El diputado del PSOE por Asturias, Antonio Trevín, ha presentado su renuncia al acta a partir de septiembre, tal y como ha comunicado al secretario del Grupo Parlamentario Socialista Rafael Simancas. Se suma esta dimisión a la ya anunciada por el diputado por Madrid Eduardo Madina. Dos dimisiones que tienen como nexo común las diferencias de criterio y de actuación del PSOE en esta segunda etapa de Pedro Sánchez como secretario general.
En la carta de dimisión de Trevín, que ha sido distribuida a los medios de comunicación, el diputado asturiano expone que “la nueva dirección federal del PSOE ha modificado la estrategia parlamentaria. El triunfo de nuestro Secretario General, Pedro Sánchez, en las últimas elecciones primarias y en el correspondiente Congreso Federal, confiere legitimidad a dicho cambio, pero debo confesar que no lo comparto y que, por tanto, lo más honesto, a mi juicio, es dar un paso atrás. Por ello anuncio mi dimisión como Diputado en el Congreso e informo que, por lealtad a mi partido, seguiré defendiendo internamente mis convicciones políticas”.
Afronta una nueva etapa como militante de base Trevín en la defensa “de los trabajadores y los colectivos con más dificultades sociales y económicas en nuestro país”. Recuerda que su militancia se basa en tres principios que, al afiliarse, le hicieron ver como obligatorios: el pago puntual de la cuota; lealtad en defender “lo que considerara más adecuado para el socialismo y la ciudadanía española”; y disciplina para acatar lo que la mayoría decidiese aunque fuese contra la propia opinión. Como explica, la confrontación entre la defensa de aquello en lo que cree y la disciplina de partido le obliga a dimitir como diputado en las Cortes españolas.
Pierde el PSOE a un duro velador de la utilidad pública de la Radio Televisión Española y de la lucha contra la manipulación informativa en los medios públicos. Un diputado que sabía encajar las críticas, y en estas páginas se ha sido muy crítico con alguna actuación de cara a la galería, y persistente en la lucha en favor las propias convicciones socialistas. Retorna a su actividad profesional anterior y a su Asturias a seguir como un militante de base más del partido socialista. El “nuevo PSOE” cada vez es más saturnal y sigue devorando a sus propios compañeros de partido, a las que seguirán unas cuantas más.