Una regla que se aplica a todo el mundo menos al Atleti.
Pedrito Números (el de la COPE) presentó la semana pasada una estadística increíble que los funcionales (incluidos bastantes periodistas de esos que desfilan en los teleñecos de la noche) entendieron al revés. El Real Madrid es al equipo que más goles conceden y luego anulan legal y acorde al reglamento en Liga. El Atleti es al contrario. Se los anulan, por si cuela, y luego a conceder. Pues bien, este record hay que lograrlo. Hay que esperar que no piten penalti alguno (total se han comido cerca de diez o doce claros) y que anulen todos los goles que marquen de aquí al final del campeonato. Como lo hacen siempre no les resultará complicado seguir por esa senda.
Post Scriptum. Nunca se valorará lo suficiente que una simple matriz de Excel haya puesto los huevos de corbata a Laporta y Pérez.
Post Scriptum 2. Otro día se hablará del porcentaje de amarillas y faltas realizadas (o cómo condicionar un partido). Aunque salga ese vecino tonto diciendo que en el Atleti son muy guarros sin haber visto un partido desde que jugaba Moacir.