Lo que nos faltaba por escuchar por parte de Ciudadanos, una plataforma al servicio de los intereses del Ibex-35 y diversos lobbies (como el de los explota-vientres), que no deja de asombrar y ya se ha convertido en la parodia de lo que se supone es un partido político. El honor de estar en lo alto de la clasificación de los dislates le corresponde a Ignacio Aguado, candidato (en primarias protestadas, por cierto) a la Comunidad de Madrid. Según el dirigente naranja no podrán llevar a cabo ningún pacto postelectoral con el PSOE de Madrid y con el exministro Ángel Gabilondo porque “la gota que ha colmado el vaso es que el candidato socialista respalda la tesis de Sánchez y apuesta por gobernar con independentistas tras el 28 de abril”.
Tras escuchar estas afirmaciones los plumillas que cubren la información sobre la Comunidad de Madrid han buscado afanosamente las declaraciones de Gabilondo afirmando que hay que unirse a los independentistas. El resultado ha sido nulo por lo que Aguado miente o no se ha enterado de quién hace y quién deja de hacer declaraciones. Añaden en Ciudadanos que saben que “que el socio preferencial de Gabilondo es Errejón” y por ello ven en el candidato socialdemócrata a un rojo peligroso, un diablo con cuernos y rabo colgando, montado en el caballo negro del Apocalipsis (el del hambre y la pobreza por si no conocían ese hecho), Babilonia y la prostituta todo en uno. Ellos que nos quieren traer la Nueva Jerusalén no pueden permitir que alguien como Gabilondo pueda gobernar. Juntarse con los independentistas es unir al Dragón con la Bestia. Con un pequeño problema, más allá de que el candidato socialdemócrata nada haya dicho (no suele decir nada en términos generales), como es que en Madrid no hay independentistas. Neofascistas sí pero esos le gustan a la cúpula de Ciudadanos. Son primos hermanos al fin y al cabo.
Con esas palabras sobre una persona que siempre ha abogado por el diálogo y la deliberación, siguiendo las pautas habermasianas de deliberación hasta el infinito; que es el hijo no reconocido de John Rawls y su Teoría de la Justicia como equidad; que por ser prudente en cuanto hay algún problema no habla con la prensa y le pasa el entuerto a José Manuel Franco; que es más liberal (en el buen sentido pues hay muchos liberales en el PSOE) que socialista; que es todo prudencia; Ciudadanos abandona cualquier ruta moderada para adentrarse en las cloacas del odio y el fascismo. Parece ser que las encuestas pintan en bastos y ahora quieren recuperar ese voto que se les marcha a chorros hacia el neofascismo, o que vuelve al PP reaccionario de Díaz Ayuso. Se han achantado al ver las encuestas, les ha entrado el canguelo y ahora sueltan esa boutade respecto a Gabilondo para no hundirse. Miedo y no a Gabilondo es lo que tienen.
También reconocen implícitamente que no van a gobernar la Comunidad de Madrid, con suerte ni la comunidad de vecinos, y que fían toda su suerte a entregar el gobierno a Isabel Díaz Ayuso y su sargento David Pérez (ese mismo al que han venido catalogando de machista, homófobo en Alcorcón y en sede parlamentaria). Se entregan al PP machista; al PP de la corrupción hasta las cejas; al PP que quiere seguir contaminando; al PP que quiere que el centro de Madrid sea como un centro comercial y no pueda vivir la gente; al PP que ha destrozado el Metro de Madrid; el PP que ha provocado que el coste de los hospitales sea un 200% más caro que si se gestionase públicamente; al PP que se ríe en su cara todos los días. Y no sólo al PP, sino a los neofascistas. Eso quiere Aguado por miedo al ridículo que pueden llegar a hacer y no sólo en la Comunidad de Madrid.
Después de demostrar cómo no se puede gestionar una ciudad como Valdemoro en la que lograron la hazaña de quebrar unas cuentas que ya estaban quebradas, ahora catalogan a Gabilondo como rojo peligroso que se va a juntar con Errejón y no con ellos principalmente. Lo primero habrá que ver si el errejonismo saca algún diputado, pero conociendo a Gabilondo les hubiese tenido en cuenta para su gobierno, más la presión que haría el establishment hacia ese tipo de gobierno. Cuando hablan del candidato de Más Madrid parece que Aguado se siente despechado, él que ama a Gabilondo y su verbo filosófico y no es correspondido. Una nueva forma de que el votante moderado, que es muy amplio en la Comunidad, se vaya al PSOE asustado por la radicalidad de la derecha. No hay que ser muy listo para saber que el gobierno de la Comunidad nada tiene que ver con el del Estado. Que puede haber un gobierno PSOE-Cs (no se extrañen que llegue a haberlo) en Madrid, algo muy del gusto del empresario realmente productivo de la región, y no los mamadores de la vaca pública que tanto apoyan al PP y al aguirrismo/aznarismo, y no haberlo a nivel estatal.
Ciudadanos cavando su propia tumba no tiene rival. El PSOE que se veía peleando por conseguir un resultado digno, como poco igualar el 25% de las últimas elecciones (cabe recordar que las encuestas madrileñas sólo les daban un 23% en el mejor de los casos), ahora puede descansar tranquilo porque Aguado y su socio César Zafra acaban de conseguir que rocen la mayoría absoluta. Puede estar muy bien vender el tema catalán en ciertas partes, pero en Madrid, con lo pasota que es la gente, ¿piensan en Ciudadanos que les importa el tema? Ahora mismo preocupan más en la región problemas de transporte, de precariedad, de inflación, de salarios y los fichajes de los equipos capitalinos. Y ya saben que eso de bajar más impuestos o de regalar casas a la Guardia Civil y la Policía mediante prebendas fiscales (como quiere el PP) puede llegar a sentar mal. Cuando el techo del Hospital La Paz no se caiga igual les importará Cataluña.