Me imagino a Andrea Berta en su despacho, mientras hace rasking boling, pensando por donde lanzar las filtraciones. El italiano pensará si colocarla en Italia, donde le tienen más calado y le creen menos, si pasársela a alguno de los fichajólogos de Twitter, o si conceder una limosna a los encargados del Atleti en los medios del nacionalmadridismo. Se aprecia en esa imagen sentado con las piernas en alto, una sonrisa maliciosa. Incluso es posible ver cómo le surge de la frente unos cuernecillos diabólicos antes de cometer la fechoría.
Y es fechoría porque, en realidad, no piensa fichar ni a ese, ni al otro jugador. Las órdenes de arriba son bien claras, gastar menos de lo que se ingresa y a ser posible pagar con billetes del monopoly en muchos plazos. Porque no se ven las cuentas de la SAD, pero no sería de extrañar que aún se esté pagando el fichaje de Jackson Martínez. Donde tiene más barra libre, o al menos es la sospecha que tienen todos los atléticos, es con los jugadores de cierto representante del país vecino. O al menos, en los que él meta mano de alguna forma.
Y no es culpa de los periodistas o los fichajólogos el decir que este o aquel van a fichar. Incluso Berta, que para eso debe tener desparpajo, llamará a los equipos para ver cómo está el tema. Por un lado, para ver si suena la flauta y le dicen “si te lo llevas mañana, te lo dejo a 10”; y por otro para aparentar que trabaja duramente. Incluso preguntará por precio, hará contraofertas y llegará a sacar la chequera… para que se airee no para usarla. Como esas cosas las hace, aun sabiendo que no va a fichar, los periodistas más avezados acaban teniendo el rumor de que ha preguntado por Ezequiel, aunque Berta quiera fichar a Minamino. Los fichajólogos, como tienen todos la misma fuente, y se retroalimentan entre ellos pues confirman esos contactos.
La realidad es que jamás sabremos si es buen secretario técnico o no Berta. Ha tenido algún acierto y bastantes fracasos –algunos no imputables a su persona-. Pero si filtra que va a venir Haaland es porque seguramente vaya a llegar Jarland. Que se pronuncia parecido pero el primero es goleador de élite y el segundo bastante tiene con jugar al fútbol. No todos los equipos aceptan las formas de pago del dúo prescrito, ni ciertos trapicheos que son rumor desde hace muchos años. Normalmente la gente quiere cobrar en euros de verdad, no de los de chocolate. Pero hay que tener entretenida a la afición y, por tanto, hay que filtrar fichajes imposibles. Y para eso nada mejor que Berta filtre operaciones de estrellas o verdaderas promesas. Luego se ficha lo que se puede y con quien se puede.
Eso sí, la prensa nacionalmadridista que se pone la camiseta rojiblanca dirá que se ha fichado a lo mejor del mundo y que la plantilla es la mejor de España y hay que ganar la Liga. Luego se ve a algunos jugadores, incapaces de pasársela a un compañero con la misma camiseta –que se llevan distintas por algo-, y entran los siete males. Berta siempre tendrá en su número uno de fichajes al más barato aunque filtre al más caro. Salvo cuando se le hinchan los mismos al Cholo Simeone y se mueven porque ven que se quedan sin su maquinita de hacer billetes. Quitando esos momentos, el resto será lo que se ve cada día. Y no es culpa de la gente que cuenta las filtraciones, ni de Berta, sino de los del palco. Esos que se van siempre de rositas.