No podían haber elegido mejor momento las gentes de Automática Editorial para esta recuperación, con nueva traducción, del libro de la escritora Kay Dick: Ellos. Secuencias del desasosiego. Una novela distópica que estuvo olvidad casi como en la biblioteca de los libros perdidos y que posee una actualidad enorme.
Lo normal, como le ha pasado a quien esto escribe, es que según vayan transcurriendo los párrafos y capítulos, breves (no se asusten), se le vaya poniendo una mala leche incomparable con otras novelas del estilo. No porque libro esté mal escrito, si hubiese sido el caso el libro se abandona rápidamente y a por otro del montón de no leídos, sino porque los relatos del mismo invitan al lector a proyectarse en el presente. Si cambian a Ellos por gentes canceladoras o por la Inteligencia Artificial, el libro comienza a abandonar el rincón de la distopía para abrazar la realidad.
Sí, es un libro distópico para la época en que fue escrito. En esos tiempos que se censurase lo bello, el arte, o lo sublime estaba muy localizado. Bien el comunismo con su veto burgués, bien las capas conservadoras con su moralismo. Pero lo que se censuraban eran aspectos de lo bello o lo bueno, no lo bello o lo bueno en sí. El arte como arte no era vetado y retirado sino algunas manifestaciones. Eso es lo que hacen Ellos (acabar con lo bello, el arte, etc.) durante todos los relatos. Porque la estructura del libro son relatos interconectados mediante la idea principal y la acción de Ellos.
¿Quiénes son Ellos? Una de las cosas buenas es que el texto no lo determina, con lo cual deja la libertad, paradójicamente, al lector para poner en funcionamiento su imaginación o proyectar bajo sus propios prejuicios. Si se fijan en las desapariciones, la proyección puede ser de algún tipo de dictadura real (desde los Ayatolas hasta cualquier república bananera), o se puede proyectar simbólicamente sobre ciertas actitudes que son parte de nuestra cotidianeidad. Porque la muerte o desaparición no tiene por qué ser física, también la ruina social cabe en esta buena distopía.
Muy recomendable la lectura del libro de Dick. De una actualidad asombrosa y que en cada lector puede llegar a causar desasosiego al proyectar lo que allí se dice con lo que observan y viven en rededor. Lo que aquí se ha presentado es una de las muchas posibilidades de la comprensión del texto. Caben otras más internas al ser humano. No busquen, eso sí, soluciones o descripciones detalladas del mal, pero sí entenderán al ser humano cuando enfrenta una situación similar. Lean a Kay Dick y luego expresen sus sentimientos sin temor, todavía no están Ellos. ¿O sí?