Cuando se escriben estas líneas no se conoce el desenlace copero del equipo rojiblanco, pero lo que tiene con la mosca tras la oreja a la afición del Atlético de Madrid es la gilada que se está preparando. “El inglés que ganó una liga y no se enteró de nada” Kieran Trippier marcha camino de Newcastle en una nueva demostración de esa imposibilidad de adaptación a España que sufren los hijos de la Gran Bretaña. Salvo Bale, que teniendo un campo de golf y robando 15 millones al año es feliz, ningún inglés ha aguantado lo suficiente vaya usted a saber por qué.
El chico se quiere ir, se le abre la puerta, se recibe un dinero (nunca se sabrá a ciencia cierta la cantidad) y… el Cholo Simeone diciendo que ya saben lo que se necesita y que si no llega alguien pues que se apañarán con lo que haya. El problema es que lo que hay, salvo milagro, es la nada. Una nueva operación típica de Miguel Ángel Gil Marín. Trilerismo futbolístico ya conocido, por desgracia, en la Sociedad Anónima Deportiva antes Club. ¿Qué se puede esperar de quienes se hicieron con el equipo sin poner un duro y quedándose con el dinero de los accionistas que sí lo pusieron? Pues eso…
¿Llegará alguien?
Trippier se va (gracias por los servicios prestados) y es más que posible que no venga nadie. Como sucede en época de fichajes, la maquinaria (engranaje pequeño) gilista comienza a filtrar a periodistas afines y algunas cuentas de redes sociales nombres posibles. Andrea Berta pregunta y pregunta pero va con la buchaca más vacía que la cuenta de un autónomo a fin de trimestre. De hecho es más que posible que los sondeos bertianos sólo sean para despistar y aparentar que se hace algo. Porque la realidad es que la gilada siempre está a la vuelta de la esquina.
Cuentan los filtradores (cuando quieren hacer un fichaje de verdad casi nadie se entera) a los comunicadores que el lateral derecho que podría llegar (esperen que pare a sonreír y tomar aliento) sale de una terna entre Nelson Semedo (chico Mendes pero caro), Zeki Çelik (precio medio) y Pedro Porro (que igual ni Sporting quiere quedarse sin él, ni City vender). En los próximos días dirán más nombres hasta llegar a la decena con seguridad y así tener entretenida a la afición. Desde la más sobria a los Fifas.
Vendrá un rodillas raras
La realidad es que si hubiese alguno por dos millones sería ese, así tenga las rodillas raras, sea manco y bizco. Las palabras de Simeone son proféticas. También podría darse un golpe en la cabeza Gil, Cerezo estar a sus cosas y traer a Attila Szalai y a César Azpilicueta. Eso lo hacía Vicente Calderón con Leivinha y Pereira, no el gilismo. Los sueños, sueños son. Porque desde que los Gil tienen el poder las cosas bien hechas han escaseado.
Ahí radica el temor de la afición, que no venga nadie o llegue un Pilipauskas de la vida, que es lo mismo que nadie. Temor a que Marcos Llorente, visto que Sime Vrsaljko está siempre en la enfermería, acabe destrozado o aburrido por jugar en un puesto que no es el suyo. Por mucha confianza que exista en Simeone y sus recolocaciones extrañas, hay cosas que ni son, ni pueden ser (como los penes de mujer). Toca esperar y recurrir a la infinita paciencia de la afición rojiblanca. Mientras decir “¡Adiós Tripier!” y que no se pronuncie nunca “¡Hola gilada!”.