En el último pleno del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, la subida del agua fue de nuevo uno de los puntos candentes, que viene siendo protagonista de los plenos de esta legislatura desde el año 2016.
La subida del agua de consumo humano o “tarifazo”, que gestiona desde hace años la empresa AQUAMED, se debe a la introducción de agua de la desaladora de Campo de Dalías. Dicha necesidad es obligada por la aprobación del PGOU de Roquetas de Mar, por los niveles de conductividad del agua y de otros elementos que la hacen ser de mala calidad y por la sobreexplotación de los acuíferos. En definitiva, por no tener infraestructuras y políticas hídricas en condiciones en la provincia almeriense.
Ya en mayo de 2016, justo hace un año, este “tarifazo” fue causa de los encontronazos de los grupos de la oposición y PP, que gobierna en minoría. En los cambios de acusaciones, el peor parado fue el Grupo Municipal de Ciudadanos, ya que no se oponía frontalmente al cambio de tarifa, al ver que la entrada de agua desalada sería inevitable. Sus medidas para amortiguar “el tarifazo” recogían que éste se hiciera de forma progresiva, que se bonificara a las familias en riesgo de exclusión, y la creación de una Mesa del Agua, donde se trataran todos los temas relativos a la introducción del agua desalada, su calidad y fiscalización-auditoría de la empresa suministradora.
En el pleno del mes de Julio de 2016, bastante conflictivo por parte del resto de la oposición, se aprobó la subida del agua con los votos a favor del PP, la abstención de CS y el resto de grupos en contra. Entre las enmiendas de amortiguación del precio del “tasazo” y la Mesa del Agua, que presentó CS para negociar su abstención, existió una condición última: que para enero de 2017 el agua desalada llegara a todos los habitantes de Roquetas, al 100%. En caso de no cumplirse se replantearía CS su posicionamiento frente al “tarifazo”. Fue uno de los últimos actos del diputado del congreso Diego Clemente, antes de dejar el acta de concejal de Roquetas de Mar.
Parecía que las aguas se habían calmado, pero en al llegar enero de 2017, los partidos de la oposición comenzaron a advertir que el PP y AQUAMED no habían cumplido la condición impuesta por CS, y plantearon una moción de urgencia para volver a las tarifas anteriores, mediante impugnación del acuerdo plenario de “el tarifazo”, llamando la atención a CS sobre su promesa.
En ese pleno, Lourdes García, actual portavoz de CS en Roquetas, dejó claro que los otros grupos de la oposición no habían contado con su grupo municipal para esa moción de urgencia, y presentó, a su vez, una moción en el pleno, instando al Ayuntamiento para que corrigiera, de urgencia, ese incumplimiento poniendo de una vez en marcha la Mesa del Agua y bonificándose a los vecinos donde no llegara el agua desalada. Una solución temporal antes de tomar medidas más extremas.
El alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, reconoció que “lo acordado se ha cumplido al 90%”, y que efectivamente faltaba una de las obras necesarias para que se diera esa llegada del agua desalada a todo el municipio, dejando ver que realmente no se había cumplido totalmente la condición impuesta de CS, pero apelando a la responsabilidad del pleno en cuanto a que el agua desalada era una realidad, y tiene un coste. Cabe recordar que la ley y las directivas europeas son claras en este asunto: el ciclo integral del agua debe ser sufragado íntegramente por los usuarios del servicio.
El resto de grupos de la oposición puso entre las cuerdas a CS por un incumplimiento del 10%, sin capacidad de maniobra para buscar una postura consensuada. Lo que realmente fue es una oportunidad perdida por estos grupos de la oposición para sumar a CS en una negociación para poner al PP y a la empresa AQUAMED en posición de dar más a la ciudadanía. La actitud de PSOE, IU y TÚ DECIDES para hacer ver que CS no cumplía con su palabra de una forma tan simplista y electoralista, abocó en una nueva abstención de CS y por tanto tumbar su propuesta “antitarifazo”. Esto provocó que los otros tres grupos de la oposición se levantaran del pleno, dejando a CS solo ante el PP en la votación de su moción de urgencia para que cumpliese el PP y AQUAMED con lo pactado, y por tanto perdiendo una oportunidad de exigir más al alcalde y a la concesionaria.
Posteriormente, ocurrió algo que cambiaba toda la correlación de fuerzas del Ayuntamiento de Roquetas de Mar. La concejal de PSOE María José López, dejaba su grupo municipal y pasó a no adscrita, sentándose en la bancada tras los concejales del PP en el Pleno. Gabriel Amat así ya tenía pista libre para hacer lo que estaba acostumbrado a hacer desde siempre: el rodillo de la mayoría absoluta. Y puede calificarse a la edil no adscrita de tránsfuga, pues se aprobó una liberación para la misma remunerada, que no es obligada en las normas que rigen los ayuntamientos para los concejales que dejan su grupo municipal. Ésta fue posible por la abstención de los dos ediles de CS, Roberto Baca y Enrique Hernández, que colisiona de frente con la actitud de su partido a nivel nacional respecto de tránsfugas y no adscritos.
Con el pleno de nuevo en manos de Gabriel Amat, PSOE-IU-TÚ DECIDES, vuelven a presentar de urgencia en el plenario del 8 de mayo, una moción idéntica para tumbar “el tarifazo”, aún sabiendo que con la edil tránsfuga no iba a prosperar. Con una Mesa del Agua ya nombrada para todos esos asuntos, no supieron calcular que esa moción los dejaba de nuevo en una situación irrisoria y conflictiva. Con las obras adjudicadas para que llegara a todo el municipio el agua desalada, con la Mesa para tratar esos temas y dificultades, lo que parecía es que no podían dejar que lo que se aprobó en Julio de 2016 fuera mucho más capaz ante lo inevitable, y que desaprovecharan la oportunidad del pleno de enero de 2017, de haber conseguido más en vez de levantarse del pleno.
Lo que si quedó patente es la falta visión de oportunidad política de los dos concejales de CS presentes en el pleno: Roberto Baca y Enrique Hernández. En el “rifi rafe” dialéctico de esa moción, le recordaron de nuevo los grupos de la oposición la condición que el anterior portavoz puso encima de la mesa para la abstención que dio paso al cambio de tarifas, y la respuesta del Diputado Provincial de CS pivotó sobre la titularidad de acuerdos, promesas y nombres y apellidos de los concejales que las hacen, dejando patente una clara ruptura con la dirección política que el anterior portavoz llevaba junto a Lourdes García. Esto junto con las declaraciones de Enrique Hernández sobre la capacidad de trabajo de los otros grupos en la Mesa del Agua, lo que hace es cerrar cualquier posible entendimiento con el resto de grupos de la oposición. La lógica política recomienda que deberían haberlos convencido y luchar juntos, aunque ya no tuvieran mayoría en el pleno.
Con el voto en contra de PP, la concejal tránsfuga y de CS se tumbó la moción, con la petición expresa de Gabriel Amat para que dejaran ya el tema del agua en Roquetas. Petición que sonó a modo de advertencia, como si volviera a tener de nuevo una de esas mayorías absolutísimas a las que estaba acostumbrado durante sus más de dos décadas de alcaldía. Y lo cierto es que lo parece más de lo qué es. No sólo por la edil tránsfuga, la actitud de los dos concejales de CS presentes en dicho pleno no responde a la lógica política de un grupo de la oposición. Por primera vez votaron en contra de la moción “anti tarifazo” del resto de los grupos de la oposición. No era necesario posicionarse así, CS en los temas del agua de Roquetas siempre habían negociado con su abstención, sin tener que posicionarse claramente y sacando enmiendas y propuestas. Sólo hacen entender que están con Amat o en contra de la anterior dirección del grupo municipal. O ambas.
Ahora veamos si la advertencia de Amat surte efecto en estos temas, como en otros.