El Western europeo tuvo su momento de mayor gloria desde comienzos de los años 1960s hasta comienzos de los años 1970s. El mal llamado spaghetti western tuvo en España el mejor lugar para todas esas producciones cinematográficas que llegaron a inventar una nueva forma de contar lo que los estadounidenses llevaban años. De hecho, el género cinematográfico, a este lado del Atlántico, ha quedado en el imaginario colectivo mucho más ligado al polvo y el cazarrecompensas que a las bellas y enormes producciones de gente como John Ford. De hecho, el género en los propios EEUU acabó copiando al western europeo. Clint Eastwood mezcló ambas formas, pero Sam Peckinpah era más cercano.
Esos cientos de producciones, más bien coproducciones entre italianos, españoles, alemanes y/o franceses, contaron con numerosos actores españoles e italianos tanto en el rol protagonista como secundario. Normalmente se intentaba que la estrella de la película fuese un actor, si era en horas bajas mejor por aquello de ahorrar costes, estadounidense. Así llegó Eastwood a Almería de la mano de Sergio Leone. Por ese camino vinieron Lee van Cleef (quien más películas rodó y hasta tuvo un personaje, Sabata, icónico), Guy Madison o Craig Hill. También tomaron ese rol protagonistas numerosos actores europeos como Gianni Garko (el inolvidable Sartana), Giuliano Gemma, Franco Nero, Terence Hill, Gian Maria Volonté… y algunos actores españoles casi hoy olvidados.
Actores españoles que son iconos del western en todo el mundo (aunque especialmente en Europa donde todavía hoy se visualizan las películas) pero están casi olvidados en España. Muchos de ellos morían siete veces por semana en diferentes filmes. Algunos no llegaban a tener una línea en algunas producciones, pero todos ellos son reconocibles por sus caras para todas esas personas que gustan de ver las películas de vaqueros. La suerte que ha tenido España, al menos en el siglo XX, de tener una gran variedad de actores secundarios se ve perfectamente reflejada en el western europeo. Si usted ve, de vez en cuando, alguna de las películas de la trilogía del dólar de Leone, pensará que este o aquel son estadounidenses o italianos, pero no, son actores españoles. ¿Recuerdan al actor que mata Van Cleef al comenzar El bueno, el feo y el malo? Español. Antonio Casas. De ellos se va a hablar hoy, sin dejar de recordar a directores que dejaron grandes películas como Alfonso Balcázar o Rafael Romero Marchent.
Los protagonistas
Sin duda el más conocido de los actores españoles del western europeo es Fernando Sancho. El mexicano de cualquier película que tuviese algún personaje de este tipo. En unas ocasiones era el malvado de la película, en otras el general revolucionario y en algunas más el mexicano simpático que acompaña, intentando engañarle de forma pícara, al protagonista principal. No se puede olvidar al personaje que se repitió en varias producciones, Carrancho. Decenas de películas grabadas entre Almería (desierto de Tabernas), Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares o el desierto de los Monegros. No solo de mexicanos vivió Sancho quien actuó en numerosas películas de otro género.
George Martin (Francisco Martínez Celeiro) es otro de los grandes actores del western europeo. Decenas de películas, las más famosas con rol protagonista Clint el solitario y El regreso de Clint, donde desempeñó todos los roles del género. Bueno, malo, amigo, enemigo, hacendado, desarrapado o cazarrecompensas. También hizo incursión en el género de los superhéroes, teniendo muchísimo éxito en Italia con películas al estilo de Bud Spencer y Terence Hill (de hecho compartían actores a los que golpear).
Ángel del Pozo es otro de los rostros más conocidos del western europeo. Más de treinta películas a sus espaldas hacen de él uno de los grandes del género. Había comenzado su carrera, tras patearse los teatros, en películas muy conocidas como Margarita se llama mi amor pero fue captado para las películas del oeste por sus capacidad de interpretar a buenos, buenazos y malos, malísimos. Con el paso del tiempo, y algunas películas dirigidas, abandonó el cine para pasarse a la producción televisiva y la dirección en Mediaset.
Aunque no lo crean, o les parezca sorprendente, Jesús Puente fue uno de los pioneros del western europeo. Rodó cerca de una decena de películas, aunque en su mayoría fueron intentos de recrear los filmes fordianos. Más alejado de la estética de frontera y pistoleros, aunque no de venganzas Puente hizo de sheriff o hacendado en algunas ocasiones antes de que fuese reconocido como el gran actor de teatro que siempre fue.
A Eduardo Fajardo casi siempre le tocó el protagonista malo de las películas. Y un malo del western europeo era casi un protagonista sin piedad, inhumano y despiadado. Es recordado por sus papeles en Django o El bandido Malpelo. Curtido en el cine antes de llegar a Almería (donde al rodar dos películas a la vez llegó a equivocarse de rodaje en alguna ocasión, como contó desternillándose), es más recordado entre el gran público por sus personajes de padre responsable, militar o jefe de este o aquel negocio. La realidad es que fue uno de los grandes del género, bordando al malvado.
Además de estos grandes actores hubo algunos que hicieron incursiones, más o menos estables, en el western como Luis Dávila o Conrado San Martín (impresionante su villano en Los largos días de la venganza). También compatibilizó el protagonismo con el rol secundario Roberto Camardiel, todo un clásico en los repartos del género. Paco Rabal hizo algún personaje protagonista. Aunque quien mejor compatibilizó los roles de protagonista/secundario fue Daniel Martín. Tan pronto era un capitán traidor de la Unión, como un villano despiadado que uno de esos que rápidamente caía en el primer gran tiroteo. Y cómo olvidar a otro de los malvados del cine español (en todo tipo de géneros le ha tocado ese rol), José Manuel Martín. En el western hizo principalmente de mexicano aunque Mariano Ozores le permitió hacer de malo solamente en una de las últimas películas (un western de aquella manera) que se hicieron en Almería, Al Este del Oeste.
Los grandes secundarios
Si algo aportó España, además de especialistas y el territorio, al western europeo fueron actores secundarios. Ahí están Xan das Bolas, José Calvo, Julián Mateos, Armando Calvo, Leo Anchóriz, Antonio Casas… y tantos otros que participaban de manera residual. Desde luego todos los extras que actuaban también fueron producto nacional. Pero hubo algunos secundarios que eran los verdaderos rostros del western europeo porque aparecían en casi todas las películas.
Grandes actores que en muchas ocasiones no tenían línea, pero que en otras eran secundarios de lujo e, incluso en alguna producción, coprotagonistas. Actores que han muerto en tantas ocasiones que Sean Bean queda como un mero aprendiz. Aldo Sambrell, Indio González, Frank Braña o Antonio Molino Rojo son caras que no pueden ser vistas sin que la música de Ennio Morricone o Bruno Nicolai flote en el ambiente. Si usted piensa en un malo de película del oeste es más que probable que su imagen aparezca en ese efluvio de recuerdos. No hicieron todas las películas pero casi. Cuando se les dio la oportunidad de actuar más allá de dos o tres líneas demostraron sus capacidades actorales. Sin ellos no habría habido ese western europeo.
Y por último, aunque no solían tener un rol principal, dos grandes actrices españolas del western. Nieves Navarro (o Susan Scott) fue la gran dama española del género (haría una película junto a Fernando Sancho y Peret) hasta que se marchó a Italia para hacer películas subidas de tono, propias de los años 1970s. Mónica Randall fue la otra gran dama del western participando en alguna de las producciones más conocidas. Posteriormente su carrera es de sobra conocida por su calidad interpretativa.
Buenos actores hoy casi olvidados, cuando menos los nombres que no los rostros, que protagonizaron un boom cinematográfico que consiguió eclipsar a los propios creadores del género. En Europa, aunque en EEUU existen verdaderos fanáticos del spaghetti western, las pelis de vaqueros más recordadas (más allá de las cuatro o cinco clásicas) son las de producción propia. Esas dobles sesiones, esos cines de verano, todas esas venganzas por cumplir, llenaron las salas europeas de tiros, caballos y polvo. Hoy en día siguen siendo de las películas más vistas cuando se pasan por televisión (en abierto). Y en todas, ahí estaban los magníficos actores españoles que hoy reciben un merecido homenaje.